El Senado no se mantuvo al margen de la crisis desatada en la Ciudad de Buenos Aires con motivo de las escuchas ilegales y todo el espionaje que desnudó esta investigación. Al respecto, dos senadores impulsaron un proyecto de repudio a esas escuchas telefónicas ilegales.

Los autores fueron el kirchnerista Daniel Filmus y el filósofo Samuel Cabanchik, ambos representantes porteños.

Para el ex ministro de Educación, la crisis ha adquirido “ribetes grotescos” y atribuyó eso a “la torpeza e impunidad con que evidentemente se practicaban”, todo lo cual consideró “inaceptables en un estado de derecho”.

En su discurso, el legislador del Frente para la Victoria aclaró que esto “afecta no sólo los derechos y garantías constitucionales de los afectados, sino el funcionamiento de los propios poderes públicos y no puede permitirse ni tolerarse. Debemos alcanzar la verdad haciendo responsables a los funcionarios o empleados públicos que estuviesen involucrados”.

El Senado aprobó un proyecto que considera que las escuchas hechas a diversas personas, legisladores incluidos, “son hechos que resultan una violación a la Constitución Nacional, a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos suscriptos por nuestro país, al Código Penal y a las leyes de Seguridad Interior y de Inteligencia Nacional, entre otras normas.