Los diputados PRO Federico Pinedo, Luis Galvalisi y Esteban Bullrich presentaron una propuesta sobre superpoderes, limitando el proyecto oficialista. La presentación impediría que el Ejecutivo viole el espíritu con el que los legisladores votan el presupuesto nacional. Además, los legisladores criticaron el ingreso “indebido” del proyecto a través del Senado.

Los puntos básicos propuestos por los diputados consisten en que el Ejecutivo sólo podrá reasignar partidas presupuestarias de acuerdo con el siguiente esquema

1) Hasta un 5% del total, según resuelva el Congreso de la Nación cada año.

2) Hasta un 5% como máximo en cada ministerio.

3) Prohibiendo la quita de fondos del presupuesto destinado a cada provincia.

4) Estableciendo que los decretos con fuerza de ley “caigan” a los 30 días si no son ratificados por el Congreso, como en la Ciudad de Buenos Aires.

“Con esto -explicó Bullrich- nos aseguramos que el Ejecutivo no pase por encima del criterio con el cual se sancionó el Presupuesto en el Congreso. Impedimos que el dinero estipulado para construir hospitales vaya a gastos de campaña, como ya ocurrió. Es decir, garantizamos el cumplimiento de todos los programas. También evitamos que las provincias con gobernadores aliados al kirchnerismo reciban un trato especial en el envío de partidas, como sucede con Santa Cruz”.

Por su parte, Galvalisi atacó el hecho de que el proyecto oficialista haya ingresado por el Senado “en esta materia la Cámara de origen es Diputados. Se trata de una irregularidad demasiado importante como para pensar que se trata de una confusión”.

Pinedo explicó que “hay una gran diferencia en las cifras. Una cosa es el 5% de los $233.000 millones que componen el Presupuesto Total, y otra es 5% de los $400 millones correspondientes a la Secretaria de Cultura. La modificación sería que en vez de afectar al total del presupuesto, el porcentaje se aplicaría a cada ministerio.”

La medida impulsada por los Legisladores iría acompañada de dos restricciones. La primera, para traspasar fondos de partidas financiadas por crédito externo. La segunda consiste en que cada partida destinada a Bienes de Capital sea reasignada respetando este fin. Esto evitaría el uso desmedido de tales recursos, por ejemplo, en gastos corrientes (personal, bienes de consumo).