Nadie lo puede terminar de explicar bien. Ni el titular de la Secretaría Permanente del Sistema de Enjuiciamiento de Magistrados de la provincia de Buenos Aires, ni los legisladores que participan de la audiencia definitiva para evaluar la admisibilidad de los cargos contra el magistrado Rodolfo Sal Lari ni históricos voceros judiciales. Lo cierto es que las dilaciones en la definición sobre la situación del juez de San Isidro han mostrado las limitaciones que tiene este ente arrancado del Poder Judicial e incrustado en el Poder Legislativo.

Por las dudas, en este último ámbito, para que las piedras no caigan sobre su propia espalda -obvio-, han echado a rodar el rumor de que “las dilaciones” en torno a la definición se deben a que la actual presidente de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires y por ende presidenta de la Audiencia, Hilda Kogan, es la responsable de la dilación porque quiere esperar la rotación automática que se realiza en la Corte y así evitar expresar su voto en la Audiencia. Veremos si es cierto.