La periodista Silvia Naishtat publicó en Clarín una nota en la que analiza la presencia femenina en el Congreso. Y en estas elecciones, en las que de 66 listas que se presentan sólo seis son lideradas por mujeres.

En realidad, la nota, titulada “Legisladoras, lejos de la economía” hace referencia al libro Ideas, presencias y jerarquías políticas, cuyos autores, Jutta Bornes, Mariana Caminotti, Jutta Marx y Ana Rodríguez Gustá se internan en los claroscuros de la igualdad de género en el Parlamento.

Según las autoras -cuenta Naishtat-, las mujeres abordan lo social, la familia, salud, niñez y violencia familiar. Pero no se arriesgan a los temas económicos o de “la gran política”. El 63% de los proyectos económicos y el 69% referidos a política, fueron impulsados por varones.

También descubrieron que las mujeres la tienen más difícil. Y lo curioso es que los legisladores consultados lo reconocen. “No hay proscriptas, pero se admite que la confección de las listas es un proceso dominado por líderes territoriales como gobernadores e intendentes que deja en desventaja a las candidatas. Y cuando ellas llegan al Congreso, quedan afuera de las roscas de decisión”, dice Marx.

La periodista de Clarín cuenta que las legisladoras se distinguen por su estrategia de negociación: consiste en alianzas que trascienden a los partidos en función de iniciativas. Pero duran poco.

Otra queja de las mujeres es que son interrumpidas durante sus discursos. Lo atribuyen a la escasa experiencia. Las legisladoras, a diferencia de los hombres, no provienen de funciones ejecutivas. En la Argentina, pese a que tenemos Presidenta, sólo hay una gobernadora (Fabiana Ríos, en Tierra del Fuego) y un magro 9% de las intendencias son ocupadas por mujeres.

Igual, para Marx parece un sueño. Sostiene que a casi 20 años de la ley de cupo femenino y aunque aún no corrigieron su comportamiento, los legisladores hombres que antes estaban en contra, revirtieron su posición.