Hija de desaparecidos, la diputada Victoria Donda descarta de plano la idea de Duhalde de convocar a una consulta popular sobre los juicios, resalta el papel del Gobierno en materia de derechos humanos, pero fuera de eso no tiene mayores coincidencias con el kirchnerismo, del que fue aliada.
Flamante presidenta de la Comisión de DD.HH. de la Cámara baja, Victoria Donda quiere que los derechos humanos sean vistos de una manera más integral, y en ese marco anticipa el deseo de llevar a sesionar a esa comisión al interior del país.
En diálogo con Parlamentario, la diputada justificó el distanciamiento que mantiene con el Gobierno, aunque admite que con el resto de la oposición no se siente unida de ningún modo, salvo el deseo de hacer funcionar al Congreso, que fue lo que los unificó en el verano.
– Acaba de conmemorarse un nuevo 24 de marzo, que para usted particularmente es una fecha muy especial. ¿Cómo la vive?
– La verdad que para mí los 24 de marzo son momentos en los cuales una parte de la sociedad aprovecha para reflexionar acerca de las causas del país que tenemos. Y me parece que está bueno agregarle a esa reflexión la pregunta de cuál es el país que queremos.
– ¿Cuál es el país que quiere esta sociedad?
– Seguro no es el que tenemos. Creo que hay algo que nos unifica como pueblo y que una parte está pensando más seriamente, es que solos no se puede ser felices, que solos no vamos a tener el país que queremos, que no vamos a construir ese lugar donde los sueños de todos se puedan cumplir. Así que me parece que ese es el país que queremos.
– Coincidiendo con esta fecha, Eduardo Duhalde sugirió una alternativa de llamar a una consulta popular sobre los juicios. ¿Qué piensa usted al respecto?
– Que los derechos humanos no se plebiscitan. ¿Qué hubiera pasado en la Alemania nazi si se hubiera plebiscitado si debían morir todos los judíos o no? La verdad que el acceso a la Justicia de una parte de la población es un derecho humano y eso no debe ser plebiscitado. Ahora, que haya personas como Duhalde que elijan la muerte, no me sorprende: en todas las sociedades existe ese tipo de gente.
– La Presidenta habló el 24 de la alternativa de recurrir a tribunales internacionales para acelerar determinadas causas. ¿Qué le pareció ese anuncio?
– Cuando se agoten las vías internas en los juzgados de acá, por supuesto que se puede. Me parece una declaración más que acertada. Lo que sí me gustaría es que el poder político haga lo que tiene que hacer, que es controlar a los jueces, sancionarlos, y para eso tiene una herramienta que es el Consejo de la Magistratura. Si ese Consejo no sirve, evidentemente hay que modificarlo.
– ¿Le parece que el Gobierno ha hecho un uso deliberado de los derechos humanos?
– No, no. Me parece que si diera tanto raitting hacer las cosas bien en los derechos humanos, otros gobiernos lo hubieran hecho antes. El problema es que uno no puede acotar los derechos humanos a las violaciones cometidas hace 30 años, eso sí me parece un error, pero me parece un error por parte del periodismo también, como que lo pretenden dejar ahí al tema de los derechos humanos. Para mí es tan grave que un genocida ande sueltos, como que hoy estén portando armas y llevando uniforme los policías que mataron a Rubén Carballo a la salida del recital de Viejas Locas…
– Este año la encuentra en el Congreso nada menos que como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos. Es toda una responsabilidad…
– La verdad que sí, además no tenemos experiencia parlamentaria, con lo cual todavía estamos tratando de acomodarnos, pero esa es una gran responsabilidad.
– ¿Qué se puede lograr a partir del Congreso y de ese cargo que ahora ocupa?
– Creo que es un ejercicio y una militancia constante para que el Congreso no esté de espaldas a la sociedad y que la Comisión de DD.HH. empiece a ver los derechos humanos de forma más integral. Creo que derechos humanos es el acceso de todos a gozar de los derechos sociales, económicos, políticos y culturales. Así que vamos a pelear por eso, la idea es por ejemplo en la próxima sesión constituir a la Comisión de DD.HH. en la ciudad de Andalgalá, en la provincia de Catamarca, donde ese pueblo está sufriendo una brutal represión por defender su derecho al medio ambiente, que también es un derecho humano. Ese es el camino que le vamos a imprimir a la comisión.
– En el primer reportaje que le hizo Parlamentario, siendo flamante diputada, dijo: “Yo la primera vez que entré acá fue para quemar el Congreso”…
– Para quemar un sillón, no fue para quemar el Congreso… Fue para manifestarme y en el transcurso, la gente quemó un sillón.
– Bien, aclarado está… Ahora, tras dos años de gestión, ¿qué imagen tiene del Parlamento?
– Creo que el Parlamento es una caja de resonancia de cómo se encuentra políticamente la sociedad. Me parece que es un muy buen lugar desde donde construir una propuesta diferente.
– Hay muchos que advierten por estos días que estamos en riesgo de volver a la situación de 2001; no por temor a un corralito, sino porque la gente se canse otra vez y empiece a decir “que se vayan todos”… ¿Tiene esa sensación?
– Y, si la dirigencia política genera los escenarios para que el pueblo se canse, seguramente no va a tardar mucho. Desde el Gobierno y desde la oposición conservadora deben tener mucho cuidado en esto.
– Usted cita al Gobierno y estuvo muy cercana al oficialismo y ahora está distanciada. ¿En qué momento y por qué surge ese desencanto?
– Surge después de haber ganado las elecciones de 2005, cuando nosotros empezamos a ver que el discurso de la transversalidad y de construir una nueva herramienta política que destierre los viejos métodos, la vieja política, empezaba a no ser real, a no cristalizarse. En el año 2007, cuando Kirchner después de las elecciones anuncia que va a pelear la presidencia del PJ, nosotros dijimos que no estábamos de acuerdo con eso, porque en realidad nosotros seguimos levantando la bandera de la redistribución de la riqueza. Y sin renovación política, sin una herramienta política que era distribuir la riqueza, esto es una mentira, no deja de ser un slogan. Eso fue lo que me distanció.
– ¿Cuál es la postura que ustedes tienen respecto al uso de las reservas?
– Nosotros creemos que las reservas se pueden utilizar, consideramos que son muchas, que para eso hay que discutir una ley; que la forma de utilizar las reservas es un fondo de desarrollo nacional, y no estamos de acuerdo con pagar una deuda que no sabemos si debemos. Creemos que primero hay que investigarla, por eso impulsamos la creación de una comisión bicameral.
– En diciembre pasado, cuando se armó lo que ahora desde el oficialismo citan despectivamente como “el Grupo A”, el sector de ustedes formó parte de ese grupo que se opuso al oficialismo. ¿Qué grado de cohesión puede existir dentro de ese grupo? ¿Se siente parte de él?…
– No, ninguna, no existe el grado de cohesión. Lo que el oficialismo llamó el Grupo A era un grupo de diputados y diputadas que pensamos muy distinto entre los diferentes bloques, pero que nos unificaba la postura política de que el Congreso funcione. Eso fue lo que nos acercó a algunos sectores con los cuales no coincidimos en nada; sencillamente defender el Congreso, que siga funcionando como una de las instituciones más importantes de la democracia.
– ¿Cristina Kirchner la defraudó, qué balance hace de su presidencia?
– Malo, la verdad que no me parece que estos años de Gobierno hayan sido buenos.
– Seguramente una de las cuestiones que más sufrió el Gobierno fue el conflicto con el campo. ¿Ese es el momento en que le parece que se produce el punto de inflexión con la sociedad?
– No, me parece que no hay un momento de ruptura con la sociedad, creo que es un proceso. Estoy segura que el desgaste que tiene hoy el Gobierno tiene que ver con una serie de malas decisiones, y la peor decisión que tomaron fue cuando decidieron no construir una herramienta política que lleve a un camino de transformación, y seguir navegando en un río a dos aguas, sin decidirse a quien representar, si a los poderosos o a los sectores más populares. Cuando decidieron empezar a mentir con el INDEC, cuando tomaron ese tipo de decisiones.
– Cuando dicen que no hay inflación, solamente tensión de precios, ¿ustedes qué piensan?
– Que es mentira. Me parece que no hace falta ser muy iluminado para saber que hay inflación.
– Y desde el sector que ustedes ocupan, ¿qué camino aconsejan para enfrentar por ejemplo la inflación?
– Nosotros creemos que el control de precios por parte del Estado es una política que necesariamente el Estado debe adoptar. Que debe tomar la decisión política de adoptar dos leyes, una es la Ley de Defensa de la Competencia, y otra es la Ley de Defensa del Consumidor. Que se debe constituir el Tribunal de Defensa de la Competencia para que esa ley pueda ser aplicada, y eso tiene que ver con la decisión política.
– Días pasados dijo usted que sentía vergüenza respecto de la última sesión en la Cámara de Diputados. ¿Qué fue lo que le hizo sentir vergüenza?
– Y, la verdad que las maniobras que usa la dirigencia política, el recurrir constantemente a la Justicia para resolver problemas que no tienen nada que ver con la Justicia, sino con las decisiones políticas, eso me hizo sentir vergüenza… Estar en una sesión hasta las 4 de la mañana, en una discusión de abogados absolutamente encriptada, donde la sociedad no entiende nada y donde no se discuten los problemas de la sociedad. Nosotros no hablamos de la inflación, no hablamos de la seguridad, no hablamos de la salud, de la educación… Estuvimos hablando sobre si se necesitaban dos tercios o la mitad más uno de los miembros para votar determinadas cosas. La verdad es que sino fuera trágico, sería bastante chistoso…
– Visto no desde el oficialismo, ni tampoco del resto de la oposición, ¿cómo ve la postura de Julio Cobos? ¿Cree que debiera renunciar, le es indiferente?
– No, la verdad que me es absolutamente indiferente, yo creo que la centroizquierda se tiene que concentrar en construir lo propio, sino uno queda entrampado, como (Carlos) Heller, defendiendo cual es la decisión que toma el partido del cual vos sos satélite… Me parece que nosotros nos tenemos que concentrar en construir una fuerza realmente independiente de ambos sectores, y yo no estoy de acuerdo con las decisiones políticas de Cobos, ni con las declaraciones, que no son muchas, ni con nada que tenga que ver con Cobos… Pero bueno, no fui yo la que lo eligió de vicepresidente, fue el Gobierno.
– Es muy temprano, falta mucho para 2011, pero en un santiamén estaremos inmersos en la campaña. ¿Cómo ve a la centroizquierda uniéndose, que tanto les cuesta, llevando una alternativa presidencial?
– Yo creo que nos ha costado, pero armar un bloque de once diputados y diputadas es un paso adelante, y me parece que no solamente es necesario armar esa alternativa, sino que es nuestra responsabilidad. Así que creo que vamos a encontrar un lugar.
