“Le exigimos al ministro que pida disculpas públicas”, expresó la presidenta de la Comisión de Libertad de Expresión, Silvana Giudici, tras la reunión de Amado Boudou con dirigentes de la DAIA. A su vez, el demócrata progresista Carlos Favario presentó un proyecto repudiando lo que definió como “agresión y descomedida actitud” del funcionario.

Las reacciones en el Congreso tienen que ver con la manera como Boudou se refirió a los periodistas Candelaria de la Sota y Martin Kanenguiser, a los que comparó con quienes limpiaban las cámaras de gas bajo el régimen nazi.

“Boudou tuvo la oportunidad de pedir disculpas en la DAIA por sus dichos contra los periodistas que cubrían la gira por Washington, pero decidió solo dar una explicación sin sentido, ratificando su agresión”, dijo Giudici, para quien la actitud del ministro “es grave porque desde la impunidad del cargo ofendió a la comunidad judía y le faltó el respeto a las víctimas del Holocausto”.

Boudou, que estuvo reunido con el titular de la DAIA, Aldo Donzis y todas las autoridades de la entidad, aclaró a los medios que cubrían la reunión que no iba a pedirles disculpas a los periodistas. Ante ello, Silvana Giudici presentó un proyecto de repudio acompañada por sus colegas Elsa Quiroz, Rubén Lanceta, Gustavo Cusinato, Eduardo Amadeo y Fernando Iglesias, en el que exigen al ministro que “reflexione y pida disculpas públicas a los periodistas agredidos, porque como señalamos anteriormente, sus dichos fueron bochornosos. Si no lo hace, es evidente que no alcanza la talla necesaria para conducir un ministerio, ya que no respeta el rol de los periodistas y el Derecho de acceso a la Información Pública de los ciudadanos”.

A su vez, el santafesino Carlos Favario presentó un proyecto de declaración expresando también su repudio y solidarizándose con “la colectividad judía injustamente agraviada por esas mismas declaraciones que constituyen una muestra de supina ignorancia y de manifiesta incultura por parte de un ministro del Poder Ejecutivo que atenta, de esta forma, contra la pacífica convivencia entre los argentinos y contra el prestigio del país”.