En el marco de la tradicional encuesta anual de Semanario Parlamentario, el senador Jorge D’Onofrio, que conforma un monobloque, electo por la Primera Sección Electoral, vecino de San Isidro que este año comenzó a dar sus primeros pasos como legislador, logró la máxima distinción en la Cámara alta.

También fue reconocido con este galardón el diputado de la Sexta Sección Electoral, Marcelo Feliú, fiel representante de su ciudad Bahía Blanca. Va por su segundo período como diputado del bloque del FpV/PJ.

Dos ganadores, dos estilos. El senador apuntó desde un primer momento a la principal demanda de la ciudadanía, la seguridad. Rápidamente supo ganarse el mote de voz autorizada en la materia. El diputado en cambio despliega un trabajo más integral y es el portavoz del bloque oficialista. También un negociador de amplia frecuencia.

– ¿Cuál fue la sensación que experimentaron al enterarse de que fueron elegidos como los más laboriosos de 2010?

– Marcelo Feliú: Primero, una lógica satisfacción personal, similar a la que sentiría cualquier persona que recibe un reconocimiento por su actividad cotidiana. Y luego, una cuota de agradable sorpresa, porque todos sabemos que en la Argentina, habituados a sospechar de todo a priori como estamos, suele haber suspicacias en torno a las formas de otorgamiento de muchos premios, incluso los artísticos o deportivos. Por eso, en este caso, me provoca gratitud saber que a uno le llega una distinción de esta naturaleza que se sustenta solamente en la opinión de quienes desarrollan su misma tarea y comparten el trabajo habitual, como son el resto de los legisladores y sus asesores, con todo lo que ello significa. No sólo por mí, sino por quienes abrazamos con pasión la vocación política en general. Desearía que este tipo de cosas tuvieran la difusión que corresponde para seguir propiciando la indispensable reconciliación entre esta actividad y la gente. Quizás este tipo de iniciativas sean una forma de revertir una tendencia que no puede conducir a nada bueno.

– Jorge D’Onofrio: Es un orgullo, una alegría y un reconocimiento, no sólo a mi trabajo como legislador, sino al trabajo del equipo que me acompaña. Sin ese apoyo diario sería imposible haber tenido la producción legislativa de este año, no sólo en los proyectos que se han presentado, sino con la participación activa en cada una de las comisiones que me ha tocado estar.

– ¿Por qué creen que llegó este premio?

– MF: Eso podrían responderlo mejor quienes han votado de la manera que lo hicieron, quienes según tengo entendido, hasta lo hicieron en forma voluntaria, algo que también me lleva a valorar más este reconocimiento. En lo personal, es obvio que no hice nada específicamente con esta finalidad, sino que sólo procuré cumplir con el mandato que lleva intrínseco nuestra función de representantes de la gente, pero puesto a analizar, imagino que se habrá conjugado tanto la actividad cotidiana, como la cantidad y calidad de los proyectos presentados y la participación en los debates en el recinto. También hay que valorar que se me haya encomendado la misión de ser el encargado de exponer en nombre de mi bloque en los debates referidos a cuestiones muy importantes.

– JD: Evidentemente el hecho de haber debutado en la actividad legislativa, con la presidencia de una comisión por demás complicada como es la de Seguridad, nos ha llevado a estar en el tapete o más a la vista, no sólo de la gente, sino también del periodismo y de quienes llevan adelante la actividad legislativa en esta casa, que son en definitiva quienes participan de la selección.

– ¿Qué balance personal hacen de su producción legislativa?

– MF: Puedo decir que desde que comencé mi labor como diputado en diciembre de 2005 he tenido la posibilidad de presentar todo lo que consideré importante. Algunas iniciativas se convirtieron en ley y otras no, pero la gran mayoría tuvo tratamiento específico y eso es algo que me satisface. Puedo mencionar los proyectos de Habeas Data, la Defensoría del Pueblo, las modificaciones del Código de Procedimiento Penal, la instauración de una serie de mecanismos de Participación Democrática o la posibilidad de beneficiar a miles de productores agropecuarios afectados por adversidades varias, con un fideicomiso como el que celebraron el Gobierno nacional y provincial. Más recientemente, la incorporación de los tratamientos de fertilidad asistida a los planes médicos obligatorios, algo que a partir del impulso que le ha dado el gobernador, parece estar a punto de convertirse en ley.

– JD: La preocupación por el tema de la seguridad nos ha absorbido gran parte de la actividad de este año. A veces los ritmos legislativos no son los mismos que los del Ejecutivo y menos de la Justicia. A veces a uno le da impotencia ver que las cosas demoran para poder concretarse, pero no sólo desde la actividad legislativa, sino desde nuestra participación en el Consejo de Seguridad, hemos encontrado un marco para poder llevar un plus a la gente. La idea es redoblar esfuerzos para poder transformar la realidad.

– ¿Cuáles fueron o son sus ejes de trabajo?

– MF: Mi formación de abogado y mi condición de docente de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional del Sur me orientan hacia todo lo referido a las leyes que regulan los institutos de nuestra Constitución, pero no por eso -que no es poco- debo olvidar que soy representante de una sección con necesidades muy diversas y con prioridades tangibles que se sitúan bastante más allá de ciertos laberintos jurídicos, que aunque terminen siendo decisivos para la vida cotidiana de todos, a veces se presentan como lejanos o teóricos. Desde ese punto de vista, el proyecto de fertilidad asistida para todos me parece que engloba esa concepción de entender la actividad.

– JD: Mi gran preocupación es la seguridad de los bonaerenses, y en ese eje es que se encuentran mis principales proyectos, la creación de la Secretaría de Información Delictual es una herramienta importante que la Provincia necesita, de hecho si esa secretaria hubiese estado funcionando se podría haber prevenido y evitado el asalto al blindado de hace unos días. Otro proyecto es la creación o ampliación del registro de ADN de condenados por delitos contra la vida y la propiedad. Habría una base de datos más grande de la que se tiene hoy, que sólo es un registro de violadores y permitiría esclarecer muchos hechos a través de las pericias. Otro de los proyectos que hemos presentado es la modificación de la ley de policías, uno para la creación de los policías municipales y otro para permitir la actividad gremial dentro de la fuerza policial.

– ¿Cómo evalúan el comportamiento del Poder Legislativo en este año que termina?

– MF: Muy positivamente. Y para ello hay que destacar la actividad del presidente de la Cámara, porque el oficialismo dejó de tener quórum y mayoría propia luego de las elecciones del 2009 y para que las leyes sean tales, se necesita obligatoriamente de una política de consenso con el resto de los bloques. En ese sentido, creo que nuestra Cámara es un ejemplo porque hemos podido avanzar en muchísimos proyectos, gracias a que se priorizó buscar denominadores comunes, independientemente de quienes fueran los autores de cada iniciativa.

– JD: Ha sido un año complicado, donde tuvimos la enfermedad del vicegobernador, Alberto Balestrini, la Cámara tuvo que reinventarse a sí misma, hubo una gran madurez del bloque del oficialismo y de los de la oposición. Lo que más resalto es el nivel de diálogo y tolerancia al momento de las discusiones, no siempre nos ponemos de acuerdo, pero la predisposición a escuchar al otro y buscar consensos es lo que más puedo rescatar de este año.

– ¿Qué temas quedaron pendientes?

– MF: Tantos como hay pendientes en la realidad que vivimos todos. Como siempre, se trata de ver el vaso medio vacío o medio lleno. Prefiero decir que hay que reafirmar el camino que venimos recorriendo y seguir propiciando, por ejemplo, que la Cámara de Diputados trascienda la solemnidad de un recinto de sesiones y haga conocer la influencia decisiva de la labor de los legisladores en la vida cotidiana de los bonaerenses.

– JD: Tiene que ver con un proyecto que hemos presentado que es la ampliación y modificación del Consejo de Seguridad para que tenga la obligación de participar el Poder Judicial a través de la Procuración y de la Corte. Es importante avanzar en la implementación de la Policía Judicial para terminar de cerrar el ciclo de esta reforma judicial que se ha implementado en la provincia de Buenos Aires. Y después hay una deuda, si bien el debate debería partir del Legislativo, también es una deuda del Ejecutivo, habría que modificar algunas cuestiones que tiene que ver con la educación, ya que el 97% del Presupuesto para 2011 es masa salarial y para contribuir con la seguridad es necesario invertir mucho más en educación, para resolver esta cuestión a mediano y largo plazo.

– ¿Cómo ven la relación entre el Poder Legislativo y Ejecutivo?

– MF: Como una relación madura, que no soslaya las diferencias partidarias, pero que llegado el caso, tiene la capacidad de priorizar los denominadores comunes. Quizás lo que más consensos requiera sea la Ley de Presupuesto y en estos días se está abocado a ello como corresponde, con funcionarios del Ejecutivo recibiendo y respondiendo inquietudes de todos los bloques, tanto del Senado como de Diputados. Me parece que hay una impronta que baja desde la predisposición al diálogo del gobernador Daniel Scioli y en la que también hay que reconocer el rol de una oposición responsable, más dispuesta a la construcción que a la obstrucción.

– JD: Desde lo personal, en el Gobierno se han manejado conmigo en un nivel de educación y cordialidad, lo cual no significa que le hagan caso a uno, de hecho a un funcionario muy importante del Ejecutivo mi reflexión fue: ‘estoy cansado de que me den la razón, lo que quiero es que me hagan caso’.

– ¿Cuál es la diferencia que ven entre el Congreso de la Nación y esta Legislatura?

– MF: Personalmente, veo una postura mucho más madura de la oposición a nivel provincial. Que no se ve a nivel nacional. Y creo que la sociedad se da cuenta. La sociedad cada vez valora e interpreta mucho más las cuestiones que tienen que ver con la crítica genuina o con la crítica por mera especulación electoral. Creo que la oposición a nivel provincial tiene un nivel de madurez más importante que la nacional.

– JD: Hay una gran diferencia con el Congreso nacional y la oposición bonaerense. Nosotros nunca pretendimos hacer el partido de la oposición, cada uno mantuvimos nuestra identidad y hemos planteado las cuestiones desde nuestro enclave. El error grave del Congreso nacional es haber pretendido que lo que no era oficialismo era oposición, pero como si fuera un partido, y la verdad es que esta última es un grupo tan heterogéneo que no puede sostener un tema de una sesión a la otra. De hecho, los amigos que militan en el Peronismo Federal, que ya de por sí tienen muchos matices, no pueden funcionar más con Elisa Carrió como jefa política de ellos Han terminado votando al son de “Lilita”, con el miedo de si sale a decir barbaridades, los denuncia, o los deja mal parados.

– ¿Qué consideración tienen de la gestión de Scioli?

– MF: No se puede diferenciar la positiva gestión del gobernador de lo que es el modelo que se instaló a nivel nacional a partir del 2003. La realidad actual de la Provincia es una consecuencia directa de ese modelo. Por supuesto, que aún hay demandas absolutamente insatisfechas, pero sin dudas, que la brecha es menor a la que teníamos hace siete años. En ese sentido, valoro, celebro y reconozco la capacidad del Gobierno provincial para actuar enlazado con esas políticas nacionales y entender que no existen modelos individuales. Poco podría hacer nuestra provincia si no existiera un rumbo nacional que claramente se traduce en mejores índices en materia económica, financiera, y de infraestructura social, vinculada a los servicios básicos de los que la Provincia es uno de sus principales beneficiarios. Veo como una decisión estratégica positiva de tener en claro que integra este modelo y esperemos que se siga profundizando.

– JD: Es muy difícil plantear una gestión cuando hay dependencia del poder central. Somos una República federal con gobiernos y/o administraciones unitarias, esto es patrimonio de todos los partidos políticos, porque salvo Fernando de la Rúa, desde Raúl Alfonsín hasta la actualidad, todos han sido presidentes del interior, y después de haber planteado federalismo en sus campañas, hicieron más centralismo. Aspiro a que en una gestión bonaerense se reclamen con más ahínco los derechos de la provincia de Buenos Aires, de hecho su déficit tiene que ver directamente con los puntos de Coparticipación que hemos perdido y con los impuestos nacionales coparticipables que no lo están haciendo. A mí me gustaría un gobernador más combativo en ese aspecto y ahí si podríamos estar viendo la capacidad de gestión. El resto es administrar con recursos escasos, necesidades ilimitadas, la teoría de la frazada corta. Nunca vamos a estar del todo conformes con la gestión.