De cara a los comicios de octubre, el candidato presidencial de la UCR y el candidato a gobernador de Unión Celeste y Blanco protagonizaron un acto en La Plata y sellaron el acuerdo con un abrazo.
Terminó la novela del acuerdo entre el radicalismo y el peronismo anti K en la provincia de Buenos Aires. Atrás quedaron protagonistas como Hermes Binner o la local Margarita Stolbizer, ya definitivamente alejados del radicalismo, electoralmente hablando para las presidenciales de octubre. Ahora Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez sellaron la unidad pensando en juntar la mayor cantidad de votos posibles en octubre.
Uno espera que le sirvan para la tarea ímproba de vencer al peronismo oficial, como lo hizo en 2009, con un panorama bien diferente del actual; el otro, con la expectativa de lograr la cantidad de votos suficientes en el principal distrito del país, para acceder a un balotaje en el que espera tener que vérselas con Cristina Fernández de Kirchner, a solas y en las urnas definitivas del 20 de noviembre. Ese es el objetivo a lograr.
Ambos candidatos se dieron un abrazo público en el club Atenas de La Plata, donde el postulante a gobernador justificó la decisión en que “los ciudadanos piden que nos unamos”. En un mensaje dirigido sobre todo a sus correligionarios y el resto de la ciudadanía que confió en su momento en el Acuerdo Cívico y Social, Alfonsín pidió “no tener miedo al cambio”.
La escenografía estuvo elaborada por el narvaísmo, que ofició de anfitrión. Por tal motivo, el slogan que presidió el acto fue “Gobernar bien 2011”, la consigna que promueve Francisco de Narváez.
La entonación del Himno Nacional sirvió también para rubricar ese momento tan especial.
Ante un plenario de 500 dirigentes bonaerenses de Unión Celeste y Blanco, los dos diputados coincidieron en trabajar por la justicia social y la unidad de los argentinos, reivindicaron el federalismo y sostuvieron que las provincias y municipios no deben ser subordinados al poder central.
De Narváez sostuvo que esta unidad es “porque la Argentina necesita políticas de Estado” y Alfonsín se comprometió a acordar para los bonaerenses “la doble escolaridad, el acceso universal al derecho a la salud, seguir construyendo viviendas, y las van a construir el Estado nacional y la Provincia, pero sin clientelismo. Y vamos a convocar a las ONG y a las iglesias para que nos controlen en las políticas sociales”, dijo.
"Vamos a trabajar para saldar lo que tal vez es la mayor deuda de la democracia argentina, la deuda con la justicia social en la provincia y en el país", enfatizó el postulante presidencial.
“Los ciudadanos nos piden a los dirigentes que tengamos humildad y convicción, pero que además nos unamos. Hemos transitado un camino para superar las banderas partidarias y unirnos”, dijo De Narváez al darle la bienvenida a Alfonsín, quien respondió luego: “Lo que hemos hecho en la Provincia, de reunir tradiciones políticas diferentes que a lo largo de la historia se han enfrentado, es un paso importante no solo para la Provincia, sino para la República Argentina en su conjunto”.
De Narváez dijo que “venimos a unirnos para tener una Provincia que no pase hambre, que no tenga miedo y donde todos podamos prosperar”, tras lo cual, dirigiéndose a Alfonsín, enfatizó: “Quiero pedirte, Ricardo, que como Presidente nos devuelvas a la Provincia de Buenos Aires los recursos que son nuestros, que van a ser bien aplicados para construir nuestras escuelas, hospitales, rutas, salas de atención de la salud y para nuestros pueblos que necesitan del Estado”.
A su turno, Alfonsín le respondió: “Vamos a trabajar juntos, Francisco”, aseguró que “vamos a reparar el daño que ha sufrido el federalismo” y que “las relaciones de subordinación serán reemplazadas por las relaciones de colaboración”.
Ambos hablaron en un escenario en cuyo fondo se destacaba la consigna: “Gobernar bien 2011” y desde sendos atriles que señalaban “faltan 141 días”, en alusión a la fecha de las elecciones nacionales y provinciales. Previamente se abrazaron en el escenario y fueron ovacionados por el medio millar de dirigentes bonaerenses presentes.
Entre otros dirigentes, se encontraban los radicales Miguel Bazze, Gustavo Posse, Juan Pablo Tunessi, Roberto Costa y Walter Carusso. De Narváez fue acompañado por su esposa, Agustina Ayllón; su jefe de campaña, Daniel Amoroso; los diputados nacionales Gustavo Ferrari, Alfredo Atanasof y Natalia Gambaro; el dirigente porteño José “Pepe” Scioli, y los legisladores provinciales Ramiro Gutiérrez, Mónica López y Gonzalo Atanasof.