Se incrementaron en los últimos días las versiones de cambios en el Gabinete nacional, especialmente en el Ministerio de Economía. En principio, esas versiones aseguran que lo que se da por descontado es la salida de Carlos Fernández como titular del área.

A partir de esto se empezaron a tejer distintas versiones. La principal es que Fernández iría de vuelta a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), en tanto que el actual director general de esa repartición, Ricardo Echegaray, recaería en el Palacio de Hacienda.

“Esa es una de las posibilidades que están barajando los Kirchner”, admitió una fuente del Palacio de Hacienda.

Sin embargo, no es el único candidato. Algunos siguen mencionando la posibilidad que Amado Boudou, titular de la ANSeS sea designado ministro de Economía.

Pero en ese caso, el punto central que define todo es quién ocupará la jefatura de Gabinete. Todas las miradas apuntan a Florencio Randazzo, actual ministro de Interior. Sin embargo, en las últimas horas también se mencionó que si Echegaray no va a Economía se lo ascendería a un cargo más importante políticamente, como ser jefe de Gabinete.

Al margen de estos movimientos al nivel más alto del Gabinete nacional, se sabe que habrá cambios en la segunda línea del Ministerio de Economía.

“Queremos un equipo económico con perfil más alto, una gestión como la que desarrollan Echegaray o Randazzo, quienes tienen un perfil más expuesto, pero con un discurso meditado y totalmente consensuado con Presidencia”, afirmó una importante fuente de Casa de Gobierno.

El punto central para estos cambios es que en el segundo semestre se vienen desafíos muy importantes. Entre esos desafíos se encuentra la normalización de la deuda que se mantiene con el Club de París, con los holdouts y encontrar algunas alternativas para el grave problema de financiamiento que tiene Argentina.

Pero estos no son los únicos frentes de tormenta que se vienen tras las elecciones. Está claro que hay un creciente temor en el Gobierno por la evolución de distintos aspectos de la economía local.

Se sabe que en los últimos días en el Gobierno se elaboró un informe oficial reservado en base a una encuesta efectuada por el propio Ejecutivo entre diversos sectores empresarios.

Las respuestas de los distintos empresarios pintan un panorama bastante más complicado del que se había calculado. Allí se estima que la caída de la actividad económica en el primer trimestre, en comparación interanual, se ubicó entre el 1,5 y el 2,0 por ciento.

También menciona una caída significativa de la inversión y hace una evaluación con ciertas advertencias con respecto al frente fiscal.

Se supo también que algunos economistas cercanos al Gobierno han comentado, a determinados funcionarios de la Casa Rosada, que en el segundo semestre del año se debería efectuar un mayor esfuerzo fiscal.

“El frente fiscal empieza a tener un margen cada vez más estrecho”, concluyó la misma fuente.