El principal caballito de batalla del empresario y diputado nacional Francisco de Narváez es el resultado de las elecciones del 28 de junio del año pasado, cuando el ejercicio de la voluntad popular deparó la gran sorpresa en la provincia de Buenos Aires, donde el frente electoral armado entre De Narváez, Felipe Solá y Mauricio Macri logró el 34,5% de los sufragios frente al 32,1 % de la boleta liderada por el ex presidente de la Nación Néstor Kirchner, el gobernador Daniel Scioli y el entonces jefe de Gabinete Sergio Massa.

A partir del categórico triunfo logrado, nada menos que contra los mejores candidatos que tenía el kirchnerismo en el mayor distrito del país, “El Colarado” empezó a pergeñar su estrategia de cara a las elecciones de 2011. La primera movida que el equipo de De Narváez puso sobre el tablero político fue que se presentaría ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación un pedido para que le otorgara el derecho a participar por el principal despacho de Balcarce 50.

La jugada generó confusión entre sus adictos y en el resto de la dirigencia partidaria afín -nucleada en el Peronismo Federal-, donde asisten Eduardo Duhalde, Solá, Mario Das Neves, Alberto Rodríguez Saá, Carlos Reutemann y Ramón Puerta, entre otros, quienes le aconsejaban jugar su futuro en la provincia de Buenos Aires, donde la Suprema Corte provincial y la Justicia Electoral ya lo habían habilitado para competir por la gobernación, pese a su condición de ciudadano colombiano.

Esta oscilación del “Colorado”, que hasta el día de hoy tiene sus idas y vueltas sobre el rol que jugaría en las elecciones del 2011 -es decir por la presidencia o la gobernación- comenzó a restarle, tal cual indican algunos encuestadores que lo ubican en el tercer lugar en las preferencias de los habitantes de la provincia de Buenos Aires.

Una alerta que lo obligó a definir que su pelea será por eyectar del cargo a Scioli del sillón de Dardo Rocha, con lo cual despejó el camino a quienes lo cuentan en las filas del Peronismo Federal, aunque voces cercanas aseguran que todavía está deshojando la margarita respecto de si va a jugar en ese frente electoral, o en su defecto -en sintonía con el pensamiento del gobernador de Chubut Mario Das Neves- dar la pelea en el PJ, es decir competir en la primaria manipulada por el diputado Néstor Kirchner. Un relato que tiene preocupado a más de uno de sus socios del PF.

Esta receta no lo seduce mucho, aunque no lo descarta de plano. Eso sí, para ganar la gobernación bonaerense deberá jugar con uno de los dos peronismos. En la intimidad el diputado sueña contar con Carlos Reutemann como candidato presidencial. Tanto él como sus principales espadas confían en que el senador santafesino dará el sí a mediados de marzo. Dicen que “El Colorado” mantiene semanalmente un diálogo telefónico con el ex gobernador de Santa Fe. La pregunta del millón es: ¿Por qué De Narváez no confía en Eduardo Duhalde o en Solá u otro dirigente del PF? Tanto el diputado como sus equipos de campaña dicen, aunque en voz baja, que son dirigentes del pasado.

Rupturas

Claro que no se puede soslayar que de aquel frente electoral que le permitió ganar el 28-J en la provincia de Buenos Aires nada queda, en particular su relación con el jefe del PRO Mauricio Macri. En ese sentido uno de los asistentes al encuentro organizado por el empresario de Clarín Héctor Magnetto al ser consultado sobre cómo fue el encuentro entre De Narváez y Macri dicen que dijo “más que fría, por no decir formal”.

Todo esto a partir de que los legisladores porteños que le responden orgánicamente Daniel Amoroso y Mónica Lubertino votaron junto al resto de la oposición por la creación de una Comisión Investigadora en contra del planteo de juicio político pergeñado por el líder del PRO. Una decisión que significó -más allá de las explicaciones de De Narváez- una ruptura en las relaciones políticas y que difícilmente se reconstituyan, de acuerdo con lo manifestado a Parlamentario por uno de los ministros del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Con Solá, en tanto, mantiene una obligada convivencia en el seno del bloque del Peronismo Federal en la Cámara baja, donde de sus 28 varones y mujeres le responden Gustavo Ferrari -su jefe de Gabinete en las sombras-, Alfredo Atanasof -un ex duhaldista de paladar negro- y Natalia Gambaro, entre otros.
Es que Solá desconfía de las piruetas permanentes del Colorado. No está seguro de qué lado va a jugar. El jefe del bloque de diputados del PF sabe que más temprano que tarde De Narváez se inclinará por otro candidato y no precisamente por él. De la misma manera, su otrora compañero de ruta en la boleta de Unión-PRO duda también de los movimientos que hará Solá cuando se desate la carrera electoral. De Narváez es consciente de que el peronismo disidente tendrá más de un candidato en la grilla por la gobernación. Y uno de esos candidatos será fogoneado, según la hipótesis que maneja, por el duhaldismo y las huestes de Solá. Es decir que tendrá piedras en el camino, donde tendrá que cerrar si o sí un acuerdo, caso contrario su camino para llegar a la gobernación de la provincia le será difícil.

Qué hacer

Este es el cuadro de situación por el que atraviesa Francisco De Narváez y es uno de los principales motivos de su selecto equipo de campaña que delibera en su bunker del bario porteño “Las Cañitas”, donde es permanente el desfiladero de dirigentes y legisladores bonaerenses que apuestan a la candidatura a la gobernación, aunque también llegan hasta el lugar políticos de otros distritos. Dicen que todos salen con la promesa de armar alianzas y trabajar “codo a codo” en las elecciones presidenciales del 2011.

Empero, De Narváez, al igual que el resto de los dirigentes del Peronismo Federal como Eduardo Duhalde, Carlos Reutemann, Juan Carlos Romero, Mario Das Neves, Adolfo Rodríguez Saá, Ramón Puerta y Miguel Angel Toma, entre otros, consideran que todavía no es tiempo de candidaturas, sino de consensuar proyectos a largo plazo en un clima de intrigas sobre el rol que jugará cada uno.

Es que los asesores del empresario dicen a quienes lo consultan que el Colorado no se olvida que Duhalde siempre lo saca de la cancha con el argumento que no es argentino, sino colombiano, para presentarse él como candidato a Presidente.

Un puesto para el que están anotados Solá, Duhalde, Das Neves y Rodríguez Saá, y por ahora es un misterio de cómo van a resolver este gran dilema, tal vez por eso todos patean la pelota para más adelante, mientras en el ínterin están en la desesperada carrera de cooptación de dirigentes del interior del país para exhibir como trofeos de un incipiente armado afín a sus ambiciones.

Lo cierto es que Francisco de Narváez está embretado, ya que su distanciamiento con Mauricio Macri, de Eduardo Duhalde y de Solá, es un problema a resolver, pues en soledad, por más equipo que tenga, no podrá competir con los pesos pesado del kirchnerismo, que lo esperan ansiosos para el desquite electoral.

Por aquí todo tranqui

En cuanto al panorama en la provincia de Buenos Aires, cabe acotar que los bloques de Unión-PRO han logrado alcanzar un funcionamiento bastante armónico a pesar de ser una fuerza que se caracteriza por su heterogeneidad, aunque es claro el predominio de la cultura peronista en la nueva organización.

De los tres bloques que supieron construir en el pasado inmediato -Celeste y Blanco, PRO y Recrear- hoy sin los felipistas que poseen su bloque propio -el del Peronismo Federal- el resto de los legisladores lograron concluir en bancadas que por el momento se muestras bastante sólidas.

En Diputados el equilibrio se logró delegando en un amarillo el cargo institucional y en un celeste y blanco la jefatura de la bancada. Así las cosas el dolorense Ramiro Gutiérrez carga con la responsabilidad de conducir la bancada que, en principio, está integrada por 15 diputados, de los cuales 10 serían celeste y blanco y cinco del PRO. La vicepresidencia I del Cuerpo está ocupada por Jorge Macri.

La fuerza política también cuenta con un líbero, el diputado 16, Emilio Monzó, que en términos formales aun conserva su monobloque -Buenos Aires Federal- pero que al parecer son altas las responsabilidades políticas que tiene en el armado de cara a la elección del 2011.

En el Senado el denavaísmo parece imperar más allá de las procedencias de los legisladores. Los senadores del PRO son los que parecen calmar las rebeliones internas que en ocasiones amagan desplegar los diputados. Dos de los seis senadores ingresaron como macristas, pero en la Legislatura se muestran más de acuerdos con la conducción denarvaísta de la Provincia, que con la línea dura que a veces intentan imponer operadores macristas de paladar negro. Aquí no hay cargo institucional, la comandancia del bloque está en manos de Alfredo Meckievi y el lugar de la bancada en el Consejo de la Magistratura es ocupado por el senador de Necochea, Gastón Guarracino.

Y no es casual que en este ámbito legislativo reine por ahora un clima de tranquilidad, es que todos son conscientes de que sin lugar a dudas la provincia de Buenos Aires es la vidriera electoral del país, por lo tanto la unidad, aunque sea con fórceps es vital para avanzar en el proyecto político de que la pareja presidencial sufra una nueva derrota para consolidar una alternativa de poder.

Una opción que tiene a Francisco de Narváez como el eje convocante de una plataforma que parte de inferir que el peronismo es la garantía para cumplir una de sus consignas: en diciembre del 2011 cierran su paso por el poder la pareja presidencial. “Tienen fecha de vencimiento” es una de sus frases preferidas, claro que resta que se cumpla y qué papel va a jugar en las boletas electorales del 2011 ya que siempre hay margen para las sorpresas como lo demuestra la historia electoral.