La oposición al macrismo en la Legislatura se apresta a forjar, a partir del 10 de diciembre, una coalición de interbloques que obligaría a la bancada del PRO a establecer negociaciones para sancionar leyes que requieren de 40 votos positivos.

La alianza opositora aspira ser protagonista ineludible a la hora de abordar propuestas legislativas que impliquen políticas públicas, por lo que determinar la agenda legislativa para el futuro se ha convertido para esta convergencia en un objetivo prioritario.

“Siempre estaremos en la búsqueda constante de los consensos que generen las respuestas que espera la ciudadanía; si la oposición opta por convertirse en una máquina de impedir, seguramente será el electorado el que impondrá el escarmiento en las próximas elecciones”, fue la réplica tajante del presidente de la bancada oficialista, Oscar Moscariello ante la requisitoria de Parlamentario respecto a la gestación de una alianza opositora para enfrentar al Gobierno de Mauricio Macri.

Juntos somos más

Sin embargo, y a pesar del vaticinio del titular del bloque oficialista que el electorado haría “tronar el escarmiento” en la próxima contienda electoral en el caso de que el arco opositor asuma posiciones que dificulten la gestión de Gobierno, se está gestando en la Legislatura una serie de movimientos que tienden a crear una coalición de interbloques que, “anteponiendo intereses sectoriales, sea capaz de engendrar e imponer una agenda legislativa que contenga a todos los espacios parlamentarios posibles”, fue el concepto esbozado ante un cronista de Parlamentario por uno de los legisladores comprometidos en el armado.

Quienes participan en la constitución de esta alianza esperan que la misma no termine en un mero anhelo de muchas personas con exiguos lazos entre sí, aunque confían que esta vez el acuerdo no fenezca antes de nacer, ya que al conformar un espacio mayoritario colectivo los convierte en alternativa para legislar sobre políticas de Estado de las que según, la oposición misma, adolece el Gobierno de Macri.

“Si logramos postergar nuestros egos, tenemos la esperanza de poder construir un espacio parlamentario amplio, pluralista y progresista que ponga freno a los avasallamientos de Macri”, sostuvo ante este medio una legisladora que a diario pregona la necesidad crear una alianza opositora.

“No puede ser que no seamos capaces de coincidir en una agenda legislativa que, sobre la base de una serie de puntos, nos contenga a todos”, acotó esta diputada que por estos momentos se mueve de manera independiente de la bancada a la cual pertenece. Su principal preocupación ahora es alcanzar las coincidencias necesarias para darle formato a esta nueva coalición de bloques.

En ella coincidirían –manteniendo su identidad- Proyecto Sur, el kirchnerista Encuentro Popular para la Victoria y la bancada de Diálogo por Buenos Aires que se referencia en el ex jefe de Gobierno y actual legislador, Aníbal Ibarra.

Este abanico de espacios legislativos estaría conformado por 17 legisladores a los que habría que sumar, dado el perfil claramente opositor que los caracteriza a los diputados Martín Hourest, Gonzalo Ruanova y Gabriela Cerruti, quienes a partir del 10 de diciembre conformarán bloques unipersonales.

Sin embargo, no debería descartarse un desembarco inesperado en esta suerte de “unidad de diversidades” -que tiene como adversario común a Mauricio Macri- de la actual legisladora de la Coalición Cívica, Diana Maffia, quien habría sido tentada para incorporarse a este armado en vista de la franca oposición que a diario ejerce ante el oficialismo.

Serán veintiún voluntades infranqueables para el macrismo a la hora en que la Legislatura se disponga a tratar proyectos de leyes que requieran de 40 votos para su aprobación, porque si hay una afinidad que abroquela a esta coalición, es su resistencia a las políticas implementadas por el Gobierno del PRO.

Armando la defensa

Desde el oficialismo son consientes de que el futuro que se avizora es un tanto hostíl e incierto. Esto último a raíz de la incertidumbre que se revela a la hora de analizar potenciales aliados. Aunque es cierto que de antemano se podría contabilizar algunos, como por ejemplo, los representantes del gremio de los porteros, como Silvina Pedreira y Mateo Romeo, quienes tendrían la intención de armar un bloque netamente peronista. A ellos habría que sumar a Raúl Fernández (Encuentro Progresista) y al actual presidente de la bancada del bloque Frente para la Victoria, Diego Kravetz, los cuales se encuentran más cercanos a apoyar las posturas del PRO que insertarse en el nuevo núcleo.

Hasta allí el macrismo alcanzaría 30 votos para sus propuestas legislativas, si bien es un buen número, no es suficiente si se considera que se necesitan 31 legisladores para alcanzar quórum y tratar leyes que requieren de mayoría absoluta. Sin duda esta ecuación nos enseña la dimensión de la problemática que deberá enfrentar Mauricio Macri a la hora de enviar proyectos al Parlamento, donde según el clima legislativo que reina, sólo le esperan tiempos difíciles en virtud de la ofensiva que la oposición está dispuesta a lanzar.

Caminos sin espinas

Los contactos que se han establecido tendientes a concretar el esquema opositor irían por “buen camino” según expresiones de uno de sus constructores, quien además agregó que “no es fácil unificar posturas, si bien existe voluntad de consolidar este espacio no se pueden descartar turbulencias, aunque para que ello no suceda es imprescindible que haya garantía de pluralidad”.

Es la única alternativa que tiene la centroizquierda de conformar una fuerza legislativa que participe de la elaboración de políticas públicas, ya que en anteriores períodos debió sucumbir ante la diáspora que se producía entre quienes comulgaban –según se sostenía- de los mismos ideales, producto de anteponer intereses personales a la construcción de un espacio común de labor parlamentaria. En esta ocasión se deberá esperar hasta el próximo 10 de diciembre si el proyecto se cristaliza o no.