El diputado Felipe Solá reconoció los puntos buenos de este Gobierno, que él mantendría en caso de llegar al poder. En materia de seguridad, dijo que el Estado nacional debiera hacerse “corresponsable” del tema con los gobernadores.

Solá justificó el respaldo que en su momento dio a la candidatura de Cristina Fernández, cuando él mismo encabezó la nómina de candidatos a diputados por la provincia de Buenos Aires, diciendo que en su momento ella se presentaba como “cambio, republicanismo en el mejor sentido de la palabra, no corrupción, respeto por el adversario, Justicia independiente”. Sin embargo recordó que a los tres meses empezó la crisis con el campo, “que se llevó puesta la mitad del apoyo al Gobierno”.

“A partir de ahí, apareció una agenda de ‘profundicemos el modelo’ que era muy opuesta a la agenda original”, se quejó.

En relación al plano económico, el precandidato del Peronismo Federal dijo al diario La Nación que “no podemos convivir con la inflación, pensando que el mayor consumo supera el problema de la inflación”, y por el contrario pidió “combatirla con un programa popular, atacándola en todos los frentes a la vez, haciendo acuerdos con los empresarios, con los gremios, bajando el nivel de emisión, de gasto público superfluo”.

Admitió eso sí que “hay que mantener un proyecto en el que el mercado interno sea importante. Hay que incrementar algo que muy poca gente conoce, que es una buena orientación en la política científica y tecnológica. Desendeudarse es bueno, aunque me gustaría que fuera por ley y no mediante decreto. Al modelo de alto consumo y escaso ahorro, le falta bajar la inflación y generar más ahorro popular”.

Así las cosas, concluyó que “el próximo gobierno no tiene que ser lo contrario. Tiene que mantener lo mejor de este gobierno y no ser un gobierno de venganza ni de restauración”.

Respecto del drama de la inseguridad, sugirió la “participación de foros populares en el control de la policía. Hay que aumentar el número de policías y los años de capacitación. Para eso se necesita un aumento del presupuesto de seguridad”.

“Tiene que haber coordinación con todas las provincias -señaló-. Si hay que reformar la Constitución, la reformaremos, pero el Estado nacional se tiene que hacer corresponsable de la seguridad junto con los gobernadores”.

Se manifestó “absolutamente partidario de que los jueces tengan en cuenta que las cárceles no son un castigo, sino una forma de preservar la seguridad de los que están afuera. Nadie que sea peligroso o que se intuya que puede ser peligroso debe estar afuera”. Así las cosas, señaló que “las prisiones preventivas se deben decidir con ese criterio. Incluso en la ley de minoridad de la provincia, hay un artículo que dice claramente que a menores de 16 años se los puede detener si se considera que son peligrosos. No hace falta bajar la edad de imputabilidad”.

Respecto de las protestas sociales, Solá dijo que “en la calle, el Estado tiene que actuar con todos los elementos a su alcance y tener bien claro a qué conflicto se enfrenta. Debe usar a la Justicia: el que viola la ley, tiene que estar con una denuncia encima”.

Con relación a la Asignación Universal por Hijo, aclaró que no cree en la universalización, en el sentido de que los hijos del presidente de la Sociedad Rural tengan que tener una asistencia igual que los hijos de los pobres. “Yo garantizaría la neutralidad en su asignación y actualizaría el valor de manera automática frente a la inflación”, señaló Solá, quien en otro marco consideró al aborto como “una tragedia”, aunque aclaró que “cada vez más vamos a encontrar una política que nos lleve a que las madres sean dueñas de su cuerpo”, pero -realista- estimó que una ley no pasaría el Congreso.

En su plataforma presidencial anticipó que eliminaría el IVA a los alimentos y a las bebidas no alcohólicas, en los pagos con tarjetas sociales y tarjetas de débito. En segundo lugar, eliminaría los impuestos al trabajo a las empresas muy pequeñas, por ejemplo, cuando un plomero contrata a dos pibes. Lo bajaría en las pymes y, si es necesario para compensar, subiría los aportes patronales en las grandes empresas, dijo.

“No aumentaría la tasa, porque la presión fiscal teórica es muy alta. Sería bastante duro con impuestos inmobiliarios e impuestos a la tierra. Tienen que ser altos”, señaló, manifestándose partidario de un impuesto a la herencia.

No impulsaría en cambio una reforma de la ley de Coparticipación, “porque necesita la firma de los 23 gobernadores y del jefe de Gobierno (porteño). Lo que hay que hacer es aumentar la coparticipación primaria y descentralizar la obra pública pequeña y mediana. No convirtamos eso en un factor de poder. Pensemos en un gobierno de cuatro años”.