La senadora nacional María José Bongiorno presentó un proyecto de declaración solicitando la adhesión de la Cámara de Senadores a la conmemoración del trigésimo cuarto aniversario de la primera vuelta de las Madres de Plaza de Mayo, el día 30 de Abril de 1977, hito que marca el inicio de la lucha inclaudicable por la búsqueda de la verdad, la memoria y la justicia.

En el texto de los fundamentos del proyecto, la legisladora rionegrina resalta el coraje de “un grupo de mujeres que, desesperadas y por el amor más grande que puede haber, aquel de una madre hacia su hijo, desafiaron al Poder y a viva voz realizaron la denuncia pública en un país aterrorizado”.

Estas mujeres, que a medida que sus hijos eran secuestrados y desaparecidos se agolpaban en las puertas de las instituciones, ministerios, comisarías, cuarteles, iglesias, etcétera, en busca de información sobre el paradero de los mismo, supieron reconocerse y organizarse.

Asimismo relata cuando una tarde de abril de 1977, mientras esperaban que las atendiera el párroco de la Iglesia Stella Maris, una de las Madres que estaba allí, Azucena Villaflor de De Vicenti dijo: “individualmente no vamos a conseguir nada, ¿por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo y cuando seamos muchas, Videla tendrá que recibirnos”.

Así comenzaron las marchas. Marchas alrededor de la Pirámide de Mayo, que es el símbolo de la Libertad. Con el objeto de reconocerse, tiempo después comenzaron a usar en la cabeza un pañuelo blanco, confeccionado en un principio con tela de los pañales que se usan para bebés. Ese pañuelo se convirtió en su símbolo.

A casi 34 años de aquella histórica Primer Vuelta, las Madres de Plaza de Mayo, aun continúan su lucha por saber la suerte de sus hijos y nietos que nacieron en esos centros clandestinos, buscando y encontrándolos donde quiera que estén sin descanso alguno.

“Las Madres de Plaza de Mayo se han convertido en el símbolo de lucha por la libertad y la justicia, para toda la sociedad argentina que ha aprendido del coraje de estas mujeres que ningún tirano, cívico o militar, nunca podrá privarnos de nuestros derechos”, concluye la iniciativa presentada por Bongiorno.