Nunca más hubo flores de parte del oficialismo para el vicepresidente de la Nación desde la madrugada del 17 de julio, aquella del voto “no positivo” que lo eyectó en la consideración popular tanto como lo alejó del kirchnerismo del que supo ser un aliado de peso. Pero si bien muchas veces se escucharon voces muy críticas para con Julio Cobos, y hasta alguna que otra sugerencia de renuncia, jamás como desde la última semana los embates en su contra fueron tan fuertes.

Marcó la línea la Presidenta en un discurso el último viernes desde Avellaneda, cuando le sugirió que aprenda a gobernar, aludiendo a su vice públicamente como nunca lo había hecho antes. Al día siguiente, siguió esa escalada el propio Néstor Kirchner desde Santa Teresita. Con instrucciones precisas de sus jefes, el presidente de la bancada de senadores del Frente para la Victoria, Miguel Angel Pichetto, había desautorizado la convocatoria a una reunión de jefes de bloques del Senado hecha por Cobos.

Desde hace una semana el kirchnerismo no deja de hablar de “conspiración”, y ahora directamente Cristina le cargó a su vice el mote de destituyente. Mientras tanto, el ultrakirchnerista santacruceño Nicolás Fernández, titular de la estratégica Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara baja, le puso luz verde a la posibilidad de impulsar un juicio político contra el mendocino.

¿A qué se debe semejante andanada?, se preguntaban ayer las pocas almas que transitaban los pasillos del despoblado Congreso de la Nación. Más que a un temor destituyente, a una realidad numérica que se dará a partir de marzo en la Cámara alta, respondía un observador mientras lápiz en mano hacían tildes al lado de cada nombre de la nueva composición del Senado.

El Frente para la Victoria hoy tiene sólo 30 integrantes. A esos votos seguros habrá que sumar a dos aliados incondicionales, el fueguino Mario Colazo y la santiagueña Ada Iturrez de Capellini. Cuentan desde hace un buen tiempo habitualmente con los votos de los dos senadores del ARI fueguino, con lo que llegan a 34. No es seguro, pero confían en que un buen acuerdo con el gobernador de Neuquén les asegure la adhesión del neuquino Horacio Lores, del MPN. Necesitarían dos votos más para llegar a los 37 que les asegurara ganar las votaciones, y el oficialismo no está convencido de lograrlos, porque los dos peronistas pampeanos se mantienen equidistantes del oficialismo y la oposición, y ya conformaron un interbloque con la chubutense Graciela Di Perna, que responde al gobernador Mario Das Neves, y la correntina Josefina Meabe.

Así las cosas, el kirchnerismo teme caer en el peor de los mundos en el Senado: un escenario de empate en 36, en el que más de una vez tuviera que definir el presidente del Cuerpo… que es nada menos que Julio Cobos.

Se entiende así que más que un deseo, su renuncia sea una necesidad.