Después de aludir en su alocución a la película “Rififí”, para parangonar el botín en disputa allí con el corralito financiero, al que también calificó de botín, en este caso de sesenta mi millones de dólares, el gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá expresó un lamento. El de que “se discuta una ley que podría haberse iniciado de una manera maravillosa y en un clima de unidad nacional”.

En tal sentido, propuso, a modo de ejercicio de la imaginación, una ley que dijera: “Derógase la ley de la dictadura. La ley del Comfer, la ley de regulación de los medios”.

“¿Qué diputado o qué senador no estaría dispuesto a levantar la mano orgulloso de sacarnos de encima una ley que significa el control sobre los medios de comunicación, la manipulación y una violación permanente a la Constitución nacional?”, se preguntó el ex senador nacional puntano, quien no dudó de que “estaríamos todos de acuerdo” con semejante norma.

Luego de que esta ley estuviera sancionada, “empezaríamos a hablar de monopolio, de otras leyes. Cómo el Estado nacional hace cumplir los tratados internacionales respecto de la navegación aérea”, continuó diciendo Rodríguez Saá.

También sugirió ver cómo se legisla sobre el progreso de los nuevos medios de comunicación y en especial este maravilloso medio que ha generado una revolución en la cual estamos inmersos y todavía no nos damos cuenta, que estamos en la era digital, y este fenómeno que tiene como epicentro lo que sería la Internet: red anárquica. El gobierno de la red es anárquico; para los románticos, al final la anarquía tiene un triunfo en la red”.

Tras ello, hizo votos porque “ojalá no se le ocurra al Gobierno argentino discutir formas de regulación de la Internet”.