“En mi área no hay un sistema ilegal de escuchas”, fue una de las enfáticas defensas expresadas por el ministro de Justicia y Seguridad porteña, Guillermo Montenegro, durante la larga presentación que este funcionario y Mariano Narodowski mantuvieron frente a los legisladores propios y ajenos en el marco del caso del espía Ciro James que puso al gobierno macrista en el ojo de la tormenta.

El ministro de Educación, por su parte, quedó fuertemente involucrado por cuanto el policía Ciro James prestaba servicios en esa cartera. El mismo lo admitió durante la presentación, donde precisó que el espía cumplía “tareas de asesoramiento externo respecto de dictámenes jurídicos”.

James “tenía acceso al edificio del ministerio y era persona conocida allí”, admitió Mariano Narodowski.

La oposición no tuvo contemplaciones con uno y otro, en el marco de la presentación realizada en el Salón San Martín de la Legislatura. Les enrostraron a ambos no poder desconocer las tareas que James cumplía y dijeron que de ser así, tenían que irse igual. O con más razón.

James está actualmente detenido acusado de realizar tareas de espionaje a través de escuchas telefónicas al familiar de víctimas de la AMI Sergio Burstein. James se desempeñaba como abogado en la cartera de Educacón, donde percibía un sueldo de 6.500 pesos por mes.

Desde la oposición endilgaron que James mantenía una relación de mucho tiempo con “Fino” Palacios y ello quedó evidenciado en las innumerables llamadas registradas. El propio Montenegro admitió que el detenido tenía vinculación con el controvertido ex policía federal que estuvo a punto de encabezar la nueva Policía Metropolitana. Al cabo, aclaró que se iniciaron sumarios internos para conocer detalles de posibles visitas del detenido al edificio del Ministerio de Seguridad en Barracas.

James era policía federal hasta septiembre pasado, dato que ocultó, dijo Montenegro, para “infiltrarse” en el gobierno macrista.

“Si los engañó James a todos ustedes, vayansé todos”, replicó uno de los más críticos durante la presentación, Aníbal Ibarra.

“James en ningún momento se hizo conocer como policía federal activo, y esto nos hace suponer que el direccionamiento de esta investigación estaba destinada a poner dudas sobre la Policía Metropolitana”, remarcó Montenegro, en tanto que Narodowski precisó que el detenido cumplía tareas de asesoramiento externo sobre dictámenes jurídicos en el Ministerio de Educación.

“Hay 167 llamados entre James y Palacios” durante el 2009, cuando el ex comisario aún estaba al frente de la Metropolitana, sostuvo Ibarra.

A su vez, el legislador Martín Hourest sostuvo que el Gobierno porteño “es incapaz e irresponsable cuando no asume que hay riesgo sistémico y se convierte en graves factores de riesgo. Los ministros Montenegro y Narodowski, por lo expuesto, debieran renunciar”.

Por su parte, el ex jefe del bloque kirchnerista Diego Kravetz, dijo que “realmente pensé que iban a venir con la renuncia de Chamorro bajo el brazo y, en cambio, lo siguen encubriendo. Es insostenible que el jefe de la Metropolitana sea una persona que esté incriminado en estos bochornos. No puede estar al frente ni un día más”.

Juan Cabandié sostuvo en tanto que “quieren convencernos que nada tienen que ver en este escándalo político que hoy está viviendo esta Ciudad”.

El legislador socialista Raúl Puy exigió “la inmediata renuncia” de ambos ministros y agregó que “el circo que montaron hoy es una clara muestra de que Mauricio Macri y sus funcionarios siguen ocultando información y tratando de excusarse acerca de lo que es obvio”.

El legislador de Diálogo por Buenos Aires dijo: “Las llamadas entre James y el actual Jefe de Policía, Jorge Chamorro y Jorge Fino Palacios, son la prueba contundente de que el Gobierno de la Ciudad tiene la firme intención de armar su propio servicio de inteligencia. El espía, hoy detenido, fue contratado por el Ministerio de Educación al inicio de la gestión de Macri, con pleno conocimiento de los ministros”.