El vicepresidente primero de la Cámara de Diputados, Ricardo Alfonsín, sostuvo que su padre “hubiera sentido la misma pena que podemos sentir la mayoría de todos los argentinos, al ver que los funcionarios que ocupan cargos importantes en el Estado confunden la institución con la persona”.

Lo dijo en referencia a la celebración de este Bicentenario que encuentra a los principales dirigentes políticos peleados, con ex presidentes que no son invitados a la celebración y con la Presidenta desistiendo de concurrir por ejemplo a la reapertura del Colón.

“La Presidente tiene que olvidarse de que es Cristina Kirchner y hacer a un lado sus enojos”, dijo Alfonsín en diálogo con Radio 10, aunque también aclaró que le parecía “una grosería que debió haber sido callada”, la expresión del jefe de Gobierno Mauricio Macri respecto a que “le iba a costar mucho estar sentado al lado del ex presidente.

El diputado aclaró que “cuesta a veces dejar de lado las consideraciones personales”, pero remarcó que “cuando uno ejerce un cargo público no puede actuar como si no lo ejerciera, no puede sacarse las ganas. Si se quieren sacar las ganas, que se dediquen a otra cosa”.

Respecto de a quién elegiría como símbolo del Bicentenario, Alfonsín dijo que “me hubiera gustado ser amigo de Moreno, de Belgrano, de Sarmiento”. Incluyó, más allá de las diferencias, a Leandro N. Alem, como a alguien al que le hubiera gustado conocer, y en ese rubro sumó a Eva Perón, y no tanto a Juan Domingo Perón.