Así como lo había hecho antes de partir, en el acto realizado en Tucumán por el Día de la Independencia, desde China Cristina Fernández de Kirchner volvió a referirse al proyecto de matrimonio homosexual, en forma muy crítica hacia quienes lo rechazan.

En contacto con la prensa, la Presidenta dijo haber escuchado que “hasta se habla de una guerra de Dios y algunos incluso han planteado la posibilidad de un plebiscito, sin tener en cuenta que estarían plebiscitando un derecho de la minoría”. Así las cosas, manifestó su preocupación por “el discurso y el tono” en relación con el debate sobre el proyecto que avala el matrimonio entre personas del mismo sexo, que se tratará este miércoles en el recinto de la Cámara alta.

Ya en Beijing, la mandataria expresó: “No quisiera que una ley permita que un funcionario, amparándose en una cuestión de conciencia, pueda decidir si atiende o no a una persona debido a su condición de gay o lesbiana”, o que “incluso decida si permite que una persona pueda o no acceder a una fertilización asistida”.

La Presidenta declaró que el matrimonio homosexual “se plantea como una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural, cuando en realidad lo que se está haciendo es mirar una realidad que ya está”. Además, dijo que “si miramos hacia el siglo pasado, en los Estados Unidos, el principal país del mundo, se pensaba que las personas de piel negra eran inferiores, y hoy tienen un presidente que es negro”.

Por último, Kirchner sostuvo la posibilidad de que la discusión “sea vista en unos años como una discusión casi anacrónica”, e insistió que el discurso de la iglesia “parece de la época de las Cruzadas”.