A un mes de las elecciones, los legisladores están abocados a los actos proselitistas en sus provincias. Por lo tanto, la actividad ha quedado paralizada. Sin embargo, las estadísticas demuestran que el 77% de los 257 diputados no faltaron nunca a las sesiones, aunque en tres meses sólo hubo tres reuniones.
“El Congreso está inactivo”. “Las comisiones no se reúnen”. “Los diputados no tratan los temas que reclama la sociedad”. Estos son algunos de los títulos que aparecen en los distintos medios de comunicación.
Sin embargo, no todo es negativo en un Parlamento que desde la crisis del 2001 viene dando muestras de compromiso con la institucionalidad y desde el voto “no positivo” del vicepresidente Julio Cobos a la resolución 125, ha recuperado el rol protagónico.
En este mismo camino, se debe señalar que a pesar de ser un año electoral y clave para el Gobierno y su modelo económico, donde se pone en juego las aspiraciones presidenciales de 2011 y la forma de gobernar durante los próximos dos años, casi 200 diputados tuvieron asistencia perfecta.
Lo cierto es que los números –muy diferentes a los del INDEC- vuelven a sorprender y, en esta oportunidad, el Índice de Calidad Legislativa (ICL) elaborado para Semanario Parlamentario, indica que sólo 59 diputados nacionales han faltado a las sesiones durante el primer trimestre de 2009. Es decir que 198 legisladores no faltaron nunca, por lo que el 77% del total de la Cámara baja tuvo asistencia perfecta.
Aunque no se debe obviar que la Cámara de Diputados, donde el oficialismo que lidera el santafesino Agustín Rossi ya no tiene quórum propio, sino que logra reunir 129 legisladores junto a sus aliados, sólo ha sesionado tres veces.
En la primera sesión ordinaria -4 de marzo- que inauguraba el debate en el recinto, luego de la Asamblea Legislativa que asistió la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sólo faltaron diez diputados mientras que otros dieciocho estuvieron para esa fecha de licencia.
Luego, la Cámara baja trató el tema más importante en este trimestre, ya que se aprobó en la segunda sesión, el 18 de marzo, el adelanto de las elecciones para el 28 de junio, que fue un proyecto de ley del Gobierno. Ese día hubo un extenso debate y el único diputado que faltó fue el bonaerense de la Coalición Cívica, Fernando Iglesias. De licencia estuvieron el catamarqueño Genaro Collantes y el salteño Marcelo López Arias, quien ocupa un cargo en la función pública.
La última sesión que se llevó acabo fue la del 20 de mayo, tras dos meses sin sesionar. Aquí sí se sintieron las ausencias y especialmente al final de la sesión porque no se pudo terminar de aprobar la prohibición de las candidaturas de los procesados por delitos de lesa humanidad. En la tercera sesión hubo 53 ausentes, de los cuales 14 eran del Frente para la Victoria; 12 del PJ disidente; 7 radicales; 3 del PRO; 2 cobistas; 1 de la Coalición Cívica; 1 del socialismo; y luego 6 de bloques provinciales aliados al kirchnerismo y 8 opositores. De licencia continúa López Arias.
Esto demuestra que por la composición de la Cámara y la cantidad de integrantes por cada bloque o interbloque, el Frente para la Victoria, con 115 diputados, fue el que mejor asistencia tuvo, con más del 90% de sus legisladores sentados en sus bancas en cada sesión.
En cambio, quienes encabezan la lista de los legisladores con más ausencias son los peronistas disidentes. Pero esta vez las estadísticas también favorecen al primer candidato a diputado por Buenos Aires Francisco de Narváez, quien ha revertido su condición de “faltador” y hasta ahora estuvo en todas las sesiones del año. Aunque las votaciones nominales de temas importantes como el registro de violadores demuestran que el empresario no estuvo presente a la hora de votar.
Pero más allá de la disputa política, el dato alentador de la alta asistencia de los diputados nacionales demuestra una vez más la importancia de un Congreso fuerte y participativo en las decisiones del país durante cualquier gobierno.
