Durante la gestión de Jorge Telerman se refaccionó el espacio público denominado Plaza Colón, ubicada detrás de Casa Rosada. En el proyecto original el predio estaba destinado para recibir visitas internacionales. La Plaza Colón -es de dominio público de la Ciudad- fue reinaugurado en diciembre de 2007 por Cristina Fernández de Kirchner y a partir de aquel día fue cercado y anexado a la Casa Rosada permaneciendo cerrada al público las 24 horas.

Las tierras pertenecen a la administración porteña y nunca se solicitó el traspaso. Por lo tanto, la renovada y embellecida Plaza fue literalmente usurpada –oficialmente- por el Gobierno nacional.

La Legislatura otorgó tratamiento preferencial a un proyecto de declaración que solicita a Mauricio Macri que interceda ante el Gobierno nacional, para que se avenga a la ley y los convenios firmados y reabra al público la Plaza. El despacho fue enviado al archivo. También el ex ministro de Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, había reivindicado la propiedad de la Ciudad, sin embargo desde la Nación rechazaron todo reclamo y atribuyeron potestades a la Casa Militar para controlar el predio en cuestión.

Historia

Luego de su reinauguración, tras las obras de remodelación, la Plaza Colón, un paseo público que pertenece a la ciudad de Buenos Aires, fue cercada y anexada a la sede del Gobierno nacional, la Casa Rosada; un hecho que ocurrió a pesar de la existencia en la Legislatura un despacho de la Comisión de Protección y Uso del Espacio Público que hacía suyo el proyecto de Resolución de la legisladora Marta Varela, donde solicitaba al jefe de Gobierno que realice las gestiones necesarias ante el Poder Ejecutivo Nacional para que los vecinos puedan acceder libremente al espacio público, según certifica el convenio 56/07 aprobado por Ley 2.862.

Ese espacio que en teoría debería ser de libre acceso, es el predio ubicado detrás de la Casa Rosada y que es circundado por la avenida De la Rábida. Remodelado durante la gestión de Jorge Telerman, las obras fueron terminadas e inauguradas el 6 de diciembre de 2007, con CFK como primera mandataria electa; a tan sólo cuatro días de asumir la presidencia.

En el plan de Labor Parlamentaria del 12 de marzo de 2009, la Legislatura incorporó con tratamiento preferencial el proyecto de la diputada del PRO, Marta Varela, que solicitaba a Mauricio Macri que realice las gestiones necesarias ante la presidenta Cristina Kirchner a fin de que proceda a habilitar la Plaza Colón, hasta hoy cerrada y apropiada por los residentes de Balcarce 50. En virtud de un acuerdo parlamentario el despacho en cuestión fue enviada al archivo.

Voces entrecruzadas

También el ex ministro de Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, al referirse a la controversia reivindicó la pertenencia del predio al espacio público porteño. “La Plaza es de la Ciudad y la deberían poder usar los vecinos. De hecho, hasta creo que en la inauguración la propia Presidenta dijo que iba a ser un espacio abierto. Hace tiempo que venimos pidiendo que la abran. Hasta tuvimos dos reuniones con encargados de la seguridad presidencial, que se mostraron de acuerdo, siempre y cuando se cerrara de noche. Como todas las plazas enrejadas se cierran de 22 a 8, nos pareció correcto. Pero luego no pudimos alcanzar un acuerdo. Si quieren sumar seguridad, está perfecto. Pero a la plaza la deben abrir”. Hasta hoy sólo una expresión de deseos.

El secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, al ser requerido sobre la cuestionada situación aseguró que la Ciudad nunca terminó las obras de remodelación por lo que la Nación las tuvo que tomar a su cargo, por ello agregó el funcionario kirchnerista que “la apertura de la Plaza será controlada por la Casa Militar, que es la responsable de la seguridad de la Presidenta”. Es más Parrilli afirma que existe un convenio firmado con la Ciudad antes de la reinauguración de las obras en la Plaza Colón.

Juan Pablo Schiavi, ex ministro de Obras Públicas de Telerman y actual funcionario de la Nación, refrendó esta posición y sostuvo que se había firmado un convenio en el que se establecía que la Plaza la abriría o cerraría la Nación, según las necesidades de la seguridad presidencial.

Desde la Ciudad y la Legislatura niegan esta afirmación. “Una cesión de uso de ese tipo debería haber sido aprobada por la Legislatura y con una mayoría especial, porque el espacio público es inalienable, no puede ser un jardín privado”, coincidieron funcionarios y legisladores.

Estos mismos esperan que el acceso al público se abra “antes del Bicentenario”, es decir que se permita el libre acceso a un terreno que pertenece a la Ciudad y que se encuentra cerrado por el Gobierno nacional y cuya única llave para abrirlo está en el despacho de CFK, propietaria del solarium porteño. Lo que se dice una ocupación de facto.