El senador Carlos Salazar explicó su apoyo en general a la ley y la disidencia con seis artículos, tras lo cual planteó su situación particular y rechazó enfáticamente los planteos que se hicieron en torno a su voto, aclarando que en ningún momento cambió su postura.
El tucumano Carlos Salazar fue durante los últimos días eje de una gran polémica por lo que se tomó como el cambio de su postura inicial. El senador de Fuerza Republicana aclaró los tantos en su discurso, que comenzó citando las razones por las cuales estaba en general de acuerdo con la ley de Medios y parcialmente en contra en algunos puntos.
“Estoy seguro desde lo formal que la cuestión no se ha manejado desde lo mejor posible”, señaló el legislador tucumano, lamentando que todo se haya enmarcado dentro de lo que definió como “una guerra mediática feroz”.
“Todo ha contribuido a que estemos en un ambiente de crispación que no es el ideal de la magnitud de esta ley”, se quejó Salazar, para puntualizar luego que, no obstante eso, “ha salido una ley, reconociendo todos los aportes que se hicieron en la Cámara de Diputados, que tiene muchas cosas buenas”.
El senador recordó haber escuchado muchas veces durante los últimos días la palabra “esta es una ley buena”, y resaltó que se trata del fruto del esfuerzo de una enormidad de gente que durante dos años trabajó mucho en el tema. Reconoció el trabajo realizado y a continuación detalló los puntos en los que coincide.
Citó en tal sentido “el que permite que una multiplicidad de voces acalladas”, como el que “limita fuertemente las posiciones dominantes. Es tal vez el nucleo de esta ley, con el cual estoy plenamente de acuerdo”.
Mencionó también el tema de los contenidos de producción local: “creo que es muy positivo, porque permitirá que trabajadores de las provincias puedan lograr su trabajo en el lugar y no tengan después que irse, como la gran mayoría de los periodistas del interior”. También aludió a la defensoría del público, que “también me parece interesante”, y agregó lo que definió como “un anhelo largamente reclamado que ahora está apareciendo: el que las multas no son canjeables por publicidad como actualmente”.
Después fue el turno de una serie de reparos: “Fundamentalmente el que tengo en cuanto a la autoridad de aplicación -dijo-. A mi criterio se le da una preeminencia al Ejecutivo, no a este Ejecutivo puntualmente, sino al Ejecutivo de turno, demasiado importante”.
“Otro artículo que no estoy de acuerdo es el 32, porque no me convence la explicación que escuché del oficialismo de que es para darle mayor jerarquía o por un doble control, y yo interpreto que es la misma autoridad de aplicación la que debería dar la licencia, independientemente de si hay más de 500 mil habitantes”.
Luego dijo que el tan mentado artículo 161 es otro que “no termina de convencerme como está redactado”. Aludió a los derechos adquiridos y se preguntó por qué no dejar que las licencias venzan naturalmente y no se las renueven, que “es una posición que creo que está planteada de la oposición”.
En definitiva, anticipó su voto positivo en general y a los artículos 28, 30, 32, 48, 73 y 161.
Pero antes de terminar, pidió referirse a su cuestión particular, comentando que llevaba dos días sin dormir y haber sido sometido a lo que definió no como libertad de expresión sino “impunidad de expresión”.
“Me he sentido como nunca en mi vida –confesó-; tal vez no tenga la experiencia política necesaria, pero sí tengo muy fuertemente mis valores arraigados”. Agregó que “se ha dudado de que había cambiado mi voto”, y comentó que “cuando diez días atrás a integrantes del interbloque al que pertenezco les comenté que no había grises, era todo blanco o negro. Entonces opté por leer la conciencia a la ley y llegué a la conclusión de que no es tan mala”.
Así las cosas, pidió a su colega Guillermo Jenefes que, “si no cobra derecho de autor le voy a usar una frase: ‘no es tan buena como para que se la apruebe por completo y no es tan mala como para que se la rechace por completo’. Y coincido con él”.
Así las cosas, dijo que “es mucho menos lo que nos separa que lo que nos une” y resaltó lo “lindo” que sería que “pudiéramos lograr el consenso en esos artículos que quedan, rompiendo todo tipo de especulaciones”.
“Me falta el don de la expresión, pero lo que sí tengo es muy claro qué es lo que está bien y qué es lo que está mal –dijo para finalizar-. Yo no he actuado mal, puedo demostrarlo. Lamento haber traído este tema que ensucia este ambiente tan sacrosanto para mí”.
