La Cámara alta rechazó los hechos de violencia en Villa Soldati: se votó por unanimidad un proyecto que expresa la “necesidad de esclarecimiento de las responsabilidades”, y que pide la defensa del “diálogo y la coordinación” entre el Estado nacional, las gobiernos provinciales y locales para “la concreción de políticas en materia de tierra y vivienda, combate contra la pobreza, la xenofobia, y garantizar el cumplimiento de la ley”.

El proyecto fue acordado en base a textos presentados por los senadores Rubén Giustinani, Samuel Cabanchik, Graciela Di Perna, Luis Naidenoff, Gerardo Morales -y otros-, Juan Carlos Romero -y otros-, y Daniel Filmus -y otros.

La discusión sobre este tema comenzó con el dicurso del salteño Juan Carlos Romero, del Peronismo Federal, que aseguró que no se puede “confundir ocupación con protesta social”, y criticó al jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, ya que consideró que es “una barbaridad” decir “que la usurpación no es un delito”.

Por su parte, el porteño Daniel Filmus aseveró que “lo único que no se recupera es la vida humana, es totalmente imperdonable”. El ex ministro de Educación de la Nación tuvo un altercado con Romero porque el salteño pidió que el legislador kirchnerista diera explicaciones por una supuesta relación con un puntero político. Filmus le contestó: “La última vez que los utilicé –un puntero- fue para marcar un mapa en la escuela, porque yo soy maestro”.

Otra voz autorizada para hablar en relación con el tema fue la del también porteño Samuel Cabanchik, de Proyecto Buenos Aires Federal (ProBAFe). El legislador puntualizó: “Me parece que se actuó tarde, que no se actuó adecuadamente, el Estado no puede estar ausente en la conflictiva social”, y se quejó por “la lentitud de las respuestas” del jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, respecto de la urbanización. Cabanchik añadió que “una de las peores cosas que le puede pasar a una persona es no tener comida y techo”.

También opinó la representante de la Coalición Cívica (CC) en la Cámara alta, María Eugenia Estenssoro, que declaró que el “Estado nacional y de la Ciudad no están garantizando derechos humanos esenciales, no podemos seguir con una autonomía en cuanto al tema de la seguridad”, y mencionó que el “problema de la pobreza es el más grave de la Argentina”.

El primer jefe de bloque en hacer uso de la palabra fue el líder del Partido Socialista (PS), Rubén Giustiniani, que señaló que “lo principal es marcar la causa, que es la pobreza, la falta de vivienda”, y consideró que “la protesta social no debe criminalizarse ni judicializarse”. Además dijo: “La peor expresión de lo que vimos en Villa Soldati fue la impotencia de la política cuando de un lado a otro se tiraron las responsabilidades. No hay combate a la pobreza extrema si no se limita la riqueza extrema, son dos caras de la misma moneda, la agenda pendiente sigue siendo la reforma tributaria de la República Argentina”.

Luego vino el turno del jefe de la bancada del Peronismo Federal en el Senado, Adolfo Rodríguez Saá, que manifestó su rechazo a las muertes “por conflicto social, por xenofobia”, y preguntó al resto de los legisladores: “¿Qué quieren hacer? ¿Favelas? ¿Que se convierta en un lugar inaccesible para la policía?”.

El titular de la bancada de la UCR, Gerardo Morales, expresó que “el acuerdo político –entre Ciudad y Nación- es un hecho a resaltar en esta declaración”, ya que el tema no pasa por “quién gana y quién pierde, lo que sí está claro que la que perdió es la gente, el pueblo”.

Finalmente, el líder del bloque oficialista, Miguel Ángel Pichetto, sostuvo: “Yo no creo en el hecho espontáneo en Villa Soldati. Creo que hubo acción política, hubo sectores que intentaron instalar la sensación de inseguridad, de desestabilización, no es nueva la presencia de esos barras que salieron en la televisión”. Además resaltó que en este tipo de acontecimientos, el “Gobierno siempre ha tratado de encontrar un camino de salida negociado, sin reprimir”.