Ernesto Sanz y Héctor Recalde fueron los principales ganadores de la encuesta anual de Semanario Parlamentario, y como tales, compartieron el diálogo para analizar no sólo el trabajo realizado a lo largo del presente año, sino también las perspectivas para el próximo, con un Congreso bien distinto al conocido hasta ahora.
Por Agustín Alvarez Parisi
Uno es referente del oficialismo, defensor de varias de las leyes que han sido eje de lo que el kirchnerismo defiende como su “modelo”. El otro acaba de ser elegido presidente del principal partido de la oposición. Ubicados en veredas opuestas, los unía hasta ahora el respeto y el reconocimiento mutuo, y ahora Parlamentario acaba de unirlos, no sólo para reportearlos, sino como principales ganadores del Premio Parlamentario otorgado a los legisladores más laboriosos de 2009.
Así fueron reconocidos por sus pares, asesores, el periodismo especializado y todos aquellos que saben del trabajo legislativo y que tomaron parte de la encuesta anual que realiza Semanario Parlamentario. Ambos también reconocen otro punto de contacto: el club de sus amores, Boca Juniors, y el footing matinal que realizan en los bosques de Palermo, donde muchas veces suelen cruzarse durante esas prácticas.
En la charla que compartieron con Parlamentario, reconocieron otros puntos de contacto, aunque por supuesto mantuvieron sus posturas bien diferenciadas respecto a la marcha del país.
- Diputado Recalde, ¿qué significa para usted haber ganado el Premio Parlamentario?
- HECTOR RECALDE: En primer lugar, significó una sorpresa. Y lo más agradable fue cuando me enteré de la compañía que tuve en el Senado, con el senador Sanz, porque esa alguien a quien le tengo mucho respeto, así que fue un doble reconocimiento: compartirlo con él pero obviamente no me voy a pasar de humilde, me gratificó.
- ¿Cuál fue su reacción al ganar el Premio Parlamentario, senador Sanz?
- ERNESTO SANZ: Lo mismo que ha dicho el diputado Recalde: la alegría y el honor de compartirlo con él, porque me parece que es un premio que vale la pena disfrutar, ya que a uno lo eligen los de adentro, es decir los pares, los periodistas, los que nos conocen más de cerca. Entonces tiene un valor suplementario al de un reconocimiento, que también es válido, pero viene de afuera.
- Yendo a la tarea legislativa de este año, ¿está conforme con su actividad en el Senado?
- SANZ: Ha sido un año atípico, porque estuvo dividido en dos partes bien definidas. La primera parte del año estuvo signada por el período electoral, por lo tanto debemos reconocer, y la sociedad lo sabe, que no hubo una actividad parlamentaria demasiado fuerte. Cuando en el mes de marzo se adelantaron las elecciones, cuando apareció esa ley, hubo un impasse; en el caso mío, reconozco que disminuí mi actividad parlamentaria, porque yo fui candidato en mi provincia. Entonces los que hemos sido candidatos tuvimos que cumplir un rol electoral muy fuerte. Y bueno, en la segunda parte del año sí hubo una dinámica más allá de las valoraciones; hubo mucha producción, actividad, debate, discusión, labor de comisiones, exposición mediática… El Parlamento estuvo en un primer plano y creo que este último tiempo fue el que analizaron en mí y en el diputado Recalde para premiarnos.
- ¿Cómo evalúa su tarea legislativa este año?
- RECALDE: Yo diría que la tarea legislativa de todos estuvo bien retratada por el senador Sanz. En el caso de mi comisión, quizás se da un fenómeno tal vez diferenciado; es cierto que toda la contienda electoral sustrajo un poco nuestra labor legislativa, pero en la Comisión de Legislación del Trabajo los problemas sociales, sindicales y laborales continuaron, y eso en términos de trabajo de comisión se mantuvo, en términos generales. Por supuesto, mermó en términos legislativos, pero se compensó con la segunda mitad del año. Entonces ahí podemos declarar un empate: creo que dejó un saldo positivo, porque el Parlamento tomó un papel preponderante. Eso es bueno para las instituciones.
- Si tiene que resaltar alguna ley trabajada por usted este año, ¿cuál elige?
- RECALDE: Hay un proyecto que ya es ley, que fue sancionado hace poco por el Senado, que ya lo hable con Gerardo Morales y Miguel Pichetto, que es la modificación de un artículo de la Ley de Contrato de Trabajo, que tiene que ver con la irrenunciabilidad de los derechos de los trabajadores.
- SANZ: Ah, esa fue la última sesión nuestra, que lo sacó él en Diputados y nosotros lo dimos en carácter de ley en el Senado…
- RECALDE: Me parece trascendente, porque nadie puede creer que ningún trabajador regale la fuerza de su trabajo, no puede haber renuncias gratuitas. Esto me parece que es un cambio estructural en la cultura de las relaciones laborales importantes. Habrá alguna más, pero me vino esto a la memoria porque fue la última ley que se saca en el ámbito de derecho de trabajo.
- SANZ: Hay alguien que se va a poner celoso en esta cuestión nuestra, que es el senador Morales, que es la contracara de Recalde en Senadores, ya que es el presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social. La verdad es que han hecho una tarea en tándem, al punto tal que no se sabe cual es el peronista, cual es el radical, o si ambos son peronistas, o ambos radicales, porque hago un reconocimiento: los proyectos se iniciaban en Diputados, con Recalde, y luego encontraron siempre en Morales la recepción para que los proyectos siempre se transformen en ley, cosa que no es común. Hay muchos buenos proyectos que nacen en una Cámara y mueren en la otra; aquí han encontrado una empatía entre los dos presidentes de las comisiones. Siendo de diferentes partidos, hicieron que la Comisión de Legislación Laboral sea, junto con la Penal, la que más productividad ha tenido en el ranking de las leyes.
- RECALDE: Yo creo que hay una coincidencia en este sentido entre ambas comisiones. Las dos tienen características de derechos humanos de segunda generación. ¿Qué digo con esto? Ambas trascienden las esferas partidarias, son cuestiones de Estado, por eso podemos lograr coincidencias con el senador Morales y Sanz, con los propios Pichetto y Rossi… Trasciende las fronteras partidarias, ver como podemos dejar de lado nuestras pertenencias partidarias, que no significa resignar las ideologías, pero sí ver qué cuestiones son de Estado y llegar a un común denominador.
- SANZ: Yo diría que hasta la composición de las comisiones de Trabajo y de Legislación Penal no se rigen por los parámetros tradicionales de la pelea, de si hay mayoría o minoría. En Diputados casi se sacan los proyectos con unanimidad, y en el Senado también. Lo cual habla bien, es un avance, incluso habla bien de los que se oponen. (Federico) Pinedo ha hecho muchas observaciones, y luego en el debate, las ha retirado y hemos llegado a conclusiones, depende de la posición ideológica, que obviamente no es igual a la mía, pero hay que rescatar esos consensos.
- Hasta aquí ustedes están dando una muestra cabal de que se puede coincidir a pesar de tener distintas ideologías. Ahora, con la nueva composición de las cámaras, ¿cómo cree senador que va a funcionar el nuevo Congreso?
- SANZ: Bueno, uno puede tener sobre esto dos miradas: la positiva o la negativa. Yo me quedo con la positiva, que es que al haber más equilibrio, va a obligar a todos a que haya mayor consenso. Yo me he quejado, desde mi rol de opositor, de que muchas leyes han salido sin demasiados cambios o haber aceptado modificaciones o enriquecimientos; desde nuestra óptica, se puede estar de acuerdo o no. Me parece que la que viene va a ser una etapa en donde las leyes van a ser fruto de mayor consenso y van a permitir participación de muchos sectores; no sólo digo las bancadas mayoritarias, se va a tener que escuchar también a las bancadas minoritarias, que en Diputados es todo un desafío porque van a ser muchas, en Senadores son muchas menos. Esa es la mirada positiva. La mirada negativa es que va a estar todo trabado, fruto de que vamos a tener que encontrar consensos en un ámbito en el que no estamos muy acostumbrados, por ahí va a estar la cosa trabada. Yo me quedo con la positiva.
- RECALDE: Yo tomo el medio vaso lleno del senador Sanz, con algunas diferencias; para que no parezca que seamos lo mismo, alguna diferencia tenemos que marcar… Yo creo que hicimos modificaciones en Diputados, hubo proyectos que tuvieron 200 modificaciones, eso se logra únicamente con consenso. El último proyecto que aprobamos en Diputados fue el de la Reforma Política, que tuvo 50 modificaciones; la otra fue la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Está bien, son lecturas diferentes, y las tomo respetuosamente, pero coincido con la primera parte de la exposición de que nos va a obligar a todos, tal vez tarde, pero yo digo que lo mejor es el acuerdo siempre. Cuando no hay remedio, se vota, pero si uno puede llegar al consenso mejor.
- Desde el oficialismo se dice que se van a vetar las leyes que puedan salir de aquí en más.
- SANZ: Yo lo he dicho muy graciosamente esto, pero para darle la idea de lo que pienso, para mí el oficialismo usa esto medio como un cuco, digamos, pero yo no creo que en la práctica sea así, porque yo no creo que haya leyes que perjudiquen al Gobierno. Y creo también, viendo el vaso medio lleno, que hay racionalidad y madurez en la dirigencia política como para no utilizar este nuevo esquema, en donde la oposición pudiera tener junta alguna mayoría circunstancial para dictar leyes que afecten la gobernabilidad. Y si las leyes que salen de acá no afectan la gobernabilidad y en todo caso suponen una visión diferente de algunas instituciones, como por ejemplo una ley que modifique la composición del Consejo de la Magistratura, una de las leyes que se dice que afectaría la gobernabilidad, a mi juicio no lo es, por lo tanto en mi criterio no debería ser motivo de veto. Sí debería serlo una ley que toque recursos, por ejemplo, o que modifique una línea estructural de administración que le compete al Gobierno. El veto bien utilizado, para mí no es ninguna cosa arbitraria.
- RECALDE: Yo creo que cuando compañeros de mi bloque hacen referencia al proceso de formación de leyes y el veto, están nada más trayendo a la memoria las posibilidades que tiene el oficialismo, es un recordatorio.
- ¿No es el cuco?
- RECALDE: Es una invitación al consenso diría yo. Yo estaba viendo la foto del doctor Illia, por quien tengo afecto y respeto, y recordaba una ley, la 16.871, que es una Ley de Contrato de Trabajo, que por presiones empresarias Illia no tuvo más remedio que vetarla toda y dejar sólo cuatro artículos, que tenían relación con las indemnizaciones por despido de trabajadores. Ese veto parcial originó un fallo de la Corte, declarando la inconstitucionalidad del veto parcial; nos quedamos sin ley. Esas son las enseñanzas de la historia.
- SANZ: El veto es una herramienta facultativa. Ahora, como todas las herramientas facultativas o constitucionales, debe ser usada con racionalidad. En mi explicación de hace un rato, yo admito el veto cuando hay una ley que afecte mi estructura de administración. Ahora, hay otras leyes que aunque no me gustan, son aprobadas por mayorías, entonces hay que aguantarse.
- ¿Usted cree que la oposición, con esta composición, alcanzará la mayoría o se va a dar un empate donde deba definir Cobos?
- SANZ: No hay que esperar que la oposición actúe toda junta en todos los lugares, en todos los momentos; eso es malo, porque eso sí coloca a la oposición al borde de la desnaturalización, de rejuntado, que tantas veces escuché. La oposición tiene el deber de separarse, porque la sociedad exige esta identificación, cuando ideológicamente no tenga porqué estar juntos. Ahora a mí se me ocurre que hay algunos aspectos de la vida parlamentaria, como el control de las actividades del Poder Ejecutivo, en la que ahí sí los opositores deben dejar de lado sus diferencias y tratar de tener una actividad conjunta. Por ejemplo, a mí me gustaría -esto es una opinión- que las comisiones de control tuvieran una mayoría de oposición, y llevar adelante un control razonable. Control no significa obstaculizar, poner trabas, o desestabilizar; control es control. Es pedir informes, evaluar, que los funcionarios sientan que hay alguien que los está observando en representación de la sociedad. Para esas cosas, la oposición debería tener la inteligencia de abroquelarse. Para otras no: yo no voy a votar igual que Pinedo, como no voto igual que Rodríguez Saá, que es del peronismo disidente, o que algunos partidos provinciales, y está bien que sea así, porque sino sería un conglomerado que no sería sincero.
Recalde, usted es del FpV, su bloque no va a tener mayoría absoluta, ¿cómo van a actuar?
- RECALDE: En realidad nunca tuvimos mayoría absoluta; ahora vamos a tener menos y eso va a forzar a los acuerdos. Yo concuerdo con una de las frases de Sanz, una frase muy peronista: la del control. Perón decía: “La gente buena, si uno la controla es mejor”. Siempre con la racionabilidad de que el control sea control y no poner palos en la rueda, porque evidentemente hay algunos que lo hacen con convicción y hay otros que quieren entorpecer la labor del Gobierno, entonces la racionabilidad es un elemento fundamental. Yo creo que vamos a trabajar arduamente, porque no es fácil llegar a consensos, porque no hubo buenas experiencias en esto. Creo que las mayorías se consiguen más bien por cuestiones tácticas, y después al mediodía cuando viene el tema de las convicciones ideológicas, ya se diluyen, recuperan la imagen original.
- Les pido sintéticamente a ambos una evaluación de estos dos años de gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
- RECALDE: Yo digo que es una Presidenta que tal vez por ser mujer tuvo más dificultades que si hubiera sido un presidente hombre; creo que afrontó al inicio de su gestión muchas dificultades. La crisis económica mundial no fue fácil, con algunas transformaciones uno puede estar en desacuerdo, lo admito, pero por ejemplo, el tema de la administración nacional de recursos de seguridad social fue una transformación fenomenal. Más algunas que otras leyes con las que creo que venció las dificultades, con mucha dedicación, esfuerzo y dedicación, que es lo más importante.
- SANZ: Yo creo que la Presidenta no ha podido con las enormes expectativas que había generado de un cambio en el modelo de acumulación de poder político y económico que caracterizó a los cuatro años de Néstor Kirchner. La Presidenta tenía en sus manos la posibilidad de pegar un salto cualitativo, pero creo que la atropelló en sus primeros meses el conflicto del campo y desde ahí, por la tozudez del propio Gobierno, no pudo arrancar. Después vino la crisis económica internacional, que si bien es cierto no afectó de lleno a la Argentina por la solidez que venía trayendo el modelo económico, han pasado dos años signados por estos dos fenómenos: el conflicto económico y la crisis internacional. Y en ese esquema, el Gobierno no ha podido salir todavía. De todas maneras le quedan dos años, y si cambia la conducta, generando actitudes que trasladen confianza, expectativas favorables, certezas, previsibilidad a la economía en su conjunto, lo que perdió con el conflicto con el campo y la crisis mundial, si logra recomponer esto y generar estas actitudes positivas, se va a recuperar el Gobierno y el país.
- ¿Usted tiene buenas expectativas?
- SANZ: Lo que tiene de bueno, lo que se viene es que el entorno, el contexto, lo va ayudar. Ahora lo que no se es si el Gobierno interiormente va a cambiar lo que, a mi juicio, son actitudes que no van en el buen sentido.
- Diputado Recalde, ¿usted qué perspectivas avizora con respecto al país?
- RECALDE: Mire, yo no soy muy afecto al FMI, si el FMI dice que en el 2010 el Producto Bruto Interno va a crecer en un 2,5 por ciento, yo estoy absolutamente confiado de que empezamos una una etapa de trabajo, equidad y de igualdad. Ver si podemos solucionar todas las asignaturas pendientes, como la inclusión social, la igualdad, la distribución de la riqueza, fundamentalmente, donde no hemos avanzado todo lo que yo hubiera querido avanzar.