“La declaración inexacta de la carga, de ser cierta, es un incidente arduo y debe esclarecerse. Sin embargo, debemos buscar la verdad en el marco de la obligación constitucional de fomentar las relaciones de paz y comercio con otros pueblos. Las declamaciones patrioteras fuera de época no suman mucho”, señaló el jefe del bloque de la Unión Cívica Radical (UCR) en la Cámara baja, Ricardo Gil Lavedra, que destacó que “la requisa de un avión militar y el cruce de reclamos diplomáticos evidencian cuál es el espesor de nuestra relación con Estados Unidos”.

Gil Lavedra expresó en un comunicado que “la legalidad se construye con actos de madurez política y no a los gritos”, y resaltó: “Nuestro propio historial de contrabando de armas, por cierto, nos convoca además a asumir que todavía hay mucho para corregir y no tanto para predicar”.

El legislador porteño sostuvo: “Es una pena que el celo de Cancillería en el control de cargas de ingreso, y la activa intervención del propio ministro –Timerman- en este affaire, no haya existido con la misma intensidad respecto de aquel otro avión cargado, con casi una tonelada de cocaína, que decoló dos veces desde aeropuertos argentinos antes de ser interceptado por la Justicia de otro país”.

Gil Lavedra sostuvo que espera que “el incidente actual sea el fruto de una lección aprendida, y no una ilusión montada de controles eficientes y políticas de Estado, donde todavía no hay mucho”, y concluyó: “Tenemos razones para dudar que, al fin de cuentas, el canciller tampoco advirtió a tiempo la operación de una pista clandestina cerca de la frontera con el vecino Paraguay. Bienvenidos, pues, los controles severos en la lucha contra el tráfico de armas y de drogas, pero sin olvidar que sólo la coherencia y la seriedad los hará creíbles”.