El ex embajador argentino en Venezuela se presentó ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja. La reunión fue secreta, pero una legisladora señaló a la prensa -promediando el encuentro- que el testimonio fue “sólido y creíble”.
Con la presencia tan solo de los integrantes de la comisión que preside el peronista federal Alfredo Atanasof y los taquígrafos encargados de tomar nota de lo que allí transcurra, previo haber prestado juramento de confidencialidad por el carácter secreto de esta sesión, se desarrolló la sesión de Relaciones Exteriores con la presencia excluyente del ex embajador Eduardo Sadous.
El ex embajador argentino en Venezuela había sido convocado el miércoles pasado, pero no asistió a instancias de una disposición del entonces canciller Jorge Taiana. Este miércoles sí lo hizo, luego de haber sido autorizado –a regañadientes y con “indicaciones”- por el nuevo Canciller, Héctor Timerman.
El encuentro tuvo carácter secreto y fue entonces a puertas cerradas. Sadous llegó poco antes de las 10 al edificio Anexo de la Cámara baja directamente sin las cocheras, para evadir cualquier contacto con la prensa.
Promediando la reunión, salió de la misma la diputada Graciela Camaño, quien en diálogo con los periodistas aclaró que no violaría el secreto del encuentro y sólo señaló que Sadous se mostraba “honorable, verosímil, sólido y creíble”.
Asimismo precisó que “se están tocando temas de gravedad institucional”.
Los diputados de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja lo interrogaron sobre sus denuncias sobre supuestas coimas en el comercio con Venezuela.
Tras cuatro horas de reunión, según esgrimió Atanasof, Sadous ratificó la denuncia que realizara ante la Justicia el mes pasado, la cual consta que “durante la gestión de Néstor Kirchner, funcionarios nacionales, entre ellos, el ministro de Planificación Federal Julio De Vido, cobraron coimas para permitir el comercio con Venezuela”.
“De Vido es el próximo que deberá declarar en el Congreso por los negocios con Venezuela”, se precisó.
Ante la condición de “secreta” de dicha reunión, el diputado del PRO Federico Pinedo sostuvo: “Estoy absolutamente convencido de que en las relaciones económicas entre Argentina y Venezuela existió y existe una diplomacia paralela a la de nuestra Cancillería que estaría a cargo, fundamentalmente, del Ministerio de Planificación Federal, lo que vulnera la ley de ministerios”.
“Estoy igualmente convencido de que las relaciones comerciales establecidas se desarrollan mediante mecanismos que permiten la decisión discrecional o arbitraria de funcionarios de ambos países, lo que necesariamente deriva en corrupción. Es por esto que esta semana vamos a presentar un proyecto de ley para modificar esta forma escandalosa de comercio que hoy supera los dos mil millones de dólares anuales”, finalizó Pinedo.
Participaron de la reunión los diputados Federico Pinedo (PRO), Fernando Iglesias, Juan Carlos Vega, Juan Carlos Morán (CC), Oscar Aguad (UCR), Eduardo Amadeo, Gustavo Ferrari (Peronismo Federal), Graciela Camaño (Bloque Peronista), Margarita Stolbizer (GEN), Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur) y Roy Cortina (Socialismo), entre otros, en tanto que del oficialismo asistieron Ruberto Godoy (vicepresidente de la comisión), Juliana Di Tullio, Mariel Calchaquí y Carlos Kunkel (que no integra Relaciones Exteriores).
Al finalizar la reunión, el diputado de la Coalición Cívica Adrián Pérez señaló que “el ministro de Planificación, Julio De Vido, es el próximo que deberá declarar en el Congreso por los negocios con Venezuela, porque es un funcionario clave para entender cómo se llevó adelante esa relación bilateral, cuya parte más sustantiva, la de los negocios, no pasaba por Cancillería”.
Pérez indicó que “después de la información que obtengamos de Sadous, habrá que citar a funcionarios del Ejecutivo para que expliquen cómo era toda la negociación con Venezuela”.
El diputado de la CC agregó que la investigación deberá apuntar a “negocios bilaterales sellados por De Vido y Claudio Uberti, ex titular del OCCOVI, en los que empresas intermediarias cambiaban de un día par el otro y todos los empresarios, rápidamente, salían de la primera empresa para pasar a una segunda, como si alguien concretamente los enviara a cambiar de empresa”.
“Este mecanismo era organizado desde el Ministerio de Planificación y aparece con bastante claridad que desde allí se indicaba a las empresas argentinas que querían exportar a Venezuela con qué intermediarias debían concretar las negociaciones”, concluyó.
