Desde 2007 se presentaron 44 proyectos en la Cámara baja para conformar comisiones investigadoras. Una sola prosperó en el 2008, pero nunca se integró. Ahora la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento es controlada por la oposición, y en seis meses no emitió ningún dictamen.
“Habría que preguntarle al pulpo Paul”. Esa es la respuesta de uno los diputados que en más de una oportunidad presentó una iniciativa tendiente a investigar un tema puntual -fogoneado mediáticamente- como sucede actualmente y como lo reconocen en las conversaciones informales ante cronistas de Parlamentario.
El inventario contempla temas como el seguimiento de la causa de explosión de la Fábrica Militar de Río Tercero, los cursos de acción del INDEC, el pago de la deuda externa pública y privada, distribución de fondos de la Oficina Nacional de Control Comercial (ONCCA), entre otros.
Lógicamente, el famoso caso de la valija del venezolano Guido Antonini Wilson generó dos pedidos de comisiones investigadoras, obviamente desde las filas de la oposición, quienes son los autores intelectuales de todas las iniciativas tendientes a poner la lupa en determinados temas, mientras el oficialismo no acude a este mecanismo por cuanto no comparte esta metodología y apela al argumento de que la Justicia es la encargada de develar lo que realmente sucedió.
Los cursos de acción de la privatización de Aerolíneas Argentinas, los fideicomisos, la venta de YPF, los sobornos a funcionarios en el caso de la empresa privada Siemens, o también la administración de los recursos ictícolas nacionales, o la presunta vinculación de funcionarios con la venta ilegal de remedios que se está ventilando en los tribunales y que ha deparado hasta ahora con la detención del titular del gremio bancario, José Zanola, entre otros.
No fue ajena a la sensibilidad de los legisladores los daños mortales producidos por la Gripe A, y apelaron, sin éxito por cierto, alumbrar una comisión que hoy forma parte de las tantas elevadas y que de no mediar un imponderable de último momento, tendrá como destino el cajón de los recuerdos.
Más de un diputado, como Eduardo Macaluse o Fernando “Pino” Solanas, han reiterado iniciativas presentadas en los años anteriores para insistir en esa demanda, con lo cual la cifra trepa a 44 iniciativas.
Puro amague
Un listado de pedidos de comisiones investigadoras como se aprecia en la crónica y que refleja todas las gamas, empero una de ellas logró eludir ese cerco, pero al final, también quedó trunca.
La propuesta mencionada completó su periplo por ambas cámaras y obtuvo el aval para dar rienda suelta a la Comisión Investigadora de Presuntas Irregularidades en las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior de Productos Agropecuarios -su nombre completo-, en agosto de 2008, lo que fue festejado por la mayoría de los senadores y diputados nacionales de casi todos los bloques.
Pero, como se reflejó en las páginas de Parlamentario, la misma se demoró en su conformación por la puja entre los bloques del PJ y la UCR a la hora de las designaciones y fundamentalmente si abrían el juego a la representación de las minorías.
Pasaron las semanas, varias reuniones, el intercambio de opiniones y la propuesta murió sin pena ni gloria, sin que nadie reclame por su puesta en funcionamiento. Precisamente ese es un detalle insoslayable: se presenta el proyecto en conferencia de prensa y después en la mayoría de los casos no se reclama para su aprobación. A lo sumo un agónico pedido, cargando las culpas al oficialismo por su falta de interés en que la norma recorra las comisiones a la que fue derivada.
La mayoría de los proyectos recaen en la Comisión de Petición, Poderes y Reglamento que preside el ultrakirchnerista diputado tucumano Gerónimo Vargas Aignasse, aunque ahora sin control, ya que el conglomerado opositor cuenta con la mayoría de los integrantes: 16 legisladores contra 15 del FpV.
Una composición que revela que todos los bloques destinaron sus incondicionales y fieles soldados para no despertarse con una sorpresa. Así, acompañan a Vargas Aignasse, Hugo Perié, Luis Cigogna, Remo Carlotto, Diana Conti, Juan Carlos Díaz Roig, Juan Manuel Irrazábal y Héctor Recalde, entre otros.
En tanto por el lado de la oposición están Paula Bertol, Elisa Carca, Marcela Rodríguez, Zulema Daher, Miguel Angel Giubergia, Rubén Lanceta, Gerardo Milman, Felipe Solá y Fernando “Pino” Solanas, entre otros.
Es decir que en esta comisión figura más de un legislador que milita en la franja de los bautizados “pesos pesados”, con lo cual las reuniones son más que tensas, donde no hay lugar para “las picardías” reglamentarias.
Ante esta nueva realidad, la elaboración de un dictamen favorable o no, de cualquier proyecto en danza, debe ser consensuado, para no ofrecer flancos a la hora de su abordaje.
Desde la nueva composición legislativa, la oposición cuenta con el control de la Comisión de Petición, Poderes y Reglamento y hasta ahora no pudo zafar del cerco oficialista para emitir un dictamen. Las contradicciones internas y el privilegio personal de algunos de los integrantes de la comisión jugó a favor de los intereses del oficialismo.
Varios legisladores que integran esta comisión sostienen que después del receso invernal, cambiarán de actitud, ya que están decididos en avanzar en los dictámenes favorables para los pedidos de formación de comisiones investigadoras, lo que suena mucho a promesa.
En los pasillos de la Cámara baja circulan rumores; relatos donde se señala que hay una combinación de factores, como la resistencia del FpV y falta de voluntad de algunos opositores, que nadie identifica, de dejar pasar el tiempo para no cristalizar por lo menos una comisión investigadora..
Este es el cuadro de situación de los reclamos de formación de comisiones investigadoras, las que seguramente será, sin lugar a dudas, un elemento central de la campaña electoral, que ya está en marcha.
