Tras la destitución de Martín Redrado el oficialismo apunta ahora sus armas hacia la aprobación por el Congreso de la creación del Fondo del Bicentenario. Mientras en el Senado está cruzado por el optimismo, en Diputados tienen que conseguir más de 20 votos ajenos para cantar victoria.
Pese a que recién en marzo, después de la conformación de las comisiones unicamerales, el oficialismo se apresta a librar su primera gran batalla. El objetivo es sancionar el controvertido Fondo del Bicentenario.
De acuerdo con lo relatado a Parlamentario por el jefe del bloque de senadores del FpV Miguel Angel Pichetto, por ahora el tablero electrónico está jugando a favor. Los operadores del FpV en la Cámara alta dicen que hay buenas señales con los cinco aliados, por lo tanto confían en conseguir los 37 votos necesarios para evitar una derrota que implicaría un golpe al corazón K.
No sólo Pichetto, sino la pareja presidencial tienen la misma sensación de que la Cámara alta puede deparar la alegría del voto positivo, lo que garantiza su vigencia mas allá del resultado en Diputados.
Precisamente de acuerdo con la información a la que accedió Parlamentario de fuentes de primera línea del oficialismo de la Cámara baja, señala que intentarán por todos los medios lograr el número necesario para avalar la propuesta oficial. En la movida están el líder del bloque Agustín Rossi, fogoneado por su compañero de bancada, el esposo de la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner. Dicen que están en “buenas conversaciones” con los legisladores de centro izquierda.
Para algunos es una misión que suena a utopía, pero no está demás recordar que en política parlamentaria nunca se puede dar por cerrado el rechazo o la aprobación de una ley, aunque en esta oportunidad, el escenario del recinto no es el mismo cuando Rossi y compañía imponía en forma impiadosa la mayoría numérica y no daba margen para las modificaciones, y si las daba era en forma mínima como para que los aliados justifiquen sus votos antes los suyos.
A la pesca.
Ahora la cosa cambió y cómo. Efectivamente para lograr 130 varones y mujeres que garanticen que Néstor Kirchner tense su rostro y sea objeto de las burlas de la oposición, ya está en marcha negociaciones con los gobernadores para que no suceda esa votación adversa.
Es que puertas adentro de la bancada del FpV y de los principales habitantes de Balcarce 50, sueñan que los diputados también avalen con su votación la propuesta del Ejecutivo. “Tenemos que conseguir ese objetivo porque va a implicar un oxigeno necesario para nuestro proyecto”, confesó a Parlamentario en una conversación telefónica una de las diputadas que conforman el grupo de paladares negro K, además de Rossi, Carlos Kunkel, Carlos Moreno, Patricia Fadel, entre otros.
En cuanto a los gobernadores varios de ellos ya han expresado su adhesión, claro que es una obviedad que sean los justicialistas, lo que le interesa a todos y en particular al oficialismo es el de los opositores por lógicas razones numéricas, es decir que el tablero electrónico les devuelva el número mágico para aprobar en ambas cámaras el controvertido Fondo del Bicentenario.
En ese escenario, el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti; de Santa Fe, el socialista Hermes Binner y el de Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral, por citar algunos casos puntuales, van a jugar un rol importante a la hora de contar los porotos.
Claro que en el caso de Schiaretti solo puede aportar dos votos, lo mismo que el catamarqueño. Es diferente el caso del socialismo: seis en diputados y uno en el Senado. Precisamente el titular del Partido Socialista y senador, Rubén Giustiniani calificó como “patético” que se quiera “canjear votos” para la aprobación del Fondo “por algunas obras pública en algunas provincias”. Giustiniani dijo que esa es la posición del socialismo que incluye también al gobernador Binner, quien días atrás se manifestó a favor de la utilización de la reserva para fomentar obras públicas en las provincias.
Lo que sonó fuerte en los oídos K son las declaraciones del presidente del PJ pampeano el ex senador nacional Rubén Marín. Aseguró que los legisladores nacionales de ese distrito “seguramente van a apoyar al oficialismo”, a pesar de que forman un bloque independiente del Frente para la Victoria. Con la nueva relación de fuerza, los dos votos de los senadores de La Pampa son claves para esta y todas las votaciones que no sean del agrado de la oposición.
También llenaron de alegría a Rossi y compañía, el aval de los gobernadores K como el de Río Negro, el radical Miguel Saiz., quien dijo: “La posición del gobernador de Río Negro es de apoyatura al DNU que establece la creación del Fondo del Bicentenario, y esto sin ninguna condición”. En el mismo sentido se expresó el gobernador de Corrientes Ricardo Colombi y el de Neuquén, Jorge Sapag.
Todas ellas expresiones de deseo para avanzar con el Fondo, pero como para su debate aún falta más de un mes, no se puede soslayar algún cambio de opinión antes de que ingrese su tratamiento en uno de los dos recintos. Por ello, los líderes del FpV seguirán aguijoneando a sus aliados para lograr los 37 votos en el Senado y 130 en Diputados.
En el ínterin Pichetto y Rossi estarán con las orejas atentas a todas las movidas, en particular a las definiciones de los gobernadores, lo mismo que aquellos senadores y diputados que conservan cierto margen de pensamiento propio a la hora de votar las leyes en los recintos.
Onda rupturista.
Finalmente no deparó ninguna sorpresa la votación dos a uno en la Comisión Bicameral de Acuerdo donde el titular del Senado Julio Cleto Cobos votó a favor de la destitución de Martín Redrado del Banco Central, igual que el diputado nacional del FpV y presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda Gustavo Marconato, aunque por razones diferentes como para marcar que ese alineamiento no era automático.
En tanto, el diputado nacional de la Coalición Cívica y ex presidente del Banco Central Alfonso Prat Gay debió acomodar sus presuntos argumentos técnicos – cómo si la política que él defiende no incidiera- para votar en contra. Sin duda alguna la presión de Elisa Carrió fue vital para su votación. Más allá de las consideraciones técnicas, lo cierto es que no querían quedar pegados a CFK y NK.
La votación dejó heridas abiertas en la UCR y el Acuerdo Cívico y Social y qué difícilmente se saturen y que abre los momentos de los adioses, no ahora, sino mas temprano que tarde, como lo admitieron a Parlamentario sus principales protagonistas horas después de conocerse el consejo de la Comisión Bicameral de Acuerdo.
En el caso de Cobos, en su voto destituyente criticó duramente la política monetaria del Gobierno y del Central, y la información suministrada por el Indec, así cómo la creación del Fondo del Bicentenario para pagar deuda pública con reservas del Banco Central. Además de cuestionar la decisión de Redrado de aferrarse al sillón y al mismo tiempo al Gobierno por postergar la intervención del Congreso.
Un dictamen para mostrar un perfil de independencia que hizo trinar de furia a las principales figuras de la UCR como Gerardo Morales y Ernesto Sanz, que intentaron hasta último momento de que no sea partícipe de la caída de Redrado.
En cambio otro era el rostro de Elisa Carrió, la que se regodeó con la decisión de Prat Gay de no privilegiar sus argumentos técnicos, los que en algún momento hicieron conjeturar que finalmente la votación sería tres a cero.
Con esta jugada Carrió se posesiona en la carrera presidencial como una opción de fierro, que no se deja seducir por los cantos de sirena K, mientras que el radicalismo, o más concretamente Julio Cleto Cobos demostró flexibilidad a la hora de las grandes decisiones políticas institucionales.
Un dictamen que arrojó un poco de paz a la pareja presidencial, aunque en rigor los efectos de la prolongada crisis se mantiene, pero que obró como una bisagra en el arco opositor, el que a partir de ahora se deberá limitar a esperar que los recintos de ambas Cámaras se abran para la primer gran debate del año, el que será para alquilar balcones.
Duro con el
El primer golpe de la oposición hacia el nuevo presidente del Banco Central -por lo menos hasta septiembre- Miguel Pesce, partió de quienes compartió con el las históricas banderas de la UCR. El senador Gerardo Morales y el diputado nacional Ricardo Gil Lavedra presentaron una denuncia penal contra Pesce. “Solicitamos que se investigue la presunta responsabilidad penal que podría corresponder a Pesce y demás integrantes del directorio de la entidad”, dice el escrito en sus primeras líneas y la denuncia recayó en el juzgado en lo Criminal y Correccional Federal a cargo de Claudio Bonadío.
Morales y Gil Lavedra, mas allá de usar el verbo potencial en la acusación –cómo abriendo el paraguas- buscan desesperadamente quedar ante la opinión pública que la UCR mantiene, pese al voto de Cobos, su pelea por la autonomía del Banco Central.
