En su segundo día de tareas en el marco de su paso por los Estados Unidos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló del proyecto que hoy por hoy más desvela a su Gobierno, el de Medios Audiovisuales.

“No es un proyecto del Gobierno sino que es un viejo proyecto que viene siendo impulsado por distintas ONGs, periodistas, distintos sindicatos y universidades”, aclaró la mandataria, remarcando que se trata de una iniciativa “profundamente desmonopolizadora”.

La Presidenta sostuvo que “hay dos leyes que han sido impulsadas por este Gobierno pero que no le pertenecen a este Gobierno, una fue la ley de anulación de las leyes de la impunidad, de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que permitían que quienes habían delinquido y violado ferozmente los Derechos Humanos durante la dictadura, quedaran sin pena y en libertad”.

Agregó que “la otra ley que tampoco le pertenece a este Gobierno, porque la tomó precisamente de esta sociedad, es esta ley que presenté el día 18 de marzo de este año y en la que constituimos, también en un procedimiento inédito en materia de discusiones de leyes”.

En su exposición ante el Foro de Líderes Mundiales de la Universidad de Columbia, Cristina dijo que “estamos proponiendo la nueva ley de medios audiovisuales que es profundamente desmonopolizadora, porque también debemos decir que el 73 por ciento de las licencias en materia radiofónica y televisiva y de cable pertenecen a una sola empresa que además es propietaria también de diarios”.

Agregó que “esta ley además en ningún momento hace mención a los contenidos que debe tener la información. La ley solamente hace mención al tema de la concentración, o sea establece los modelos de cuanto se puede tener de licencias de radio o televisión de acuerdo a la cobertura geográfica y de audiencia”.

“Paralelamente, he remitido como Presidenta de los argentinos al parlamento en un acuerdo con la Comisión Internacional de Derechos Humanos, la despenalización del delito de calumnia e injurias para periodistas”, señaló.

“No puede ser cabeza o titular de la libertad de expresión, las grandes empresas económicas dueñas de los grandes medios económicos”, sino que “la libertad de prensa, la libertad de expresión debe estar a la cabeza de quienes son sus titulares, que son los ciudadanos que tienen derecho a conocer toda la información”, puntualizó la mandataria argentina.

En su exposición, admitió que “es cierto que una información puede ser la tapa de un diario, pero también es cierto que muchas veces se tapan las informaciones de los propios centros mediáticos. En el caso de nuestro país, cualquiera que lee un diario o escucha un canal de televisión y escuchan hablar de la Presidenta o del Gobierno, podrá advertir el grado de libertad”.

Luego, remedándose a sí misma, dijo: “Desafío a cualquier archivo, a cualquier memoria, a cualquier registro, que alguna vez haya habido tal grado de libertad para hablar, criticar, oponerse a un gobierno como el que hubo durante la gestión de esta Presidenta”.

“Me crié en una sociedad en la que me incorporé a la vida política, donde en las tapas de los diarios nadie contaban lo que pasaba, no había muertos, no había desaparecidos”, concluyó el discurso presidencial.