Fue el baluarte de la administración K hasta el momento. En cada discurso de Néstor Kirchner o de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, siempre se ha puesto como uno de los logros históricos el haber conseguido superávit gemelos en la macroeconomía argentina.

Superávit gemelos es en concreto un balance de las cuentas públicas con saldo positivo y un balance del intercambio comercial con números positivos.

Pero esto empezó a cambiar con la crisis de 2009 y si bien hay mejores perspectivas macro para este año, la situación en cuanto a los superávit gemelos tiende a agravarse.
En concreto y según las cifras oficiales difundidas en los últimos días, la balanza comercial de febrero dejó un superávit de 600 millones de dólares. Es decir, la mitad, cuando el resultado positivo del mismo mes del año pasado había sido levemente superior a 1.200 millones de dólares.

¿Qué pasó?, es la pregunta obligada. Diversos economistas consideran que la Argentina sigue mostrando problemas estructurales a la hora de plantear un fuerte crecimiento de las exportaciones.

De hecho, en febrero se observó una recuperación del 16 por ciento en las exportaciones, pero las importaciones crecieron más del 30 por ciento.

Raúl Ochoa, actual consultor y ex secretario de Comercio Exterior, advirtió que “la Argentina sigue teniendo serios problemas de competitividad en diversos sectores de su producción”.

“Hay que considerar que la competitividad no se logra sólo con tener un tipo de cambio alto. Si fuera así, Alemania no podría exportar, Francia tampoco, y mismo Brasil, que ahora tiene un tipo de cambio notablemente más bajo que hace unos años atrás”, puntualizó.

De allí que el especialista consideró que el grado de inversión de la economía argentina sigue siendo muy bajo y que eso influye considerablemente en lo que es la competitividad.

“Tampoco hay esquemas de financiación que ayuden a promover y exportar nuestros productos. Indudablemente, falta mucho por hacer para que el país logre niveles de competitividad similares a los que tiene Brasil o México, por citar ejemplos de América Latina”, resaltó.

Por otro lado, otra circunstancia que complica el panorama es que se está esfumando el otro superávit gemelo, el fiscal.

En este momento, contando el pago de la deuda y tomando los números en forma anualizada, el déficit operativo de las cuentas del Estado Nacional se ubica en torno al dos por ciento.

“Esto también es muy grave, porque en la medida que tenemos cuentas públicas más débiles, habrá que emitir más para solventar el gasto y de esa forma, se incrementará la inflación”, concluyó el especialista.