Preocupación en el Gobierno nacional por la eventual coparticipación del Impuesto al Cheque. Analizan un incremento en la presión fiscal.
Tras llovido, mojado, dice el refrán. El punto de preocupación en el Gobierno nacional en las últimas horas no sólo fue la pelea por la utilización de las reservas del Banco Central y la situación de su titular, Mercedes Marcó del Pont, sino también por los problemas de caja que puede haber si finalmente se sanciona la coparticipación del Impuesto al Cheque.
En el Ministerio de Economía aseguraron que la coparticipación del Impuesto al Cheque implicaría la desaparición de todo superávit primario en el balance de las cuentas públicas.
“El tema es preocupante, porque no tenemos muchas alternativas. Si se coparticipa ese impuesto, vamos a pasar a tener déficit en el balance de las cuentas públicas”, resaltó un funcionario que acompaña al ministro de Economía, Amado Boudou.
Los números fiscales del Gobierno, a pesar de la recuperación económica que se evidencia desde hace tres meses, siguen mostrando un horizonte complicado.
La recaudación impositiva registra una suba interanual del orden del 20 al 22 por ciento, pero el problema es que el gasto público tiene una expansión que va del 30 al 35 por ciento.
“El problema es que la coparticipación del cheque nos va a cambiar la ecuación de los ingresos tributarios. Si esa iniciativa se lleva a cabo nos obligará a efectuar algún ajuste, eso es indudable”, señaló una fuente de la cartera económica.
El gobierno kirchnerista ha evitado desde que comenzó la gestión, realizar un ajuste fiscal pero a la luz de los acontecimientos se observa como una de las pocas opciones que le queda al Ejecutivo.
En Casa de Gobierno nadie quiere mencionar la palabra ajuste. Pero, de todos modos, algunos asesores de la Casa Rosada admitieron que frente a la coparticipación del Impuesto al Cheque, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner deberá efectuar un incremento en la presión fiscal.
En principio se comenta que una de las posibilidades es crear el impuesto a la renta financiera, algo que se viene hablando desde hace tiempo y que siempre ha quedado en el olvido.
Otra opción es incrementar la escala tributaria en el impuesto a los Bienes Personales y la eliminación de exenciones fiscales, lo cual implicaría un fuerte aumento en determinadas tarifas de servicios públicos.
