Pensé que el día 8 de diciembre había sido el más bochornoso de la historia de la policía bonaerense, quedando reflejado ante toda la sociedad la inoperancia e incapacidad de la fuerza policial y de los funcionarios políticos encargados de la misma. Hoy me doy cuenta que una vez más me equivoqué.

Scioli, al cual ya no nombraré como gobernador, porque el cargo le “chinga” por todos lados, no gobierna nada, a raíz del papelón del caso Pomar, reclama a su ministro Carlos Stornelli la renuncia de la cúpula de la policía, pero lamentablemente no tenía la menor intención de aceptarlas, sino que lo que buscaba era solamente la primera plana de todos los diarios.

Hoy me desayuno con la novedad que solamente sacó de escena a algunos jefes policiales y dejó atornillados en sus cómodos sillones no solo al jefe de la fuerza Juan Carlos Paggi, sino también al subsecretario de Investigaciones Paul Starc y Stornelli, como si ellos no hubieran tenido nada que ver en esta vergüenza provincial.

Además, como frutilla del postre, lo veo a Stornelli en televisión afirmando que los pocos cambios producidos en su ministerio son una reestructuración habitual y aclaró que “jamás se pidió la cabeza de nadie” al frente de la fuerza tras el mortal accidente de Pergamino. “Me pareció oportuno adelantar algunos cambios” afirmó con la mejor cara de piedra.

Mis condolencias a la familia. Que Dios les de un poco de serenidad para sobrellevar la irreparable pérdida que han sufrido y por favor, no nos olvidemos que todos somos Pomar.

Gustavo Zuccari es diputado radical de la provincia de Buenos Aires