“¿Cómo se puede pensar en contener las expectativas inflacionarias si la política fiscal navega en las sombras y su resultado, por fuera del accionar del Congreso, queda sometido a los arbitrios del gobierno para hacer cosmética sobre los resultados financieros del ejercicio?”, expresa un comunicado enviado por la bancada radical en Diputados, que plantea la necesidad de tener un Presupuesto 2011 aprobado por el Parlamento.

En el texto enviado por el bloque se sostiene que “trabajar sin presupuesto no es un tema menor de carácter formal”, ya que el mismo significa “un marco ordenador macroeconómico para la actividad privada y para el desenvolvimiento general de la economía”, y se resalta: “El Presupuesto nacional refleja, en líneas generales, la política que sigue cada administración, sus proyecciones de gastos e ingresos. Su aprobación cada año se convierte en un acto esencialmente político que refleja el mayor o menor grado de confianza que las diversas fuerzas otorgan al Poder Ejecutivo”.

La bancada que lidera Ricardo Gil Lavedra asegura que “más allá de los avatares que imposibilitaron la sanción del Presupuesto 2011, parece que el Ejecutivo está cómodo prorrogando el Presupuesto 2010 y disponiendo a su arbitrio los recursos públicos”, y concluye: “Estamos a tiempo de revertir esta situación. Es imprescindible que el Ejecutivo comprenda la imperiosa necesidad de tratar el Presupuesto 2011 en sesiones ordinarias. Si tiene verdadera voluntad de encarar una negociación y un consenso serio y responsable para ordenar las prioridades de la política publica, el radicalismo estará trabajando para alcanzar los acuerdos necesarios”.