Hace poco más de un mes -exactamente el 8 de julio pasado- Parlamentario titulaba en una nota: “Ley de motochorros en la dulce espera” y ese título no era caprichoso y mucho menos interesado, sino que reflejaba los vaivenes de la dirigencia política opositora que no aceptaba el proyecto de ley enviada por el Ejecutivo que propiciaba restringir el acceso al microcentro de motociclistas acompañados en horario bancario; asimismo, se proponía que los motoqueros -mensajeros en moto- se colocasen chalecos reflectantes que tengan impreso el número de patente del vehículo que conducen, entre otras medidas preventivas.

Esa propuesta fue rechazada de plano por la oposición en la sesión del 1º de julio, oportunidad en la que una protesta de “motoqueros” en las puertas de la Legislatura apoyó la postura del espacio opositor.

Tras ello y después de fuertes cruces entre oficialistas y opositores, la Legislatura acordó conformar una comisión mixta con miembros de las comisiones permanentes de Seguridad, Transporte y Derechos Humanos, además de referentes de los actores involucrados, para emitir un proyecto consensuado.

Sin embargo, todo el trabajo realizado para alcanzar el ansiado consenso naufragó ya que el tratamiento del proyecto en las mencionadas comisiones se vio frustrado por la confirmación del procesamiento del Jefe de Gobierno por la causa de las escuchas ilegales. A partir de allí todo el trámite legislativo quedó en la dulce espera. La inseguridad, puesta sobre el tapete en reiteradas ocasiones por todos los actores políticos, como prioridad uno, dejó de serlo.

En aquél entonces el oficialismo descartaba de plano ocultar intereses políticos detrás de la medida y al respecto el legislador del PRO, Martín Ocampo, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales expresaba que “el vecino de nuestra Ciudad, padece, igual que todos nosotros, las consecuencias de la inseguridad. Y frente a la realidad insoslayable que exhiben los noticieros, frente a la desazón de las familias de las víctimas a las que los delincuentes motorizados, comúnmente llamados “motochorros”, les arrebataron algo más que sus pertenencias, los diputados tenemos la obligación de legislar”, exhortaba.

Además recordaba que “en el mes de abril, frente al crecimiento desmedido e imparable de los delitos cometidos por los “motochorros”, junto al diputado Gerardo Ingaramo, presentamos un proyecto que incluía tres medidas básicas para desalentar los delitos cometidos a bordo de motocicletas: 1) Cuando circulen dos personas en moto por la Ciudad, el acompañante deberá vestir un chaleco reflectante que en la espalda tenga el número de patente del vehículo.2) Las motos con acompañantes no podrán circular por el Microcentro en el horario de 9 a 18. 3) Prohibición de expendio de combustible a los motociclistas que no tengan, casco, patente y chaleco para el acompañante.

Otra mirada

En cambio desde la oposición que había impedido el tratamiento del proyecto para regular la circulación de motociclistas acompañados en horario bancario por el microcentro, el titular del bloque de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez señaló que “las buenas leyes deben salir con celeridad, porque se necesita rapidez, se necesitan urgentes medidas para combatir la inseguridad pero se necesita que sean bien tratadas, se necesita que los aspectos positivos de los distintos proyectos sean convertidos en ley y que los aspectos negativos de los mismos sean desechados”.

“Para combatir la inseguridad lo primero que hay que hacer es reconocer en profundidad y con justeza la cuestión de los delitos; que tipo de delitos, las modalidades y las zonas”, acotó Sánchez desconociendo que el tema no es algo nuevo, sino que desde hace tres años se viene percibiendo un aumento geométrico en este tipo de delitos, no sólo en la Ciudad sino también en los principales centros comerciales de todo el país.

Por su parte el presidente del espacio político que lidera Fernando “Pino” Solanas, Fabio Basteiro rechazaba en forma categórica la propuesta oficialista: “Rechazamos y nos parece una falta de respeto que se traslade la responsabilidad política al resto del arco opositor de esta Legislatura ante la falta de planificación de la protección ciudadana”, sostenía el legislador pocas horas después de haberse frustrado la sesión en la que debía debatirse el tema.

“La seguridad, es protección ciudadana para el conjunto de los ciudadanos, y en este sentido, se tiene que trabajar con criterio abierto y con el resto de las fuerzas opositoras y no tratar de imponer mediáticamente cuestiones que tienen mucho más que ver con una estrategia electoral que con la inteligencia y la preocupación con la que tiene que actuar un funcionario público”, expresaba, con singular criterio Basteiro.

En tanto, el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra y actual legislador afirmó rotundo que “el Gobierno hace un montaje y una manipulación sobre la angustia de la sociedad por la inseguridad que me hace acordar mucho a la manipulación que hubo sobre la sociedad a partir del falso ingeniero Blumberg”.

Pero Ibarra fue más allá aún y acusó al gobierno de Macri de emprender “un camino mediático pero absolutamente falso con el problema de los “motochorros. El proyecto que presentaron carece de solidez”, afirmó el legislador del bloque Diálogo por Buenos Aires.

Las propuestas y argumentos lanzados desde la oposición debería causar escándalo en cualquier ciudad normal, aunque esta vez de manera más sibilina y con el pretexto de asuntos que pueden ser plausibles, pero que en las actuales circunstancias ponen en duda la legitimidad de sus fundamentos, pareciera que pasan desapercibidos. Hace pocas horas, nada más, el hermano de Carolina Píparo exhortaba a la clase política a dejar de lado el ideologismo y las rencillas internas para ponerse a trabajar en la búsqueda de dar respuesta a este fatídico método que cada día cobra más víctimas.