El 1° de Julio de 1974 yo tenía 10 años de edad, sentí en mi cuerpo y alma la devastación por la muerte del Líder el General Juan Perón, tal vez transmitido también por el sentimiento de mi familia.

Hoy siento la misma devastación, el mismo dolor intenso e insoportable, la sensación de quedar sólo, la tristeza por un padre que parte para siempre.

Néstor Kirchner sin dudas ocupará un lugar trascendental en la historia de nuestro país, sus ideales y principios están vivos y presentes, y fue fiel a ellos cuando le tocó asumir la Presidencia del país ese 25 de mayo de 2003, y durante todo su mandato.

Su humildad, su coraje, su jugarse quedan como un ejemplo contundente y a seguir para los argentinos y en particular para los militantes peronistas.

Cuando hablé por primera vez hace ya varios años con Néstor Kirchner en su condición de Gobernador de Santa Cruz, en la Casa de esa provincia en la Ciudad de Buenos Aires, me convencí de estar en presencia de un hombre cabal y que iba a luchar sin dudas por sus objetivos, y que estaba dispuesto a encarnar las esperanzas de un Pueblo que venía golpeado por todas las crisis y dificultades, que habían hecho bajar los brazos a millones de argentinos y argentinas.

Desde aquí le envío mis condolencias a la Compañera Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su familia ante tamaña pérdida, y le transmito mis fuerzas para que siga gobernando con toda energía, decisión e inteligencia los destinos de nuestra Nación.