El diputado macrista Helio Rebot realizó estas manifestaciones durante su intervención en la jornada denominada “Control de tabaco” realizada en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, oportunidad en la que expresó que la ley 1799, sancionada en 2005 sobre la base de un proyecto que elaboró con la ahora diputada nacional Paula Bertol, “demostró que se puede avanzar en este tema y que los cambios profundos hay que hacerlos paso a paso, hasta llegar a una Buenos Aires cien por ciento libre de humo, que es nuestra meta”.

Recordó que en aquella ocasión hubo que ceder con algunas excepciones por presiones de sectores disconformes, pero que a pesar de ello “se dio un paso importantísimo hacia la protección de la salud de la gente”. Consideró que “ahora es necesario hacer más rigurosa la norma, que tiene un consenso mayoritario en la población, porque definitivamente las áreas para fumadores separadas nunca son efectivas para evitar la contaminación de los ambientes de los no fumadores”.

Rebot destacó también la conveniencia de que hubiera un marco legal general para todo el país sobre este tema: “Es una lástima que en el Congreso Nacional los diputados y los senadores no hayan acordado un proyecto común sobre algo tan importante para el área de la salud”. Elogió, en cambio, los esfuerzos particulares que se han hecho en distintas provincias, con medidas que también incluyen regulaciones publicitarias. “Se trata de proteger a nuestros jóvenes –dijo- porque el grueso de los recursos de publicidad de las tabacaleras está destinado al ingreso. Después hay consumidores cautivos a los que les cuesta mucho salir”.

Si prospera el proyecto de derogación de las excepciones que impulsa Rebot y que cuenta con el apoyo de varios bloques de la Legislatura, ya no habrá zonas públicas cerradas con consumo de tabaco en la Ciudad de Buenos Aires.

El legislador sostuvo que hasta la sanción de la ley de control del tabaco, la Argentina “tenía una de las tasas de tabaquismo más altas de América Latina, y al mismo tiempo, según especialistas de la Organización Panamericana de la Salud, nuestro país poseía los niveles más altos de exposición involuntaria al humo del tabaco”.

“La Ley 1799 contribuyó a revertir esta situación en la Ciudad de Buenos Aires. No obstante, es importante avanzar un paso más en la protección de las personas contra la contaminación producida por el humo de tabaco en ambientes públicos, en los sectores permitidos por la ley. Esto es así porque la evidencia demuestra que el aislamiento no es eficiente y contamina el aire respirado por el resto de los ciudadanos”.

“Insistimos, no hay ningún nivel seguro de exposición al aire contaminado por humo de tabaco. Ni la ventilación ni la filtración del aire pueden eliminar los tóxicos del aire contaminado con humo de tabaco en ambientes cerrados. Sólo los ambientes 100% libres de humo de tabaco garantizan una protección eficaz para la salud de las personas”, agregó.

“Es sabido que la exposición al humo de tabaco ajeno provoca enfermedades, discapacidad e incluso la muerte. Las personas fumadoras y no fumadoras que se encuentran en lugares cerrados inhalan el producido por la combinación del humo exhalado por el fumador y el humo proveniente del extremo encendido de un cigarrillo, un cigarro o una pipa”.

Respecto de los fumadores pasivos, Rebot enumeró una serie de datos brindados por la ONG Alianza Libre de Humo Argentina (ALIAR), sobre los perjuicios que provoca en la niñez la exposición al humo del tabaco:

– Aumenta de 2 a 5 veces el riesgo de muerte súbita del lactante en menores de un año

– Aumenta hasta un 40% el riesgo de padecer asma y, en niños asmáticos, aumenta la frecuencia de las crisis

– Aumenta un 70% los episodios de catarro de vías aéreas superiores y de infecciones respiratorias como la neumonía y la otitis.

– Aumenta el ausentismo en el colegio.

– Nuevas evidencias sugieren que aumentaría el riesgo de padecer cáncer en la infancia.