En la semana del Trabajo, el diputado y abogado laboralista Héctor Recalde defiende la política laboral de CFK y apuesta a su reelección como diputado.
Héctor Recalde (FpV-Buenos Aires) es el presidente de la Comisión de Trabajo desde diciembre de 2005. Histórico abogado laboralista de la CGT, este año vence su mandato, aunque aspira a ser reelecto. Con el 1° de mayo como excusa, Parlamentario entrevistó al legislador quien se mostró satisfecho por sus casi cuatro años de labor en diputados. Defendió al Gobierno de CFK, aunque reconoció que muchas veces se trabaron beneficios para los trabajadores. “Yo entiendo que el que gobierna tiene que pensar en toda la sociedad y los recursos no dan para todos”, justificó. Además, un repaso sobre las leyes más importantes sancionadas en estos años.
- Este año termina su mandato. ¿Cómo se sintió ocupando una banca de diputado?
- Yo venía con mucho entusiasmo. Cumplir el rol de legislador era trascendente para mí. Estoy contento con el resultado. Uno siempre aspira a más. Pero lo que hemos conseguido es un avance apreciable. El hecho de haber puesto en la superficie, junto a otros compañeros, el tema de los derechos del trabajador, me parece la mejor síntesis del trabajo del año.
- Es decir que más allá de los resultados está satisfecho de haber instalado el debate sobre algunos temas…
- Sí, pero igualmente estoy conforme con los resultados. Fueron una decena de leyes, y en ese sentido estoy contento.
- ¿Qué logros destacaría en cuanto a defensa de los derechos de los trabajadores?
- Por ejemplo, el de la “competencia laboral”. En la dictadura en algunos temas se había dado competencia a la Justicia Comercial, que no tiene nada que ver con una justicia especial como es la de Trabajo. Otro tema es la movilidad previsional y la estatización de las AFJP, cuya administración pasó a ser estatal y no privada. Recordemos que se habían cobrado 12 mil millones de dólares en comisiones. Y, obviamente, la ley de ticket canasta, régimen que yo venía denunciando desde 1989. Y la última que sacamos, que consagra que en caso de duda la Justicia debe fallar siempre a favor del trabajador.
- El trabajo del Congreso es muy burocrático y a veces los resultados se hacen esperar. ¿No se decepcionó?
- No, porque yo sabía cómo era esto. Fui asesor de Ubaldini durante cuatro años…
- Pero no es lo mismo que ser diputado…
- No, pero ya lo conocía y venía preparado. No era un joven de 18 años con ilusiones de que iba a salir todo bien y rápido. Por eso estoy satisfecho
- Usted presentó muchos proyectos y logró que se sancionaran en Diputados. Sin embargo, muchos temas se frenaron en el Senado. ¿Le molestó esto?
- Cada uno tiene sus tiempos y yo soy muy respetuoso de los tiempos e incumbencias de los demás. Lo importante es que uno haga lo que puede hacer. Y lo que no depende de uno, no puede hacer nada.
- Se habló que con ese paquete de leyes, hubo órdenes del ex presidente Kirchner para que se frenaran…
- No, yo tuve cuestionamientos muy fuertes del sector empresario. Recuerdo que en una revista empresaria había una foto mía en la tapa que decía “el diputado” más temido. A veces me llama la atención que en nuestro país haya sequía con todo lo que lloran algunos empresarios.
- ¿O sea que los frenos no vinieron del poder político a su criterio?
- Hay roles distintos. Yo sé que mi función es pelear por los derechos e intereses de los trabajadores fundamentalmente. Entiendo que el que gobierna tiene que pensar en toda la sociedad y los recursos no dan para todos. Pero estoy convencido de que la historia de los trabajadores cambió a partir de mayo de 2003. Hasta ese momento veníamos sufriendo pérdidas, supresiones, quita de derechos, contratos basura, ley Banelco, flexibilización laboral, desempleo… y después cambió la historia. Hubiera querido avanzar más rápido y hacer cambios de mayor profundidad. Pero la direccionalidad está y está fuera de toda discusión.
- ¿Usted no ve mal que pelee por avanzar y que el Gobierno que defiende y al que representa como diputado lo frene?
- Para mí es algo natural.
- ¿Cree que si estuviera en el Gobierno, usted estaría poniendo los frenos?
- Yo no estoy en el Gobierno. Y prefiero estar en este rol. El Gobierno tiene que poner límites, y a mí me gusta defender los derechos del trabajador.
- ¿Cómo evalúa al Gobierno de Cristina Kirchner?
- Genial, bárbaro… a pesar de todos los ataques y todo lo que sucedió hay una capacidad de conducción muy importante. No le dieron dos días de respiro a Cristina…
- ¿Cómo la ve manejando la crisis económica?
- Mientras en el mundo se despide masivamente, en la Argentina se discuten aumentos salariales. Es cara y contracara de la crisis.
- ¿Usted no ve una parálisis en la economía?
- La crisis mundial ha producido cuatro millones de desocupados en España; en Brasil el presidente Lula tuvo 600.000 despidos… En la Argentina la estamos llevando con mucho menos dolor.
- ¿Cómo ve la inflación en la Argentina?
- No hay inflación.
- ¿Le cree a los números del INDEC?
- Hay que recuperar la confianza en ese organismo. Pero hoy no hay otro ente capacitado para medir más de 800 productos como mide el Indec. Tiene que haber equilibrio.
- ¿Cómo ve su futuro político a partir del 10 de diciembre, cuando termina su mandato?
- El futuro se hace andando. Voy a seguir hasta último momento peleando por mis convicciones. Lo hago como una actitud egoísta, porque no sería feliz de otra manera.
- ¿Pero va a ser candidato a diputado?
- La integración de las listas se conoce en el último segundo, del último día y plazo. Sé que Moyano lo habló con quien tiene que hablarlo y que propusieron que yo sea. Pero si después en la integración de las listas creen que tiene que ir otro compañero, que vaya. Yo siempre voy a encontrar un lugar para pelear.
- ¿Le gustaría ser candidato?
- Sí, por eso acepté. Me gustaría ser reelecto. Pero, si no es así, voy a encontrar un lugar para pelear porque acá hay muchas trincheras desde las cuales hacerlo. Y donde milito, lo hago con alegría.
- ¿Qué opina de las candidaturas testimoniales?
- Para mí no son testimoniales sino de convicción y compromiso. Poner el pecho, el nombre y el apellido para fortalecer el proceso que empezó en mayo de 2003.
- ¿Para usted son correctas aunque los candidatos no asuman?
- El juez absoluto en esto es el pueblo. El pueblo decide qué es lo que quiere en junio. Y hay que tener respeto por el pueblo y no hablar “de la ignorancia del pueblo”. Esto es querer volver al voto calificado.