Una legisladora bonaerense opositora advirtió que será difícil controlar la aplicación de la norma que regula la noche provincial.
La diputada bonaerense del GEN Ana de Otazúa advirtió que “en muchísimos lugares” de la provincia de Buenos Aires “no podrá controlarse” la aplicación de la futura normativa que limitará el horario de boliches y restringirá la venta de alcohol en territorio bonaerense.
Asimismo, la legisladora opinó que si en la provincia de Buenos Aires “son más de quinientos mil los jóvenes de entre 18 y 24 años que no estudian y no tienen trabajo, muchos de los cuales no teniendo un proyecto de vida, lo reemplazan con el programa evasivo de la noche de alcohol, drogas, violencia”, está dispuesta a “acordar un marco regulatorio de la actividad nocturna”.
De Otazúa acotó que “el clamor por cambiar leyes” desde el Parlamento provincial, ratifica el “compromiso” de establecer “una política integral que devuelva a cientos de miles de jóvenes de la provincia de Buenos Aires el horizonte de futuro”.
No obstante, la diputada bonaerense recalcó que buena parte de la suerte de la norma que ahora está a consideración del Senado de la provincia de Buenos Aires, “está centrada en el funcionamiento de los controles”
“Eso lleva a preguntarnos si se está en condiciones de controlar el respeto de los horarios de apertura, la hora en que se deja de vender alcohol, el horario en que los locales deben cerrar y el control de la desconcentración”, explicó la diputada bonaerense.
En ese sentido, advirtió que “no podemos dejar de señalar, porque es conocido por todos, que en muchísimos lugares de la provincia de Buenos Aires no puede controlarse la entrada de menores de 18 años a los locales bailables”.
“Hemos dicho y reiteramos que la alternativa de poner tope horario a los boliches para evitar la violencia juvenil, así como el consumo de drogas y alcohol es un aspecto, pero que no es con un reloj con lo que se resolverán estas situaciones”, aseveró.
Según Otazúa, “las conductas propias de algunos grupos juveniles son expresiones de un proceso de desintegración que vive nuestra sociedad, y las respuestas deben ser políticas integradoras”.
“Estaríamos cayendo en el facilismo de pensar sólo en medidas de control, que por cierto son necesarias, sin pensar que lo que hace falta es una política integral, que debe tener en cuenta la realidad social en que vivimos”, concluyó la diputada Otazúa.
