A seis años de su fallecimiento, los socialistas bonaerenses –separados del PS nacional- se reivindican como seguidores del “camino que hubiera elegido Alferdo”.
En el sexto aniversario de la muerte de Alfredo Bravo, el socialismo bonaerense volverá a rendir homenaje a quien según Ariel Basteiro, secretario general del PS de la provincia de Buenos Aires, fue el “último gran maestro”.
“Su interés en la construcción de un proyecto plural, su trayectoria política, los proyectos que impulsó y defendió y las luchas que encabezó junto a los trabajadores, los organismos de derechos humanos y alejado de las corporaciones empresarias y los partidos de derecha nos permiten afirmar que el camino que escogimos los socialistas bonaerenses es el adecuado –señaló Basteiro a través de un comunicado-. Mientras algunos que dicen defender las banderas del socialismo se alían con los sectores más conservadores de la sociedad, nosotros optamos por acompañar con un sentido crítico el proyecto que se inició en el 2003 y que acompañan los organismos de derechos humanos y los sectores progresistas”.
Basteiro, recordó que “Bravo fue legislador durante la segunda y extensa década infame, cuando el endiosamiento del mercado derivó en la procaz concentración de la riqueza y la generalización de la pobreza. A lo largo de ese proceso, la banca de Bravo fue una trinchera de lucha contra la destrucción de la producción nacional, el remate de las empresas públicas, la privatización de la explotación de nuestros recursos naturales, el incrementó hasta el límite de la fraudulenta deuda externa, la fragmentación de los sistemas educativos y de salud, el vaciamiento de las instituciones y el adormecimiento de la memoria. La reciente estatización de Aerolíneas Argentinas y de los fondos de los jubilados, por mencionar solo algunos ejemplos, dan clara muestra del camino que eligió el actual gobierno, íntimamente relacionado con los ideales del maestro respecto al papel del Estado en la administración de lo público”.
“Alfredo era un luchador de las causas que parecían imposibles o de las que nadie quería hablar, como por ejemplo la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final, la despenalización del aborto, la proclamación de la ilegalidad de la deuda externa, el pedido de libertad sindical y la unión civil entre personas del mismo sexo, entre otros”, señaló Basteiro.
