El jefe del bloque de diputados kirchneristas, Agustín Rossi, defendió el accionar de las organizaciones sociales y aseguró que la oposición intenta estigmatizarlos por recomendación de quienes “les piden sangre”. Les sugirió guardar esa sangre, en cambio, para si “en algún momento les toca gobernar la Argentina”.

Rossi sostuvo además que la relación de fuerzas que se dará en la Cámara de Diputados a partir del 10 de diciembre no será un reflejo de lo ocurrido en las últimas elecciones y sugirió aguardar a que se produzca el recambio para verificar cómo queda esa proporcionalidad. Aseguró además que no están dispuestos a ceder las presidencias de las comisiones clave.

Respecto de los temas a tratar próximamente en la Cámara baja, anticipó que este miércoles analizarán el tema de la extracción de ADN, como así también la eliminación del delito de calumnias e injurias del Código Penal.

Respecto del primer tema, en diálogo con Radio 10, aclaró que “no es un proyecto a potenciales hijos de desaparecidos, es un proyecto genérico”, remarcando que se trata de una ley “general, no específica”, aclarando que no se trata de determinar su aplicación sólo para casos de delitos de lesa humanidad, sino para cuando la Justicia lo determine. “Es un proyecto compatible con el fallo de la Corte”, por el cual queda establecido que “lo que se busca es encontrar hacer el estudio de ADN sin tener que apelar a una situación compulsiva ni evasiva”.

No tiene nada que ver con el registro de violadores, aclaró también.

Consultado respecto a los anuncios de que la oposición piensa unificarse en el Congreso para enfrentar al oficialismo, anticipó que “esa será una discusión para después del 10 de diciembre”. Si bien reconoció que “debe haber una nueva constitución” parlamentaria, sugirió aguardar para ver “cómo queda fijada la proporcionalidad, la relación de fuerzas, y aspiramos a seguir manteniendo el control sobre las comisiones que hacen a la gobernabilidad. No me imagino un escenario donde la oposición controle la Comisión de Presupuesto, por ejemplo, porque con eso condicionaría la política económica del Gobierno”, dijo.

Aspiró a encontrar un “acuerdo razonable, donde el oficialismo no va a tener problemas en reconocer que hay una situación distinta”, pero aclaró que no está dispuesto a ceder “cuestiones de manejo de Estado”.

No cederán en ese caso la presidencia y vicepresidencia primera de la Cámara baja, que “tienen que ver con la situación institucional, la tradición parlamentaria. Nos avalan más de 100 años de tradición parlamentaria”, remarcó.

“Amén de que hay que sentarse y hacer bien las cuentas, porque hay una sensación generalizada de que la nueva Cámara va a reflejar el resultado del 28 de junio, que se va a dividir en tercios, y eso no es así -sostuvo-. La verdad que del período parlamentario que se inicia el 10 de diciembre de 2009 y concluye el 9 de diciembre de 2011, el 50% de los diputados corresponde a la proporcionalidad de 2007, cuando Cristina ganó la presidencia de la Nación; el otro 50%, sí, respeta la proporcionalidad de las elecciones del 28 de junio”.

Así las cosas, estimó que “el oficialismo va a tener un bloque que va a representar el 44% de los diputados, lejos arriba de 90 diputados, con una cantidad de aliados importantes”, que calculó en “veintipico”.

Señaló además que “el problema no es a cuánto estás de contar con la mayoría, sino qué capacidad tenés de construirla”, y puso como ejemplo que para las leyes más trascendentes aprobadas en los últimos tiempos, contaban sólo con 102 diputados propios y “logramos construir una mayoría interesante”.

“A mí, después de 4 años de experiencia como presidente del bloque oficialista, me queda la sensación de que es más importante qué capacidad de construir mayoría tiene uno que la cantidad que tenga”.

Respecto de la presencia del ex presidente Néstor Kirchner a partir del recambio, aclaró que “obviamente va a asumir”, pero aclaró que no va a ocupar ningún cargo como autoridad de bloque ni de la cámara. Tendrá oficina dentro del palacio y admitió que podría ser la que hoy ocupa la vicepresidenta primera, Patricia Vaca Narvaja.

Con relación al accionar de las organizaciones sociales y los casos registrados la última semana que involucraron a dos referentes como Emilio Pérsico y Milagro Sala, Agustín Rossi dijo que “lo que vemos es que hay un intento de estigmatización de las organizaciones sociales, que no sólo tiene que ver con ese tratamiento que se le ha dado al hijo de Pérsico, sino también Milagro Sala y la organización Tupac Amaru”.

“A mí me parece que en ese sentido tenemos una mirada obviamente distinta a la de los que quieren estigmatizarlas; todas estas organizaciones sociales han nacido a partir de la crisis importante de 2001/2002; se organizaron para reclamar comida, lo básico, y desde nuestra llegada, el Gobierno inteligentemente trató de volcar que toda esa experiencia ganada en la lucha social se convirtiese en una acción positiva”, destacó el jefe del bloque oficialista.

Esa tarea del kirchnerismo fue resumida en la intención de “trabajar en forma coordinada y ordenada con esas organizaciones, es una buena medida y he sentido que se ha tratado de estigmatizarlas, cosa que no comparto”.

“En el caso de Milagro Sala, que fue la que más se ha destacado y generado el debate -dijo-, hay algunas cosas que son sintomáticas; Gerardo Morales parece que descubre todo esto a partir del incidente que vivió, y me da la idea que no es así, que hay otra intencionalidad”. Estimó que “lamentablemente la agenda política de algunos dirigentes de la oposición se la marcan desde afuera y cuando les piden sangre están dispuestos de darla para salir en la tapa de los diarios, y me parece que tendrían que guardar un poco de la sangre que tienen si es que alguna vez les toca gobernar la Argentina”.