La crisis habitacional no tuvo eco este año en el Congreso. No se presentó ningún proyecto de ley integral de construcción de viviendas. Tampoco se debatió ninguna de las iniciativas vigentes. Sólo se aprobó en Diputados la suspensión de las ejecuciones hipotecarias en situaciones especiales. El gobierno de Cristina Fernández no envió nunca un proyecto de ley sobre la temática.
Por Julio El Ali
Desde los inicios de la humanidad, uno de los principales objetivos del ser humano fue “el techo” como resguardo de la familia ante las inclemencias del tiempo y los otros depredadores. En los últimos siglos, con la urbanización alrededor de las fábricas, producto de la creciente industrialización del sistema capitalista, la vivienda ha sido un problema central para los países de cultura agraria que debieron cambiar su diseño social y formar nuevos centros urbanos, provocando el origen de las villas de emergencia.
Hace algunos años, se ha incrementado este problema y el “techo” de los argentinos ha pasado a ser una preocupación extrema que en la mayoría de los casos no se puede resolver, ya que no existen planes efectivos sobre nuevas viviendas para los más humildes, ni tampoco hay líneas de créditos para que los jóvenes matrimonios adquieran su primera casa.
A pesar de este marco de crisis habitacional que involucra también una discusión sobre las políticas inmigratorias, no es un tema que haya sido prioridad para los legisladores nacionales, ya que no se debatió ningún proyecto de ley que previera un estratégico plan de viviendas que intente brindar una rápida solución al déficit habitacional que existe en Argentina, principalmente en el conurbano bonaerense. Durante 2010, diputados y senadores han presentado varias iniciativas que prevén medidas importantes para solucionar un aspecto de la problemática de la tenencia de una vivienda, los cuales se sumaron a una decena de proyectos impulsados en 2009. Sin embargo, ningún proyecto motorizado este año apunta a un plan integral de construcción de viviendas a nivel nacional.
Pero la actividad legislativa no hizo diferencia sobre qué aspecto modificaba la iniciativa o cuánto presupuesto necesitaba o si favorecía a un distrito opositor al Gobierno nacional, sino que directamente no estuvieron incluidos en las agendas de prioridades ni de la oposición ni del oficialismo por lo que el resultado fue rotundo: los proyectos de ley que tienden a solucionar la falta de casas en Argentina no tuvieron tratamiento legislativo. Es decir, mientras se toman tierras, se construyen viviendas precarias y se pone en riesgo la vida de miles de seres humanos, el Parlamento nacional no debate los proyectos de ley que ya existen, ni tampoco elabora un plan estratégico junto con el Poder Ejecutivo Nacional y los provinciales.
Construir una ley
Con mucho esfuerzo y voluntad, los inmigrantes de principios del Siglo XX adquirieron un terreno y luego edificaron sus casas gracias al apego por el trabajo. Sin dudas, aquella voluntad de los inmigrantes italianos o españoles no es la misma que la de los actuales legisladores ya que no existe ni siquiera una muestra de intención de encontrar una solución política a la problemática habitacional. Por eso, no existe otro resultado posible que la crisis social por la falta de viviendas y el choque entre distintas clases sociales por la tenencia de la propiedad privada y el tan deseado “techo”. Pobres versus más pobres, y la voluntad política en el Parlamento no aparece.
Específicamente sobre la materia prima fundamental de cualquier debate en comisión y en el recinto, es decir los proyectos de ley, existen 28 en total (20 en Diputados y 8 en Senadores), con estado parlamentario, ya que no todos corresponden a este año. La paradoja indica que las principales iniciativas se impulsaron en 2009, pero aún más negativo puede ser el análisis si se observa que existe un único plan alternativo al impulsado por el Gobierno en la construcción de viviendas populares, que fue presentado el año pasado por el sector del macrismo. Justamente, el espacio político a cual la problemática habitacional sacude con más fuerza, ya que el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, debe afrontar una gran crisis en la Ciudad con el constante crecimiento de las villas y asentamientos.
PROyecto
La iniciativa de Federico Pinedo para establecer un Plan Federal de Vivienda Popular (PFVP) fue presentada por primera vez en 2005, luego fue representada en 2007 y se insistió en 2009. Por lo tanto, el único proyecto integral para construir viviendas fue impulsado por el macrismo hace cinco años y nunca se debatió en comisión y, por ende, en el recinto de la Cámara baja. La propuesta del PRO es asistir a los residentes en asentamientos precarios no planificados, que tengan ciudadanía argentina o residencia legal, “para que vean satisfecho su derecho constitucional de acceso a una vivienda digna”.
Pero es aquí donde surge el primer gran obstáculo, porque muchos de los que viven en las villas no tienen la documentación legal y viven al margen de las normas, por lo que tampoco podrían pagar la mínima cuota que prevé el sistema, el cual implementaría una emisión de “vales para la adquisición de una vivienda por parte del beneficiario y constitución de una hipoteca en primer grado sobre el inmueble, a favor del banco que adhiera al plan federal y otorgue el préstamo correspondiente”.
Más allá de las críticas que puede cosechar esta iniciativa por no ser tan abarcadora y no tener una mirada más humanista e involucrar a los bancos privados, es la única propuesta integral para generar una política de Estado en búsqueda de erradicar los asentamientos y otorgarles viviendas dignas a los actuales habitantes de esos predios.
El resto de los proyectos de ley, ya sea de senadores o representantes de la Cámara baja, no tienen una visión integral y apuntan a solucionar un aspecto. Por ejemplo, la iniciativa de varios diputados oficialistas encabezados por Dante “el Canca” Gullo, propone lanzar una línea de créditos blandos para las jóvenes parejas. También por parte del socialismo se pretende realizar varias modificaciones a la Ley Nº 24.464 del Sistema Federal de Viviendas, como ser el aumento de los recursos destinados al FONAVI (Fondo Nacional de Viviendas).
Pero sin ser una cuestión partidaria, otras iniciativas de diputados oficialistas tampoco fueron tratadas. Este es el caso del proyecto de ley que insiste en representar el diputado con estrechas relaciones con la Casa Rosada, Mariano West, para lograr cumplir el segundo sueño de muchas familias que lograron comprar un terreno pero no tienen las escrituras. Sin embargo, esta iniciativa tampoco fue analizada.
Los únicos que obtuvieron una respuesta favorable durante este año fueron aquellos deudores hipotecarios que no están contenidos por la ley de Emergencia Económica. La alegría fue a medias, porque la ley que suspende las ejecuciones hipotecarias por 180 días sólo obtuvo la media sanción de la Cámara de Diputados, en la última sesión del año. En definitiva, la estadística parlamentaria demuestra la falta de interés del Congreso Nacional en debatir y elaborar un plan estratégico para dar solución a una problemática que crece día a día e involucra a miles de familias como es la falta de una vivienda digna.
Al igual que ocurre con el flagelo de la inseguridad, el Parlamento mira para otro lado y sólo se limita a aprobar decenas de proyectos que son meras expresiones de deseo o pedidos de informes a la Jefatura de Gobierno sobre un tema que está a la vista de todos.
