Desde el macrismo salieron a denunciar lo que para cualquier entendedor era un secreto a voces: la politización del conflicto que rodeó la toma de colegios. Un tema que hasta los dirigentes opositores admiten por lo bajo, y que el periodismo pudo comprobar no sólo por las consignas entonadas por los “chicos”, sino también por otro tipo de “detalles”.

Detalles como el hecho de que los encargados de la sección Política de los principales medios recibieran correos electrónicos como uno que detallaba que seguía tomado el Normal 5 de Barracas, con declaraciones de Florencia S., la presidenta del centro de estudiantes, diciendo que “los baños se inundan, nos hacen listas negras y encima ahora nos congelaron las becas”. El comunicado -muy detallado por cierto- concluía diciendo que “se caen los techos, faltan vidrios y además nuestros baños no tienen agua y se inundan. El gobierno de Macri reconoció que sólo utilizó el 7% de la plata destinada a las obras. Si no empiezan los arreglos ya mismo, nuestra lucha no va a parar”. El comunicado, que concluía con el número de celular de la joven, para que el que deseara pudiera entrevistarla, era enviado por Pablo Vasco… El jefe de Prensa de Marcelo Parrilli y Vilma Ripoll, del MST. A buen entendedor…

O detalles como el de que la toma en el Colegio Carlos Pellegrini -que en realidad depende de la UBA y por ende de la Nación, por lo que allí fue en “solidaridad” con los colegios porteños en conflicto con Macri- tuviera como principal vocero a Julián Asiner, un joven que ¡egresó hace tres años!…

Militante del Partido Obrero, el joven adquirió notoriedad cuando lideró allí la prolongada toma para lograr el desplazamiento del rector Juan Carlos Viegas. Master que se ve que le sirvió para volver ahora para retornar al colegio para difundir sus experiencias en esta situación tan especial.