Por Agustín Alvarez Parisi

Eduardo Mondino lleva en su tonada su partida de nacimiento. No necesita el estribillo de un cuartetazo para decir que es un cordobés de pura cepa y estirpe. Mondino quiere representar a los habitantes de su provincia natal y dar pelea como candidato a senador nacional por el sector justicialista que encabeza el gobernador Juan Schiaretti, lo que les costó más de una crítica desde el oficialismo K. “El conflicto entre el Gobierno y el campo puso blanco sobre negro la forma de ejercer la gestión pública”, sostuvo el virtual candidato ante Parlamentario, para luego puntualizar que el 28 de junio no se discutirá el modelo económico, “sino un modo de gestionar la cosa pública”.

Amante de los consensos y el diálogo, Mondino tiene en claro que el conflicto entre el Gobierno y el campo “desnudó un modelo de gobernar” alejado de lo que cree necesario para llevar adelante un mejor país.

– Acaba de presentar su renuncia como Defensor del Pueblo de la Nación para presentarse como candidato a senador nacional por el Justicialismo de Córdoba. ¿Por qué tomó esta decisión?

– Tomé la decisión de volver a participar de la política activa, ya que desde 1999 y como lo marca la ley al ocupar el cargo de Defensor del Pueblo había dejado de participar en la política partidaria y cumplí totalmente con ese mandato. Transcurrido este tiempo y transitando la última etapa de la defensoría entendí que se daba en la Argentina un momento de un profundo debate político que tienen que ver con la institucionalidad y quería participar activamente de ese debate. Me pareció absolutamente ético y además jurídico, no buscar ningún artilugio para dejar el cargo, y como cordobés y un ciudadano más decidí ir a mi provincia a debatir y llevar adelante una propuesta como candidato a senador nacional.

– ¿Cómo se decide su candidatura?

– Si bien falta la formalidad del Congreso partidario que se reúne en los próximos días, el gobernador Juan Schiaretti me ofreció encabezar la lista de senadores, por lo que espero el 28 de junio interpretar y representar el pensamiento de la mayoría de los cordobeses.

– Tras su renuncia, el cargo interino es ocupado por el Adjunto 1° del organismo, Anselmo Sella. ¿El Congreso de la Nación deberá nombrar a su nuevo sucesor?

– El organismo está normalizado. Sus dos adjuntos tienen mandato por cuatro años y dejamos una institución absolutamente normalizada y posicionada con un gran equipo de trabajo. Seguramente en un tiempo el Congreso considerará con las mayorías parlamentarias que corresponde -que son los dos tercios de ambas cámaras- elegir el nuevo titular.

– ¿Cuándo debe ser esta elección?

– A partir del cese de mis funciones, el Congreso está habilitado para hacerlo en el tiempo que lo considere. Este es un cargo que necesita mucho consenso parlamentario, que es lo que ocurrió en mi caso. En ambas oportunidades cuando fui elegido como defensor, en la primera oportunidad fue por unanimidad y, en la segunda oportunidad, hubo unanimidad en la Cámara de Senadores y en Diputados tuvimos una observación por la metodología y no a mi persona. Es decir, prácticamente las dos veces tuve casi el consenso unánime del Congreso. El cargo de Defensor del Pueblo es el único cargo constitucional que no participa el Poder Ejecutivo en su designación. Este cargo se puede llevar adelante con dos factores: un altísimo consenso parlamentario y luego con el respaldo del Parlamento, que es lo que yo he obtenido a lo largo de estos nueve años y medio, donde permanentemente se ha respaldado nuestra tarea de defensor. Mantener la independencia, la autonomía, la imparcialidad es lo que hemos construido a lo largo de estos años, que nos ha permitido el reconocimiento a nivel nacional e internacional, más allá de nuestra persona. Esta institución hoy tiene una legitimación social enorme que hay que profundizarla.

– Se le cuestiona a usted que haya utilizado su cargo como trampolín para su candidatura a senador…

– A esto contesto que hay que ver mi accionar. He sido consecuente durante nueve años y medio. Por lo tanto, ha sido una consecuencia de mi tarea. Mi candidatura a senador por la provincia de Córdoba primero ha sido una decisión personal, porque creí conveniente que había que dar este debate político, porque creí que había un ciclo que estaba concluyendo; porque además en los últimos años mantuvimos de manera total la imparcialidad, en cuanto al manejo de la institución y de alguna manera el Gobierno nacional había tomado a esta institución, como a la Fiscalía de Investigación Administrativa y la Auditoria como lugares de oposición al Gobierno, cosa que nunca ocurrió. Por eso me pareció que era importante dar ese debate desde la política.

– ¿Cuál sería ese debate?

– Es un debate nacional el que vamos a tener el 28 de junio, donde no vamos a discutir, como en otras oportunidades, cuál es el modelo económico, sino un modo de gestionar la cosa pública. Si es posible gestionarla desde la crispación o se puede establecer una democracia con mayor grado de participación, de acuerdo, de consensos, de diálogo donde las mayorías y las minorías disienten porque eso forma parte de la democracia. Es decir encontrar mecanismos mucho más participativos.

– ¿Considera que esto es lo que le falta al Gobierno nacional?

– El gobierno de Néstor Kirchner legitimó su acción con pocos consensos. Creo sí que recuperó la autoridad presidencial que estaba desgastada después del proceso que había vivido la Argentina en el 2001, pero dio un paso más y casi terminó exaltando esa autoridad presidencial, llegando a tener niveles de autoritarismo. Digamos que en la elección del 2007 había, de alguna manera, una fuerte expectativa, básicamente por la actuación que había tenido la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el Parlamento. Creíamos en una profundización institucional diferente, pero eso se vio deteriorado especialmente el año pasado con el conflicto con el campo, que crispó los ánimos de toda la sociedad y que todavía no se ha solucionado.

– ¿Qué significó ese conflicto?

– El conflicto entre el Gobierno y el campo puso blanco sobre negro la forma de ejercer la gestión pública. Este conflicto no por el campo, sino como se desarrolló, desnudó un modelo de gobernar y lo puso en evidencia. Creo que esto es lo que se va a discutir el 28 de junio, si esa forma y esos mecanismos son lo que quieren los argentinos en su construcción o son otros, pero no como juicio de valor. Me parece que esta cuestión de llevar a juicio de valores terminales, como los funcionarios del Gobierno expresan permanentemente, donde una opinión contraria es fruto de desestabilizar o forma parte de un complot, creo que hay que ponerlo en términos razonables.

– ¿Cuál es a su entender la mirada de la sociedad?

– La sociedad argentina, en su conjunto, tiene una mirada que coincide con la forma de gestionar la cosa pública en los últimos años o no, o cree que decididamente que hay que ir a otro modelo con mucho mas consenso y acuerdo menos piramidal en las decisiones. Menos centralista, donde las decisiones se tomen de otra manera. Creo que éste será el debate de fondo. El 28 de junio se define un modelo de gestión pública, se resuelve un modo de ver la República.

– ¿Cuál será la propuesta de Unión por Córdoba?

– El peronismo de Córdoba, a través del gobernador Schiaretti, tiene un planteo muy claro sobre tres temas básicos. Defender los intereses de nuestra provincia, que es defender el interés de todos los cordobeses, defender lo que se denomina nuestro complejo agroindustrial, que es la base sustancial del desarrollo de Córdoba ligado, íntimamente, al campo, sector con el cual -después de la 125- me une una relación, porque asumí la defensa de los intereses de los sectores del agro durante el conflicto. Creía que tenían razón y sigo creyendo que tienen razón hoy cuando plantean las observaciones que hacen a la política agropecuaria. La segunda bandera es la baja de las retenciones especialmente en el tema de la soja. Esto significará para Córdoba una mejora, como así también para los productores y de hecho para el desarrollo industrial y para los trabajadores. La tercera es plantear desde Córdoba una nueva ley de Coparticipación Federal. El centralismo con el cual está planteada la coparticipación es enorme, prácticamente 20 provincias argentinas -más del 50% de sus ingresos- dependen de la Nación, hay nueve provincias que superan el 70%, por lo que creemos que hay que volver a rediscutir la ley de Coparticipación.

– ¿Cuánto es el porcentaje de Córdoba?

– A nuestra provincia le representa más del 50%. Con distintas leyes le han ido quitando a la coparticipación elementos con impuestos específicos. Si uno tomara la ley de Coparticipación en el plano general, Córdoba en el 2008 dejó de percibir justamente por no aplicar a pleno la actual ley y por esta distorsión de impuestos, que se le saca a las ganancias y que no van a la Coparticipación, perdió casi 2000 millones de pesos y en el período 2003-2007 casi 8000 millones. Hay que rediscutir un esquema de Coparticipación que libere a las provincias y a los municipios de esta idea de centralización. No hay desarrollo si esto no lo decide la Nación. En los últimos años la concentración de los recursos es más que evidente, es un modo de gobernar, es un modo de ejercer el poder… Realmente hay que quebrar esto. Córdoba tiene muy claro que seguramente, con otras provincias de similares características como pueden ser Santa Fe, Entre Ríos y la región centro, vamos a conformar la idea de discutir en el Parlamento seriamente una nueva ley de Coparticipación que implica entender las realidades. Este sería el eje central de las propuestas de Unión por Córdoba que lleva adelante el gobernador Schiaretti y cuya base central es el peronismo y otros partidos. Pero vamos a plantear traer a nivel nacional la reforma política. Córdoba avanzó en este aspecto con la boleta única que se va aplicar en el 2011.

– Ricardo Jaime sostiene que Schiaretti, al impulsar su candidatura, dinamitó la unidad del PJ.

– No voy a polemizar con Jaime, que no es un dirigente con identidad en el justicialismo de Córdoba. El es interventor del Partido para la Victoria en la provincia. Creo que es muy poco relevante su opinión.

– Si prospera su candidatura a senador, ¿se rompe el peronismo cordobés?

– El 28 de junio Unión por Córdoba va a ganar la elección con un peronismo que va a respaldar al gobernador, que seguramente será una lista que va estar respaldada por José Manuel De la Sota y por una cantidad de sectores independientes y de la sociedad civil que desde hace tiempo venían impulsando que yo volviera a la política activa en Córdoba.

Cuando tomé la decisión de volver a la política activa fue en función de una convocatoria que hicieron casi cien organizaciones de la sociedad civil y que lo hicieron público el año pasado en el mes de diciembre. Estos sectores, junto con otros, van a acompañar mi candidatura y creo que va ser muy importante esa apoyatura a los que se sumará el justicialismo cordobés. Por lo que estoy convencido que el 28 de junio esta Unión por Córdoba va a obtener un triunfo, porque va a interpretar qué piensa el 80 % de los cordobeses.

– Luis Juez sostiene que su candidatura a senador es una jugada de Néstor Kirchner, que tanto usted como Reutemann en la Cámara alta apoyarán al oficialismo.

– ¿Usted se imagina a Kirchner respaldando la candidatura de Mondino…? Cualquiera que haya seguido los cinco años de gestión de Kirchner es inimaginable pensarlo. Durante casi diez años de gestión nosotros actuamos con mucha firmeza, pero nunca descalificamos, no van a encontrar en ninguna acción del Defensor del Pueblo ninguna descalificación, por lo tanto tampoco la voy hacer ahora. Ahora que alguien suponga que quien sostiene durante casi seis años una línea política de diferenciación, evidentemente lo que está tratando es de confundir. Sin duda es una estrategia de confusión. El doctor (Luis) Juez trata de confundir. No formo parte de los desencantados, no estuve armando los transversales… Digamos las cosas como son -y esto tampoco es un juicio de valor- dónde estuvimos cada uno. Es más fácil que en el futuro él vuelva a integrar el Frente para la Victoria de los transversales que yo y con eso le digo todo. En algún acto de constricción vuelve a coincidir, como en algún momento lo hizo con la política de Kirchner. Como yo no coincidí nunca, no puedo volver a donde nunca estuve.

– Por lo dicho no va estar en el bloque del Frente para la Victoria. ¿En qué bloque estará?

– Córdoba ya decidió y así lo ha expresado claramente el gobernador. Los legisladores cordobeses vamos a coincidir con un bloque regional con Santa Fe y Entre Ríos, que exprese a las provincias o un bloque Córdoba Federal.

– ¿Qué opina de las candidaturas testimoniales que propone el kirchnerismo para la provincia de Buenos Aires?

– No podría opinar sobre una provincia que no conozco. Sí podría saber lo que pasaría en Córdoba con una candidatura testimonial: se llevaría el repudio en las urnas de la inmensa mayoría de los cordobeses.