El Gobierno y la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA) no están pasando un buen momento. Es más, se puede decir que en la gestión Kirchner, el diálogo entre ambas partes presenta el punto de mayores diferencias desde el 2003.

Desde que se desató la crisis internacional, los popes de la UIA advierten que el Gobierno está perdiendo el rumbo. Por el otro lado, en el Gobierno no cayó nada bien el informe de la Unión Industrial Argentina en el que advirtió que la producción fabril en febrero cayó 12,2 por ciento.

“Esto de ninguna manera es verdad. Si hubiera semejante caída ahora tendríamos un nivel de desocupación, del 14 al 15 por ciento por lo menos. Es un disparate”, se quejó un importante funcionario del Ministerio de la Producción.

En esa cartera consideran que la “jugada” de la UIA es en realidad buscar un efecto de mayor temor. “Como se sabe que la economía tiene un menor ritmo, lo que quieren es generar mayor temor para lograr un tipo de cambio más alto”, señaló el mismo funcionario.

Es más, en el Gobierno aseguran que los industriales quieren, para después de las elecciones, un dólar que se ubique entre 4,5 a 5,0 pesos por unidad, para lograr de esa forma una mayor rentabilidad.

Desde la UIA contestan con cierta dureza. “En realidad, algunos en el Gobierno se preocupan constantemente por el tema de rentabilidad. Yo digo, si no hubiera sido por los niveles de rentabilidad que obtuvo la industria en los años anteriores, de ninguna manera se hubiera podido bajar el desempleo a un dígito”, señaló otra fuente de la central fabril.

Dentro de esta pelea se observa un clima electoral cada vez más latente. Es indudable que a los hombres de negocios no les convence las últimas decisiones que se están adoptando de cara a las elecciones de junio.

“Creemos que la política argentina ha tenido muchos años de desgaste en los últimos tiempos. No hay que olvidarse que en el comienzo de esta década era popular el dicho que se vayan todos. Por eso creo que los dirigentes políticos deberían ser bastante más cuidadosos de sus decisiones y estrategias”, recalcó la misma fuente de la central fabril.

¿Qué reclaman los hombres de los negocios y las finanzas? El punto coincidente es que haya trasparencia y no tanta estrategia para ver quién gana un voto más que el otro. “Aquí todo el mundo está concentrado en las elecciones de junio, que son parlamentarias. Nadie está pensando en el día después, en cómo seguir desarrollando políticas y medidas para hacer frente a una situación económica más complicada, con problemas que empiezan a surgir en la industria, en el comercio, en el mercado laboral. Eso es lo más preocupante”, concluyó el industrial con claro tono de queja.