Una de las atracciones de la realización de los festejos oficiales en el Chaco era de antemano para los conocedores del paño cual sería la actitud de la ex primera dama provincial Sandra Mendoza. Actual diputada y separada desde octubre de 2009 del gobernador Jorge Capitanich de manera escandalosa -no podía ser de otra manera-, había gran expectativa respecto de cual sería su comportamiento. Porque nadie en ningún momento pensó que la hiperactiva chaqueña dejaría de asistir al acto.

Como ya no es la esposa del gobernador, no podía estar al lado de la Presidenta, como gustaba de hacerlo cuando era primera dama, pero Sandra no aceptó de ningún modo ocupar el segundo plano al que el protocolo la relegó, bien lejos de los primeros lugares. Por el contrario, la diputada llegó bien temprano a la Catedral de Resistencia para asistir al Tedeum, pese a lo cual fue relegada bien lejos de la Presidenta y aun de la primera fila ocupada por los gobernadores. Pero mostró su agilidad cuando al momento de que el arzobispo invitara a los feligreses a darse la paz, avanzó presurosa hasta Cristina Fernández para abrazarla y besarla.

Volvió a saludar a CFK más tarde, durante la reunión protocolar realizada en el Salón Obligado de la Casa de Gobierno provincial, pero en ese momento se cruzó con su ex, cosa que no tenía prevista. Lo saludó fríamente, pero Capitanich la corrió por izquierda, estampándole sendos besos en cada mejilla, lo que descolocó a la diputada, que se retiró turbada del lugar.

El raíd de Sandra Mendoza concluyó en el palco oficial del acto central de los festejos del 25 de Mayo, cuando también pugnó por ubicarse bien cerca de la presidenta. Y lo logró, a instancias del presidente provisional del Senado, José Pampuro. No porque la haya dejado acceder a ese lugar, sino porque la diputada se las arregló para acceder al palco y se paró delante suyo, a la izquierda de Cristina Fernández.

¿Y si se reconcilia con Caqui para la próxima?…