– ¿Qué visión tiene de la Provincia?

– Si atravesamos el conurbano bonaerense, nos encontramos con la Provincia más agropecuaria del país, donde hay más de 80 municipios que viven exclusivamente de la actividad agropecuaria. Sacando Tandil, Mar del Plata, Olavarría y Bahía Blanca, el resto de los municipios son mínimamente, 60 o 70 % agrodependientes.
De ahí la importancia de un gobernador de la provincia de Buenos Aires que acepte la identidad agropecuaria que tiene nuestro distrito.

– ¿Cómo se para ante esto Scioli?

– El problema es que la gestión de Daniel Scioli siempre se focaliza en el conurbano bonaerense, que es donde están los mayores y más grandes problemas de toda la República. Uno lo entiende, pero eso no justifica que no se le de prácticamente importancia a todo el interior. No se entiende por qué Scioli no le da importancia al interior. Tanto es así, que desde este espacio político que lidera Francisco de Narváez, nuestro objetivo es trabajar la provincia de Buenos Aires con dos gabinetes. Un gabinete que se ocupe del conurbano y otro que se ocupe de todo el interior de la provincia. Esa es una propuesta que ya se la acerqué a Francisco en el 2007.

– ¿Y Scioli?

– Me pregunto cómo es que estuvo ausente en el conflicto agropecuario todo el tiempo, y cómo es que sigue estando ausente cuando se discuten políticas como el trigo, siendo Buenos Aires el mayor productor nacional: el 70 por ciento. Cómo es que sigue estando ausente el gobernador con respecto a la política ganadera, cuando es la Provincia quien aloja al 50% del stock ganadero nacional. Y después tenemos el 30% de todo el resto. El 30% de la cuenca lechera, 30% de todo lo que es el complejo de las oleaginosas y así sucesivamente. Entonces, en la medida en que la provincia de Buenos Aires no acepte su identidad de provincia agropecuaria, y que todo el distrito funcione alrededor del conurbano, nuestro destino va a ser muy incierto. Es por eso que proponemos los dos gabinetes.

– ¿Cuál es la impresión de su región, el sudoeste?

– Por suerte le diría que los legisladores de la Sexta Sección Electoral, más allá de ideología política, tratamos de trabajar juntos, porque la realidad está tan a la vista que acá no es una cuestión que si sos del FpV/PJ o si sos del espacio de Francisco De Narváez o si sos del Acuerdo Cívico. De hecho, hay muy prestigiosos legisladores de otros partidos, como Jaime Linares, tres veces intendente de Bahía Blanca, y gente muy preparada, como el caso de Iván Budassi, el caso de Marcelo Feliú, hay otros dos legisladores de la Sexta que vienen de tres mandatos como intendentes como Luís Oliver de Daireaux o Aldo Mensi de Pringles, Marcela Guido de Saavedra. A nosotros nos resulta hasta sencillo trabajar juntos, porque los problemas son los que vemos todos los días. No se puede negar la realidad del sudoeste.

– ¿Cuáles son los principales problemas del sudoeste?

– Hemos trabajado en lo que consideramos los cinco problemas más grandes del sudoeste. Empezamos por el tema de la ley del Sudoeste. Esta es una ley que estaba terminada tres meses antes de que asuma el gobernador Scioli. Nuestro aliado en el espacio, Felipe Solá, junto al inmenso ministro que fue Raúl Rivara, había dejado lista esta ley para el desarrollo del sudoeste. Sin embargo, Daniel Scioli nunca tuvo la vocación de echar a andar esta ley.

– ¿Cuál es el problema con la ley? ¿No tiene financiamiento?

– Sí, ya le asignaron el presupuesto. Pero siempre le falta algo. Al principio faltaba el presupuesto, después faltaba nombrar la autoridad de aplicación. Paso a paso, muy lentamente, vamos logrando cumplir con todos los requisitos de la ley de Sudoeste. Sin embargo, hasta hoy no hay nadie que haya recibido ni un beneficio por la ley. Hicimos un proyecto de ley adicional también en el que se controlará a los deudores para que sólo puedan acceder a los beneficios quienes realmente lo merezcan.

– ¿Cuáles son los otros problemas del sector agropecuario?

– Estamos trabajando en el otro gran problema que tiene el sudoeste, en particular Patagones y Villarino, que tiene que ver con la desertificación. Es por eso que estamos trabajando en un proyecto de ley para un programa de acción provincial de lucha contra la desertificación. El tercer problema es la inseguridad rural. El cuarto problema tiene que ver con una ley de control de plagas. Esa es una ley que ya pasó la Comisión de Asuntos Agrarios. Después estamos en algo que yo creo que puede ser lo más importante que uno pretende hacer este año, que es una ley para recuperar la ganadería vacuna.

– ¿Cuál es su reflexión sobre las expectativas que generaron los agrodiputados?

– Hasta hoy hemos presentado 148 proyectos. La mayoría como autor, otros como coautor. De eso hay 18 proyectos de ley, 37 de resolución, 23 de solicitudes de informes y sigue la lista. Creo que estamos trabajando mucho. Toda nuestra actividad parlamentaria: becas, subsidios, contratación de obras, todo está en nuestra página web. El objetivo es darle una absoluta transparencia a lo que es la actividad política. Recordemos que trabajé en CARBAP por casi seis años, pero mi ingreso a la política se dio recién en 2009. Y junto conmigo ingresaron aproximadamente 35 concejales, ediles, de 30 distritos, que son parte de lo que Francisco De Narváez llama: el armado agropecuario.

– ¿Cuál es el balance de su gestión?

– Hemos instalado más de 148 temas en la Legislatura. Hemos compartido mucho de esto con nuestros ediles. Nos han aprobado varios proyectos de declaración, pero no estamos conformes. A tres meses de terminar mi primer año de mandato tenemos la expectativa de que nos aprueben sobre 18 proyectos de ley, sólo dos. Una, que creo que es imprescindible, que es el control de plagas; y la otra es la ley del Sudoeste.

– ¿Cuál es su opinión con respecto a los tironeos que existen dentro de su bloque?

– Yo integro un espacio donde hay cuatro vertientes muy definidas. Hay una vertiente de los originales de Francisco De Narváez; otra del duhaldismo; otra proveniente del PRO de Mauricio Macri; y a eso se le agrega gente que hasta hace un año estaban en el kirchnerismo y hoy están en nuestro espacio. Entonces armonizar estas cuatro vertientes es difícil. Pero lo que hay que destacar es que casi no hay discusiones ideológicas en este espacio. Es decir, las diferencias no son ideológicas, sino por cuestiones metodológicas y de organización. Que se resuelven a partir de una firme conducción, que es la que uno espera que lleve adelante Francisco de Narváez.