La caída de los superpoderes complica el panorama económico. La administración de CFK deberá ahora negociar si o sí con la oposición para modificar la asignación de recursos.
Se vienen días complicados para la política económica. Pese a la euforia que se trata de transmitir por el crecimiento económico, al Poder Ejecutivo se le terminaron las facultades extraordinarias delegadas por el Congreso, condición especial que le ha permitido a la actual gestión y a otras anteriores llevar adelante una gran cantidad de iniciativas sin tener que pasar por el Parlamento.
La caída de esas facultades especiales, que le permitió a la administración de los Kirchner -como tema central- tener el manejo del Presupuesto, pudiendo modificar partidas en forma directa y aplicar nada menos que las retenciones a las exportaciones, ahora deberá acordar con la oposición si o sí.
El desafío es muy elevado para el actual Gobierno. Está claro que no se va a poder contar con “la caja” en forma autónoma, con lo cual, cada modificación de la asignación de recursos deberá pasar por el Congreso, circunstancia que va a generar un creciente desgaste.
El nudo central ahora es un trago muy amargo para el Ejecutivo. Al caerse las facultades especiales delegadas, los legisladores van por la eliminación de las retenciones a las exportaciones, algo que se cruzó justo con la sanción de la ley que establece la movilidad de las jubilaciones en el 82 por ciento móvil.
“Hace ya tiempo que esto viene ocurriendo, es decir, el tema de las facultades especiales que delega el Congreso en el Ejecutivo, pero el punto es que en general se prorrogaban, pero ahora no, el panorama es bastante más difícil”, señaló Raúl Ochoa, consultor económico, quien se desempeñó también como asesor en el Congreso.
En estos últimos días, algunos legisladores de la oposición se mostraron contundentes en sus posiciones.
Esta circunstancia preocupa notablemente al Poder Ejecutivo, especialmente al Ministerio de Economía.
“Creo que vamos a tener que ser muy estratéicos sin facultades especiales”, resaltó uno de los integrantes del gabinete del ministro Amado Boudou.
Es decir, que esto obliga al Gobierno a sentarse a negociar y ceder algo, ya que el Ejecutivo no va a tener más las facultades especiales, y está latente el tema de la reducción o eliminación de retenciones, punto donde al caerse las facultades, el Ejecutivo no puede tomar ninguna determinación.
Además, esta iniciativa se cruza con el 82% en las jubilaciones, con lo cual, el panorama hacia el próximo año es sumamente complejo.
El desafío es muy grande, realmente. Año electoral, el Gobierno restringido en sus poderes para manejar el gasto a su antojo, y además, el costo de lo que puede ser vetar el 82% móvil, sumado al conflicto de las retenciones que podría recrudecer.
Parece un frente de tormenta muy grande y más de uno estará pensando “ajustarse los cinturones”.
