El caso de Soledad Bargna pone de nuevo en la agenda parlamentaria un debate que avanzó en ambas cámaras pero con la particularidad de que ha quedado trunco con el adelanto de las elecciones legislativas.

Más de mil personas se reunieron el pasado domingo en Plaza de Mayo para pedir Justicia por Soledad y uno de sus principales reclamos fue la creación de un registro de violadores. “Está cajoneado”, afirmaron los amigos y familiares de Soledad, con respecto al proyecto de ley.

Sin embargo, desde el bloque Frente para la Victoria de la Cámara baja adelantaron a Parlamentario.com que “el registro de ADN para violadores es una herramienta judicial que no tiene nada que ver con la disputa electoral y hay una fuerte voluntad política por parte del Gobierno nacional para avanzar sobre esta problemática”.

Por lo tanto, el kirchnerismo confía en que “se volverá a discutir el registro de violadores después de las elecciones” y “no dependerá del resultado de los comicios porque varios sectores de la oposición y también dentro del oficialismo tienen consenso para que avance el proyecto de ley que aprobó Diputados y se encuentra en el Senado”.

Pero en el Senado surge un rechazo por parte de opositores y también de oficialistas para volver a tratar este tema porque aluden que “técnicamente” los proyectos aprobados en cada cámara son “iguales” con pocas variaciones. Desde el peronismo disidente en la Cámara alta afirman que se trató de un problema de “cartel” sobre “quien era el autor de la norma y no se privilegió lo que necesita la sociedad”.

En este sentido, en la Cámara alta “hay mucha resistencia a tratar nuevamente este tema” porque “los senadores sienten que ya trabajaron en este proyecto y que la decisión de aprobar otra iniciativa casi igual fue un capricho de la diputada Nora César”, quien preside la Comisión de Legislación Penal.

El hecho de que la Cámara de Diputados aprobara un proyecto de ley para crear el registro de violadores luego que semanas antes el Senado aprobara una iniciativa “similar”, fuentes parlamentarias de la oposición en la Cámara alta lo consideran “insólito” porque “se frenó el debate y el mensaje a la sociedad fue que una pelea de autoria es más importante que dar a la Justicia una herramienta para luchar contra la reincidencia de los violadores y poder encontrar a los culpables de ese delito”.

En cambio, desde el FpV de la Cámara baja aseguran que el proyecto aprobado en la Cámara alta es “una barbaridad” y que “exagera en la cantidad de años” en que los datos genéticos anónimos que se encontraron en la escena del crimen debería estar guardado durante cien años. Otros de los puntos diferentes eran quien era la autoridad de aplicación y el acceso al registro.

Al respecto, desde el Senado dispararon: “No leyeron el proyecto porque las diferencias eran mínimas y si querían podrían haberse salvado”.

En este marco de disputa política y tironeo entre diputados y senadores, desde la Cámara baja confían que el proyecto que hoy está en el Senado avance porque “tiene el apoyo del Gobierno”. Si bien el Senado no está dispuesto a ser la cámara revisora de Diputados y sancionar los proyectos de los diputados, será clave la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para que los oficialistas eliminen sus diferencias y conviertan en ley el Registro de Violadores.