El precio del gas que produce Neuquén para todo el país se encuentra congelado desde hace varios años a un valor irrisorio de alrededor de 50 centavos de dólar el millón de BTU. Mientras tanto, el Gobierno nacional paga arriba de 5 dólares el gas que importa de Bolivia y más de 10 dólares el gas comprimido que es trasportado a la Argentina en buques metaneros que lo descargan en Bahía Blanca.

Así lo expresó el senador Horacio Lores a través de un comunicado en el que advierte que, como consecuencia de esto, la provincia de Neuquén sufre graves pérdidas en materia de percepción de regalías y no puede afrontar sus compromisos financieros y su plan de inversiones lo que ha llevado a la provincia a una situación de grave crisis económica y social.

“El bajo precio que irracionalmente sostiene el Gobierno nacional ha desestimulado la exploración y en consecuencia las reservas comprobadas de este recurso no renovable tienen un horizonte de solo 6 años”, destacó el senador Lores, advirtiendo que “esto es dramático para Neuquén y para el país, ya que la provincia provee el 52% del gas que se consume en todo el territorio nacional”.

En su reciente informe ante el Senado de la Nación, el jefe del Gabinete de Ministros Aníbal Fernández afirmó, precisamente ante una pregunta del senador Horacio Lores, que recientemente se había firmado un acuerdo entre el Gobierno nacional y las provincias productoras por el cual se había incrementado el valor del gas en boca de pozo. El senador Lores salió al cruce del jefe de ministros, afirmando que ello no es cierto y que lo que se acordó fue que “del fondo fiduciario a conformarse con el aumento tarifario establecido según los términos del Decreto Nacional 2067, cuyos efectos hoy están suspendidos por decisión judicial, una parte fuera para pagar el gas importado y otra, de más de 600 millones de dólares, se destinara a estimular la exploración y producción para aumentar las reservas y la disponibilidad de gas, subsidiando la garrafa social y el consumo de los sectores más carenciados”. Se estableció además en dicho acuerdo que se incrementaría progresivamente el precio del gas que CAMMESA compra a las empresas productoras con destino a centrales energéticas. Esta última es una mínima parte del gas ya que el 85% se destina al uso residencial, a la industria, al comercio y al GNC. Esta proporción no sufrió ningún aumento.

“Lo racional sería establecer un incremento paulatino del precio del gas y de las tarifas, exceptuando a los sectores que por su condición social no puedan afrontar el mismo”, aclaró el senador neuquino, para quien “es imprescindible y urgente encarar este tema. Neuquén no puede seguir subsidiando a los sectores residenciales de altos ingresos, ni a la industria, la agroindustria, el comercio y el GNC. Es altamente probable que haya más gas en la Cuenca Neuquina (que abarca parte de Mendoza, La Pampa, Río Negro y especialmente Neuquén), pero éste es el llamado ‘gas de arenas compactas’, que se encuentra a más de 3.000 metros de profundidad y debajo de estructuras geológicas muy complejas. Llegar a él requiere de grandes inversiones y de tiempo. De no hacerlo ya, el país sufrirá graves consecuencias a corto plazo ya que habrá que importar cantidades crecientes de gas a precios del mercado internacional y trasladar los altos precios a las tarifas”.

En Neuquén, las consecuencias de este congelamiento del precio ya se están padeciendo, remarcó el senador de esa provincia, para anticipar a continuación que “el gobierno provincial exigirá al Gobierno nacional tener participación activa en la fijación del precio del gas en uso de facultades concurrentes que deben aplicarse ante la gravísima situación planteada”.