La muerte de Isidro tras siete días de agonía, y mientras su madre Carolina Píparo, de 34 años, sigue internada en terapia intensiva, es el contexto en que la Cámara de Diputados comenzó a intercambiar opiniones sobre cómo construir un andamiaje jurídico para combatir el flagelo de las salideras bancarias. Un problema que de acuerdo con los datos oficiales a los que accedió Parlamentario, en Capital Federal y el conurbano muestra el siguiente panorama: se registran por lo menos 24 salideras por día, en particular los jueves y viernes.

Según la información judicial y policial, las filmaciones muestran palmariamente las acciones de quienes ofician de “apuntadores”, quienes observan los movimientos en las cajas bancarias; una vez que el cliente retiró su dinero, el delincuente sale detrás y generalmente, antes o después de traspasar la puerta, se saca o se pone una prenda de vestir, señal para quienes esperan afuera para cometer el delito.

Una vez apuntada, la víctima queda a merced de los asaltantes que, por lo general, se movilizan en motocicletas. La siguen y antes de que ingrese en su domicilio la despojan del dinero, aunque algunas veces la asaltan en el camino, como sucedió con Carolina Píparo.

Una de las tesis que circulan es sospechar o criticar de la custodia interna del banco, pero como dicen oficiosamente fuentes policiales consultadas, la misión de ese hombre es cuidar a la casa crediticia. En ese sentido, aseguran que se les brindan cursos para que estén atentos y llamen en caso de observar personas de movimientos sospechosos.

También las miradas se depositan en la seguridad que ofrecen los bancos a sus clientes, lo que es motivo de discusiones de alto voltaje en función de que las entidades bancarias dejan constancia de que las medidas de seguridad establecidas por las leyes se cumplen, aunque en voz baja admiten que es necesario adoptar medidas tendientes a brindar mayor seguridad.

“Las salideras siempre existieron y tendremos que seguir conviviendo con esa modalidad delictiva”, dicen que dijo un bancario al ser consultado por un legislador sobre cuales eran las posibilidades de legislar para evitarla, o al menos lograr que los índices de asaltos sean mínimos.

Es que la tragedia sucedida en la ciudad de La Plata abrió una polémica que recién empieza en la Comisión de Finanzas que preside el representante de la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay, precisamente ex presidente del Banco Central, razón por la cual se descuenta que conoce esta problemática ya que la entidad ahora a cargo de Mercedes Marcó del Pont lleva un registro de las denuncias policiales.

En ese sentido corre la versión de que las entidades bancarias tendrían que contratar un servicio adicional, lo cual demandaría nuevos gastos, y la pregunta recurrente es quiénes se harían cargo de su financiamiento.

Además, por el momento y mientras no sea sancionada una ley, proceden a las recomendaciones a los clientes de mantener en secreto las operaciones; evitar extracciones en los horarios pico; ir acompañado al banco, en especial si es jubilado (son los blancos preferidos de los delincuentes). También evitar tomar un taxi en la puerta del banco; no concretar las operaciones importantes en efectivo, entre otras medidas de precaución, a la espera de que los senadores y diputados acuerden una ley para combatir las salideras bancarias.

Legislación en marcha

Como es habitual en estos temas, el presidente de la comisión Alfonso Prat Gay dispuso -en acuerdo con los demás integrantes de la misma- una serie de audiencias para escuchar las posiciones de los sectores involucrados a la seguridad bancaria.

En la primera participaron el licenciado Benigno Vélez, gerente general del Banco Central; Omar Arce, gerente de Seguridad en Entidades Financieras del Banco Central, y el comisario general Jorge Humberto Orioto, a cargo de la Comisión Permanente de Seguridad Bancaria, quienes expusieron al cierre de esta edición las posibles innovaciones o modificaciones normativas en la materia que puedan ayudar a mejorar la seguridad de las entidades bancarias.

Entre los proyectos presentados figuran los de los diputados radicales Jorge Mario Alvarez y Hugo Castañón, y el integrante de la bancada del GEN Gerardo Milman.

Entre las medidas que demandan, se exige a las entidades financieras contar con compartimientos privados en las líneas de cajas y cajeros automáticos que imposibiliten al resto de los clientes la visualización de la operación que se está realizando.

Por su lado, el bonaerense Milman -a través de dos proyectos- brinda su posición al respecto. En su primera iniciativa propone convertir en ley las actuales reglamentaciones del Banco Central en materia de mínimas medidas de seguridad bancaria, modificando el ángulo de fuego de la caseta blindada, y respecto de las cajas de atención al público, prevé aumentar el nivel de reserva.

En su segunda propuesta propone convertir a las entidades bancarias en responsables civiles de los daños y perjuicios de los usuarios dentro de las tres horas del retiro de bienes de la entidad financiera, lo que de acuerdo con fuentes confiables ha generado más de un rechazo de la entidad que agrupa a los bancos privados.

En ese sentido cabe recordar que se denuncian 24 salideras cada día en nuestro país, y que en los primeros siete meses del año se produjeron un total de 3.360, las que produjeron cuatro muertes, entre ellas la que costó la vida a Isidro.

De acuerdo con las estadísticas que obran en poder de los integrantes de la Comisión de Finanzas, la salidera bancaria es una de las modalidades delictivas que más crecieron con respecto al año pasado. Mientras en 2009 se denunciaron 20 robos por día, desde enero a julio la cifra trepó a 24 casos por día.

Esto significa un aumento del 20 por ciento en lo que va de 2010 para las salideras bancarias, y que cada hora una persona es víctima de este flagelo -la mayoría de ellos jubilados, como dijimos-. Algunos casos terminan trágicamente, o en su defecto con posteriores padecimientos psíquicos, sin olvidar el daño económico por la pérdida de fuertes sumas de dinero, claro está.

Salida de emergencia

Un cuadro de situación que obliga a las autoridades nacionales y provinciales a no mirar por TV lo que sucede a diario y que se potencia por las acusaciones, en particular desde las voces de la oposición que denuncian que el Gobierno no tiene una política de seguridad y que lo único que hace es cortarse en anuncios.

Precisamente la Legislatura porteña -como se informa en esta edición-, tras la superación de la crisis institucional que sacude a la Ciudad, se apresta a sancionar una ley tendiente a combatir este flagelo que cuenta como protagonistas principales a los llamados “motochorros”. Un tema en el que tanto oficialistas como opositores están limando asperezas para convertir en ley un proyecto enviado hace ya un tiempo por el Ejecutivo porteño.

Por su lado, el gobernador bonaerense Daniel Scioli ha acordado con los responsables de las entidades bancarias que implementen una serie de medidas para dar seguridad a sus clientes, y envió además para consideración de los senadores y diputados provinciales una serie de leyes en la misma dirección.

Una decisión también adoptada por varios gobernadores, en particular en aquellos distritos donde las salideras bancarias han crecido notablemente, ya que ha dejado de ser un fenómeno estrictamente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del conurbano bonaerense, como demuestran las estadísticas.

Lógicamente las miradas están puestas ahora en los integrantes de la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados, controlada por la oposición, como se aprecia en el recuadro con los nombres de todos sus integrantes, los que deben definir en primera instancia la elaboración del dictamen favorable a los proyectos de ley presentados.

Sin duda alguna, han quedado en la vidriera pública y de ellos depende el primer paso; después habrá que ver lo que sucede en el recinto y luego el tema recorrerá el mismo camino en el Senado. La realidad cotidiana exige una respuesta inmediata de los legisladores, que en ésta oportunidad, como en tantas otras, van detrás de los hechos. Este flagelo necesita una respuesta lo antes posible.