Hasta diciembre pasado, Adrián Pérez presidió el bloque de la Coalición Cívica. A partir de entonces, le cedió ese sitial a la líder de su partido, Elisa Carrió, y él se abocó, además de a la tarea parlamentaria, a la reorganización partidaria en la Capital Federal, con la expectativa de ganar en ese distrito el próximo año. Pero esa tarea no le impide abocarse por ejemplo a denunciar junto a otros pares el trasfondo de la relación comercial entre nuestro país y Venezuela.

Sobre ese tema, el papel de la oposición y las expectativas para 2011 dialogó con Parlamentario.

– Ustedes acaban de presentar una nueva denuncia sobre las supuestas coimas en el comercio con Venezuela.

– Nosotros la denuncia la hicimos hace dos años. Hicimos una denuncia por “asociación ilícita” que involucraba a Néstor Kirchner, como cabeza de esa asociación; a Ricardo Jaime, a Julio De Vido y a Claudio Uberti, y señalábamos distintos hechos de corrupción. Uno tenía que ver con la relación Argentina-Venezuela y cómo esa relación se había dado “corriendo” absolutamente a Cancillería, una relación comercial absolutamente oscura donde todos los acuerdos estaban sellados por Uberti y por De Vido, y con denuncias de los empresarios respecto de pedidos de coimas para operar con Venezuela. Ustedes saben que Venezuela le vendía fuel-oil a la Argentina, y a cambio la Argentina se había comprometido a vender alimentos y maquinarias. Ahora, participar de esa venta de alimentos y maquinarias era muy difícil: había que obtener la autorización del Gobierno, había que pagar este 15%, que es lo que se está investigando ahora en la Justicia. Así que lo que hemos hecho ahora es ampliar esa denuncia, pedir nuevas pruebas; hemos pedido que se vean cuales son los viajes que ha realizado Uberti; cuales han sido los movimientos del fideicomiso; estamos pidiendo la citación de algunos empresarios, tanto los que participaron como algunos que no participaron, diciendo “no estamos dispuestos a pagar el 15%”. Me parece que es un caso muy emblemático de corrupción, una corrupción de alto nivel, y que es importante que la Justicia esté avanzando.

– Siempre se dice que la Justicia no avanza mientras el imputado está en el poder. ¿Ustedes creen que en este caso también va a suceder así, que recién después de 2011 se van a ver los resultados? Porque en ese caso también se corre el riesgo que para esa fecha todos los casos estén ya cerrados…

– Mire, hay como una regla que es más o menos así: mientras alguien está en el poder, no se hace ninguna investigación; cuando esa persona deja el poder ,empiezan a avanzar las citaciones judiciales. Es el caso de Menem, o de muchos funcionarios, como María Julia (Alsogaray) que dejan el poder y ahí avanza la investigación judicial. Esta va avanzando aun con Kirchner no en el Poder Ejecutivo, pero por cierto con un poder real importante en todo el país, e igual la causa está avanzando, así que espero que esta sea una excepción y que podamos tener un avance en la investigación judicial. No es una causa que va a prescribir prontamente, sino que tiene tiempo como para continuar la investigación.

– ¿Han hablado con sus pares de Venezuela, con la oposición fundamentalmente? Porque Hugo Chávez pasó por aquí y prácticamente el tema no fue abordado…

– La corrupción también es muy alta en Venezuela… Lo que hay es una especie de silencio muy fuerte, es muy difícil denunciar, hay allí una ausencia de libertad de expresión preocupante; aun aquellos que en algún momento pensamos que Hugo Chávez podía realizar un gobierno que mejorara la distribución del ingreso, etcétera, enseguida nos preocupamos por la ausencia de libertades, la ausencia de un Poder Judicial que pueda ser independiente, etcétera… Esa es la realidad de Venezuela hoy, así que difícilmente estas cosas salgan a la luz. En Venezuela lo que hay es una negación, las declaraciones de Chávez fueron en el sentido de que esto tiene que ver con una campaña mediática. Ahora, hay cosas que no se pueden negar. A la Argentina, eso lo vio todo el país, ingresaron 800 mil dólares en forma ilegal por un vuelo pagado por ENARSA, una empresa argentina, que venía con dinero desde Venezuela ingresado ilegalmente a nuestro país. Lo que no dudo es que la relación entre Argentina y Venezuela es muy oscura, y que en el marco de esa relación oscura aparece por ejemplo este ingreso ilegal de dinero al país.

– Estamos hablando de Venezuela, de las relaciones exteriores argentinas, y justamente en los últimos días se acaba de producir la elección de Néstor Kirchner como secretario general de la Unasur. ¿Usted qué opina al respecto?

– La Coalición planteó que nos parecía que en el marco de tratar de generar un proceso de mayor integración entre los pueblos latinoamericanos, de mayor diálogo, de mayor confluencia, lo mejor hubiese sido una persona que tuviera características que fueran funcionales a ese mayor diálogo y unión que requiere Latinoamérica. Por cierto, la característica de Néstor Kirchner diría que es la contraria, en la Argentina se ha visto: polarización permanente, diálogo con nadie, imposición de la agenda, confrontación como mecánica de acción… Eso es incompatible con querer consolidar una integración regional. Por cierto ha sido elegido por la unanimidad de los países y es una elección legítima y espero que la Unasur pueda avanzar.

– En rigor, hasta ahora ha sido sólo un sello…

– Acá hay que ser sinceros y decir que los países de Latinoamérica no han definido realmente cómo potenciar un proceso de integración regional, porque por un lado está el Mercosur, por otro la Unasur… así es muy difícil, y creo que hay que poner eje en un proyecto, creo que no ha habido una decisión estratégica aún de cómo generar ese proceso de mayor confluencia, de potenciar el comercio, de potenciar el traslado de personas, de potenciar las expresiones culturales de los países… Me parece que tiene que ver con esto: no se pueden tener tantos proyectos en el marco de la integración de Latinoamérica.

– El 28 de junio la gente votó un cambio, ¿ustedes creen que están cumpliendo con lo que pidió la ciudadanía ese día? Porque en el seno de la oposición hay diferencias, pero a medida que va pasando el tiempo hay más diferencias y esa propuestas que llevaron como caballito de batalla en la campaña electoral está como diluyéndose.

– En primer lugar, la oposición es un conglomerado muy heterogéneo, muy diverso. De modo tal que articular es difícil. En segundo lugar, tiene una ventaja muy levemente superior al oficialismo. Hay mayoría opositora en la Cámara de Diputados, no hay mayoría opositora en el Senado. Indudablemente es un escenario muy trabado y con un oficialismo que lo que quiere es paralizar el Congreso. Este es el escenario en el cual vamos a tener mucha traba en el trabajo parlamentario. Igualmente creo que hay algunas cuestiones que van saliendo y como déficit desde mi punto de vista está la posibilidad de articular en forma más ágil por parte de la oposición y poner temas en la agenda parlamentaria más vinculados a la necesidad de la gente. Creo que hay que tratar en el Parlamento el tema jubilatorio, prioritariamente. Hemos presentado un proyecto en ese sentido para mejorar las jubilaciones, para establecer un mecanismo de incrementos más razonables vinculados al índice de salarios, para hacerse eco de lo que dijo la Justicia en el caso Badaro, que los jubilados que no cobraban la mínima tienen un rezago muy importante, porque en los últimos años hubo incrementos casi exclusivamente de la jubilación mínima, pero no del resto de las jubilaciones. Me parece que el tema de la inflación también debe ser abordado, hay que ir hacia la autonomía del INDEC, y esos temas todavía no están en el debate. La preocupación es cómo ponemos estos temas que son los más importantes en la agenda parlamentaria. En eso hay una demora.

– De cara a 2011, ¿qué expectativas tienen? Porque a la oposición le va a pasar lo mismo que en el Congreso: si no se juntan, les va a ser imposible doblegar al oficialismo…

– La Argentina requiere de un proyecto transformador, no queremos juntarnos para no cambiar nada, pero también sabemos que si no es una confluencia de fuerzas, difícilmente pueda haber una construcción que pueda ser gobierno. Así que lo que creo es que hay que buscar una construcción amplia y coherente. Amplia, pero con aquellos sectores con los que tenemos más afinidad, y con liderazgos que puedan representar la transformación en lo institucional, en lo económico y en lo social. Ese es el camino, pero sencillo no es, porque hay diferencias respecto de cual es el liderazgo que pueda llevar esta etapa transformadora.

– Ahí lo tiene que resolver una interna, ¿no?

– Hay distintas formas de resolver la cuestión, una puede ser una interna a través de las primarias, otra es a través de un acuerdo… Lo que tiene que haber es un acuerdo respecto del programa, y tiene que haber un acuerdo sobre quienes sí pueden ser los candidatos que tengan esta vocación de transformación.

– ¿Usted va a ser candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?

– Estamos trabajando fuertemente para construir un proyecto en la Ciudad de Buenos Aires, y lo estamos haciendo con mucha decisión y ya desde hace bastante tiempo, armando los equipos, armando un programa, recorriendo la Ciudad. Todavía no hemos definido la candidatura y nos parece tal vez un poco pronto para hacerlo, pero hay varios que estamos comprometidos en la construcción de este proyecto. Me parece que la Ciudad merece un proyecto distinto, un proyecto que la convierta en una Ciudad inclusiva, moderna, que fortalezca la educación pública, la salud pública, que están muy descuidadas; que mejore el transporte, donde se ha hecho muy poco en esa materia, y creo que se puede hacer. Y también creo que se puede hacer con otros actores de la política de la Ciudad. El socialismo y el radicalismo son actores con los cuales estamos dialogando.

– ¿Cree que, como dice Elisa Carrió, se terminó la era kirchnerista en el país?

– Creo que efectivamente no hay más kirchnerismo después de 2011, eso para mí está bastante claro. Lo que no está claro para mí es quién conduce la etapa que viene. Eso dependerá mucho de lo que podamos hacer y construir nosotros.

– ¿Le parece que si las encuestas no le dan, Néstor Kirchner se va a bajar solo?

– Yo no lo veo a Kirchner retirándose, lo veo más perdiendo, porque creo que el kirchnerismo va a intentar hasta último momento, pero para mí es casi imposible que el kirchnerismo revierta la imagen altamente negativa que tiene, y un sector de la sociedad que de ninguna forma lo acompañaría. De modo tal que yo no veo posibilidad de que haya kirchnerismo después de 2011.

– ¿El candidato será Néstor o Cristina?

– No sé, puede ser cualquiera de los dos, o puede ser (Daniel) Scioli; seguramente definirán qué es lo mejor para su estrategia. Creo, insisto, que hay un porcentaje demasiado amplio de la sociedad, que diría que está hoy en el 70%, que no acompañará la propuesta del kirchnerismo en 2011, por distintas circunstancias. No económicas, sino básicamente vinculadas a un estilo de confrontación, mucho autoritarismo, violación de ciertos derechos básicos de ciudadanía, no haber aprovechado el crecimiento para producir un verdadero espacio de distribución del ingreso. Hay una parte mayoritaria de la sociedad que no acompañaría una propuesta kirchnerista, y eso es lo que me lleva a mí a decir que no va a haber kirchnerismo después de 2011, pero igual creo que vamos a tener un año y medio trabado en el Parlamento.